Aleluya erótica en La Gatomaquia

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Cerca de la calle San Cosme y San Damián, en el corazón castizo de Madrid, vemos el caminar de la hermosa mujer B. Tras ella, M. Rodríguez la sigue con placenteras intenciones. Al llegar a una esquina torcida y oscura, B se detiene y hace un gesto para que su perseguidor se acerque.

 

 Cerca de la calle San Cosme y San Damián, en el corazón castizo de Madrid, vemos el caminar de la hermosa mujer B.

Tras ella, M. Rodríguez la sigue con placenteras intenciones.

Al llegar a una esquina torcida y oscura, B se detiene y hace un gesto para que su perseguidor se acerque.

 

La Gatomaquia 

 

M RODRÍGUEZ.- (Chocando su nariz con la de ella y metiendo su mano bajo falda.) ¿Sí?

 

B.- Sí.

 

M.- ¿Sí?

 

B.-

 

M.- Pero… ¿por qué sí?

 

B.- Pues, porque sí.

 

M.- ¿Y si yo te dijera que no?

 

B.- ¿Que no?

 

M.- No.

 

B.- Dígame, señor mío, las causas de ese no.

 

M.- ¿Señor mío?

 

B.- Señor mío.

 

M.- (Quita la mano de donde la había metido.) Dime tú, doméstica perseverante, las causas de ese sí.

 

B.- ¿Domestica perseverante?

 

M.- Domestica perseverante.

 

B.- Hablas raro, pero está bien, te lo diré: cinco y cinco son diez…

 

M.- (Escuchando.)  Adelante.

 

B.- Y dos doce.

 

M.- Vamos.

 

B.- Con doce es el valor de la donación.

 

M.- ¿Para qué?

 

B.- (Al oído.) Para ver Aleluya erótica o el amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín.

 

M.- ¡Lorca!

 

M y B sonríen para luego besarse y frotar sus cuerpos en la oscuridad de la esquina.

  

 Amor de don Perlimplín 

  

B.- Vámonos de aquí.

 

M.- Venga.

 

B.- ¿Dónde?

 

M.- Al teatro, mujer. Quiero ver la obra.

 

B.- Al teatro uno debe ir comido, meado y follado.

 

M.- Pero comer, mear y follar tienen mejor sabor después de ver teatro.

 

B.- Eso es cierto ¿A La Gatomaquia, entonces?

 

M.- Pero apúrate que la obra comienza a las 10.

 

B.- ¿Hasta cuándo está?

 

M.- Desde el 31 de enero y todos los viernes y sábados de febrero.

 

B.- Pero antes bésame, aún tenemos tiempo.

 

M y B se vuelven a besar y luego sus dos cuerpos corren hasta la puerta de entrada de la sala La Gatomaquia, ubicada en la calle San Cosme y San Damián, 16 bis.

 

La Gatomaquia 

 

B.- Manuel, espera. Vamos a entrar al teatro, pero aún no sabes quién soy.

 

M.- Solucionémoslo ahora: dime tú nombre.

 

B.- Adivínalo.

 

M.- (Después de una pausa.) Belisa.

 

B.- ¿Belisa?

 

M.- Belisa.

 

B.- (Con sonrisa maliciosa.) Si fuera Belisa, no existiría y no podría ir al teatro contigo.

 

M.- Pero te podría ver y escuchar en la sala.

 

B.- ¿Vas entrar?

 

M.-

 

B.- ¿Sí?

 

M.- Sí.

 

B.- Entonces tenemos los mismos problemas que en la obra: lo cristico y lo erótico.

 

M.- Sacrificio del semen.

 

B.- (Coqueta.) Tonto. (Y le besa en la mejilla, para desaparecer mientras dice) Nos vemos, querido.

 

 

Al entrar se confirman mis sospechas, la mujer era Belisa.

¡Adoro los fantasmas del teatro!

Espero volver a ver uno pronto y que me cuente alguna historia.

 

 

 

Manuel Rodríguez

El Gallinero es la bitácora de un grupo de dramaturgos que interpretan el papel de un periodista. Un espacio donde se informa del teatro que no acostumbra a salir en los medios de comunicación, de los recovecos que componen la vida teatral de Madrid y los espectáculos/ espacios/ creadores/ gestores menos conocidos.   En El Gallinero escribe nico guau, y en una época escribieron muchas más gallinas: Antonio García, El Trapo, Folguera, la señora del fondo, Manuel Rodríguez, Muflón Silvestre, Pelma y gris, Turuleta, Vera Yobardé... Si queréis contactar con nosotros, podéis hacerlo en elgallinerofronterad @ gmail.com, quitándo lo espacios alrededor de la @.