
Tics voluntarios
el blog de Alfonso Mareschal
Autores Publicaciones por Alfonso Mareschal
Alfonso Mareschal
Periodistas afilados, ¡envainad!
En muchas cualidades se parece el periodismo a una espada o al acto mismo de desenvainar. Es afilado, cortante y, a veces, se utiliza para atacar, aunque uno pretenda defenderse.
Segundas oportunidades
Las segundas oportunidades nunca fueron buenas: ni en el trabajo, ni en la vida, ni en el amor. Hay que estar ahí, por tanto, para las que puedan venir detrás, esperando la ocasión perfecta, la promesa de repetición que consiga dejarnos tranquilos.
Pequeño blog, gran responsabilidad
Escribir un blog es algo serio, como hacer la cama o la colada. No debería ser en ningún momento como una moda pasajera, sino algo que requiera un poco de dedicación. Además de escribir, el bloguero necesita constancia y esfuerzo.
La escritura triste
La literatura trata de imitar a la vida, donde las emociones lo invaden absolutamente todo. Intentemos que el sentimiento principal, al menos, no sea la tristeza, sino la alegría y las ganas de vivir, por encima, incluso, de la escritura.
Gafas de sol para interior
El confinamiento nos ha dejado el don de la invisibilidad, la capacidad de ver sin ser vistos a través de las persianas o de las cortinas. Ahora que volvemos a salir, y si queremos mantenerlo, habrá que llevar puestas las gafas de sol a todas partes.
Carreras de bebés
Estos días, con los niños en las calles de nuevo, algunas ciudades españolas se han convertido en el pabellón central idóneo para celebrar las mejores carreras de bebés. Una competición que, a pesar de ser protagonizada por los niños, se realiza por el interés que sus progenitores adultos guardan detrás.
Aunque Iglesias se vista de seda
La moda también es política. Agradezcamos, por tanto, a aquellos que nos echan una mano en el vestir, y en el vestir nuestras ideas, ya sea Amancio Ortega o Meryl Streep.
Ni pa filtros
Ojalá el Gobierno reculase y ayudase más y mejor al pequeño comercio que lucha por sobrevivir. A los bares, a las tiendas, a las librerías. Si no se irá todo al subsuelo, me temo; y al librero que consiga pagar el alquiler de su local en el futuro le preguntarán con asombro, como a Umbral, «¿tú eres camello?».
Bulocracia: no sabe, no contesta
¿Cómo hemos podido acabar así? Y no me refiero a las pretensiones limitativas del Gobierno, sino a aquello en lo que, precisamente, tienen algo de razón: el debate en torno a la proliferación de los bulos y el descrédito mediático. Porque, exactamente, ¿cuándo dejamos de creer en la prensa? O, más bien, ¿cuándo se convirtió la desconfianza informativa en la regla general?
A estas alturas del encierro
A estas alturas del encierro yo ya no sé si el silencio se ha convertido en un sueño o en una pesadilla para mí. Lo único que me vuelve loco es ese silencio cargado de silencios y de celos que no me de deja descansar.