Autores Publicaciones por Antonio Costa Gómez
Antonio Costa Gómez
Stalin en la casa de Tólstoi
Había hecho cola delante de la tumba de Lenin y unos segundos delante de su cara pintada mientras. Fue algo fugaz pero revelador, terrorífico. Lo que me aterraba no era el cadáver, sino la cara pintarrajeada, el colorete para hacer creer que seguía vivo
Edna O´Brien, una desazón irlandesa
Edna O´Brien siente rabia con la Irlanda católica rabiosamente dogmática y cerrada. Una mujer tan libre como ella, tan llena de vida, con una personalidad tan acusada... ¿Cómo podía respirar en ese ambiente de curas pueblerinos? Tenía que recurrir a los dioses célticos
Sherwood Anderson, atardecer en Norteamérica
En ‘La verdad oculta’, de Winesburg, Ohio, Ray Pearson en un atardecer de otoño se siente abrumado por la belleza de los campos, no puede con tanta belleza y echa a correr protestando en voz alta contra su vida, contra la vida
Rusia y Europa bajo la lluvia
No paraba de llover en toda la novela, y eso les daba toda una hondura a los sufrimientos, a las obsesiones, a las confusiones. Rusia quiere romper con el pasado, con las tradiciones que ahogan, con el zarismo, pero no sabe qué será
Colón o la caballería
No es que Colón fuera un santo, como decía León Bloy. Tampoco hace falta. Pero no se le puede culpar de todas las calamidades de Estados Unidos. Tampoco los indígenas eran santos, pero eran seres humanos
Canetti, aquella Europa
Canetti estuvo en sus libros, en su cultura libre como el sueño. Tenía un nombre español, pero nació en Bulgaria, se hizo adulto en Viena, despertó en Berlín y llegó a la madurez en Londres. Y escuchó voces en Marraquech. Y se puso de frac en Estocolmo
Nietzsche en Atenas
Grecia fue siempre la vitalidad contra el destino, la tragedia. Fue lo que vio Nietzsche. Grecia es un sueño, y ese sueño lo ha soñado el mundo entero. Habría que aprender del vitalismo de Atenas. Sobre todo si piensas que puedes morir pronto
Una cama flotando en Ámsterdam
Europa inventó la intimidad. En un espacio pequeño hay un montón de países con personalidad propia y con lenguas diferentes. Y en cada país hay un montón de personas que conocen cada una su intimidad. Una cama íntima y viva vibrando en el agua incesante. Manifestando sueños y compartiéndolos sobre una cama que flota en el agua de un canal intimista
Cheever, melancolía de América
'El nadador' quiso recorrer el camino de vuelta a su casa bañándose en todas las piscinas de las casas para sentir el agua en la piel y el esplendor de la vida. Pero descubrió que todo era fracaso y falta de aliento. Cheever tiene la melancolía lúcida y la literatura
Con Sebald, en el hotel Oriente de Londres
El protagonista de Austerlitz se cría en un pueblo perdido de Gales junto al mar, por pura casualidad, en la casa de un pastor protestante puritano y rígido pero que intenta al menos ser humano y sabe lo que es un niño