Arte contemporáneo (III): Jaime Franco, pintor

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Sigo,
obsesionado, con la idea de qué es y a qué llamamos -y a qué no-
arte
contemporáneo
.


Aún
en Bogotá, y pensando en esa falta de museos-archivo de arte de que
les hablaba el otro día, visitaba hace una semana Rastro,
la exposición del pintor Jaime
Franco

en el -así llamado- Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge
Tadeo Lozano.


Es
una excelente exposición, la de un pintor maduro que no se conforma
con pintar esos buenos cuadros que pinta hace tiempo, y con los que
podría seguramente vivir con comodidad, sino que sigue explorando y
abriéndose horizontes y vuelve a ir más allá en su concepción de
la pintura y se descuelga ahora con una serie de cuadros ambiciosos,
complejos, poco fáciles y dos frescos inmensos y ásperos realizados
in situ,
como es lógico, con
barro volcánico en dos enormes paredes del museo.



Y sin embargo, cómo decir, Jaime
Franco no forma parte del arte oficial colombiano, ése que manejan y
promueven los críticos, curadores y coleccionistas que más o menos
cortan el bacalao en el reducido mundo de eso que ahora se llama
artes visuales
o simplemente arte
contemporáneo
. Me
refería hace una semana a la actual muestra del Premio
Bienal de Artes Plásticas y Visuales Bogotá 2010

como ejemplo de cosas interesantes que se están haciendo en el arte
colombiano y me doy cuenta ahora de que la pintura de Jaime Franco no
parece caber en esa muestra. No está de moda ser pintor y ni en el
canon de artistas
colombianos (Oscar Muñoz, Rosario López, Juan Fernando Herrán,
María Fernanda Cardoso, Jaime Baraya, José Alejandro Restrepo,
François
Bucher…) ni en las nuevas hornadas que vienen surgiendo hay ninguno
que pinte. O que solamente pinte, más bien, que base su trabajo en
el hecho de pintar y su voluntad expresiva en lo que su obra
transmite y no en los conceptos o las referencias a que alude. Jaime
Franco sería eso que los curadores à
la page
llaman, con
condescendencia, formalista,
o sea un artista que no pretende decir sobre el mundo más que
aquello que su lenguaje creativo dice.


Y
sin embargo, hay mucha más búsqueda en la pintura de un Jaime
Franco o en la escultura, también considerada formalista,
de un Luis Fernando Peláez, mucho más contenido en el lenguaje
creativo de cualquiera de los dos que en mucho arte conceptual que
necesita de un folleto o de un cartelito en la pared para entender
cuál es el punto. Mucha más audacia en los cuadros y los dos
enormes frescos de la exposición a partir de la cual redacto estas
líneas que en las enésimas reproducciones y auto-copias de Damien
Hirst, Murakami, Jeff Koons and
the like
.


Yo
también creo, por supuesto, que muchas de las mejores prácticas
artísticas de hoy en día están fuera de la pintura y preferiré
siempre a Juan Muñoz, a Eulalia Valldosera o a Bleda y Rosa sobre
Miquel Barceló. No puedo sin embargo dejar de plantearme la cuestión
que desarrollaba in
extenso
hace unos
días: ¿por qué sólo son arte
contemporáneo

aquellas prácticas que buscan decir algo sobre el mundo
ajeno a la propia creación y al hecho de crear?; ¿por qué sigue
siendo arte
contemporáneo

reconocido un producto repetitivo e hiper-comercial y no (nos)
interesa en cambio el trabajo serio, concienzudo, maduro, fruto de
una reflexión seria y de largo aliento de un pintor empeñado en
desarrollar su concepción del arte y no un concepto ajeno a él?


Espero
comentarios que me ayuden a seguir intentando comprender… Prometo
más entregas.

José Antonio de Ory es escritor, entre otros oficios que lo han llevado a vivir de un lado a otro del mundo: Colombia (en tres ocasiones), la India y Nueva York. Ahora en Madrid, continúa escribiendo cuando le da el tiempo sobre cultura y otras cosas de la vida en este blog, donde se permite contar, y opinar, cómo ve las cosas. Es autor de Ángeles Clandestinos. Una memoria oral del poeta Raúl Gómez Jattin (Ed. Norma, Bogotá, 2004).

1 COMENTARIO

  1. Jose Antonio,
    No es novedad

    Jose Antonio,

    No es novedad decir que la caja de Pandora del arte contemporáneo lleva abierta desde los años 60. Pero como todo el mundo sabe, desde la aparición del arte abstracto cualquiera podía referir la posibilidad de creacción artística a sus impúberes descendientes.

    Hoy más que nunca y desde mi punto de vista, la solución a la polémica sobre lo que es o no arte sigue enraizada sobre dos cuestiones no excluyentes, a saber: ¿es esta obra conmovedora? y ¿tiene injertada en su interior el criterio por la que debe ser juzgada y es congruente con él?.

    Desde mi modesta opinión, solo esas dos cuestiones permiten hoy juzgar tanto a la obra como a los críticos, librándonos de la comercial hagiografía artística que nos rodea y que tan bellamente pones tu sobre la mesa.

    Felicidades por la polémica y tu escritura y saludos.

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