1.
La instalación Channels (2011), de la artista conceptual Susan Hiller.
In memoriam.
2.
La obra Sin título (2009), de Bianca Beck.
*Se puede visitar hasta el 19 de mayo en la expo colectiva «La identitat perduda. El rostre», en el Museo Can Mario de la Fundació VilaCasas (Palafrugell).
3.
El estupendo ensayo de Santiago Gerchunoff Ironía on (Anagrama, 2019), donde se defiende la no excepcionalidad histórica de nuestra época, la ironía como modo democratizador de la experiencia «elistista» de la conversación pública y en tanto que representante de la ambigüedad genuina del lenguaje.
Un extracto:
«Si los nuevos conservadores ven en la expansión de la ironía no tanto un antídoto o un contrapeso de las enfermedades de la conversación pública de masas como un paradigma suyo, esto se debe a que la ironía sí tiene algo profundo en común con alguna de las más temidas nuevas plagas: con todas aquellas que tienen que ver con la propagación de mentiras o de inexactitudes o de cualquier tipo de estiramiento o perversión del lenguaje o banalización de la relación entre el lenguaje y la realidad».
4.
La canción de Los Deltonos «Correcto», extraída de su último trabajo Fuego (2019).
5.
La traducción de Diego Luis SanRomán de Lo Peor, de Dennis Cooper (incluida en Ugly Man (Harper Collins, 2009)) y que publica la revista Detour para celebrar su octavo aniversario en la red.
Se puede leer aquí.
*El collage es de Francisca Pageo.
Un extracto:
«Cuando tenía nueve años, pasé un mes en Texas con mi abuela durante las vacaciones de verano. Vivía junto a una iglesia y un día en la iglesia se celebró una boda. Me pasé por allí, yo solo, para asistir al festejo. Había una niña rubia más o menos de mi edad, con un vestido blanco emperifollado, encima de una pasarela bordeada de antorchas hawaianas encendidas. Pensé que era lo más hermoso que había visto nunca. La observaba maravillado cuando una de las antorchas se cayó y prendió su vestido. En menos de un segundo, todo su cuerpo estaba envuelto en llamas. Lo siguiente que recuerdo es que, 48 horas después, un oficial de policía me encontraba conmocionado bajo la casa de mi abuela. No sé si la niña sobrevivió o murió.»