Murió Mandela y nos hace revivir algunas historias de su vida en África.
Al difunto Siad Barre
Hermanos somalianos,
Mandela ha muerto.
Gentes de Mogadiscio, ibos tuertos
lloran por su tierra petroleada
mientras saltáis al agua
para luchar contra piratas
de la ONU entera, todos
los ladrones del fletán.
A las ocho murió más al sur
y se quedan sin el guía
que hablaba de sus negros pecados
y de los barrios infectados
de Soweto, aquí al lado
de Nigeria, Congo, Sudán,
Kibera y Malabo.
¿Veis?
Nadie levanta la mano
para reclamar nada
cuando el cielo cubre
de su gloria, de celda,
al general de un metro.
No; al general, letra gloriosa,
de un metro de celda
para el sueño eterno.
Juan Tomás Ávila Laurel. Es un joven y prolífico escritor, residente en Malabo, donde ejerce como técnico sanitario. Se ha convertido últimamente en un exitoso y asiduo conferenciante de numerosas universidades extranjeras. Ha representado a su país en importantes foros internacionales y ha sido conferenciante invitado en España, Reino Unido y Estados Unidos. Su obra se caracteriza por un compromiso crítico con la realidad social y politíca de su país y con las desigualdades económicas. Estas preocupaciones se traducen en una profunda conciencia histórica, sobre Guinea Ecuatorial en particular y sobe África en general. Tiene más de una docena de libros publicados y otros de inminente publicación, entre ellos las novelas y libros de relatos cortos La carga, El desmayo de Judas, Nadie tiene buena fama en este país y Cuentos crudos. Cuenta tambien con obras de tipo ensayístico, libros de poemas y obras de teatro.