lunes, diciembre 11, 2023
Autores Publicaciones por Antonio Fernández Jiménez

Antonio Fernández Jiménez

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Periodista y autor de 'Una vida retirada', la historia de los últimos habitantes de un pueblo en el sureste de España contada con las artes del periodismo narrativo. Doctor en Artes y Humanidades, en la línea de investigación Periodismo Literario, y máster en Periodismo Cultural. Ha colaborado en Leer, La Opinión de Murcia, El Noroeste, C’mon. Escribe en FronteraD sobre ese periodismo de largo aliento que necesita calma y tiempo para adentrarse en una historia; calma y tiempo para ejercitar el músculo de la mirada y narrar el mundo como si se mirara siempre con el mismo encandilamiento de la primera vez.

Leer el corazón

Mi cardiólogo me da una de esas noticias que te devuelven cierto entusiasmo por la vida: “Tu corazón es muy fácil de leer”. Lo dice mientras analiza en la pantalla de su ordenador los resultados de una prueba que ha registrado la huella de mis latidos durante veinticuatro horas. “Otros corazones son más complejos, enrevesados y están llenos de extrasístoles”, dice. “El tuyo se lee muy bien”. Yo también miro la pantalla del ordenador y tan solo veo el testimonio gráfico de un hombre que vive y del que me agrada hoy su vida plana, nítida y fácil de leer, sin recovecos. Pero me deja un poco perplejo el diagnóstico. Cómo es posible que mi corazón sea tan legible cuando ni yo mismo sé interpretar muchas veces el escabroso idioma de sus latidos.

El amor detrás del humor

El director David Trueba lleva a la gran pantalla una parte vital y desconocida de la biografía de Eugenio con el título 'Saben aquell', expresión con la que se hizo conocido el humorista catalán, pues la usaba como muletilla para empezar sus chistes. La película va más allá o más atrás del humor de Eugenio. Ausculta su corazón melancólico. Explora su génesis. Ahonda en la fuerza del amor que cimentaba su éxito.

La casa

Llegué a finales de un agosto que ya se me antoja muy lejano. He consultado el billete de aquel Ryanair y debían de ser...

Adentrarse al otoño

Era en estas últimas tardes de agosto cuando empezaba a desvanecerse el verano, y poco a poco se iba extendiendo en la quietud del...

Meditación estival

El lenguaje es esa inveterada arqueología que se encarga de disipar la niebla del desconocimiento y de cincelar capas y capas de estereotipos, apariencias y prejuicios, hasta pulir una hermosa escultura humana que siempre estaba ahí.

Templo y tiempo del saber

Cuando en 2010 se cursaba bachillerato, enseres cotidianos de los alumnos no eran ni el móvil ni el portátil. A lo más, yo comenzaba...

Costumbrismo del agua

En los últimos tiempos cinematográficos, el séptimo arte español se viene instalando en la periferia del país, en su afán por retratar sobre todo el pulso lento de la vida del campo o de los pequeños pueblos. Esta tendencia la prueban dos películas de 2022 que se han adentrado a estas profundidades de la geografía española y han tenido reconocimiento no solo dentro sino fuera de nuestro país: Alcarràs, dirigida por Carla Simón y nominada a los Óscar, y la premiada As Bestas, de Rodrigo Sorogoyen, goya a mejor película, dirección, entre otros. En este elenco de cine neorrural la tercera obra que cerraría el triángulo sería El agua, debut de Elena López Riera, enmarcada en el drama de las riadas descontroladas del sureste español.

Escribir es dibujar pensamientos

Ecléctico y de metodología azarosa es este libro. Son prosas apátridas porque los textos sobreviven sin el abrigo de un género. «Carecen de un territorio literario propio», dirá el autor, por lo que pueden leerse en orden desde el principio, o en desorden desde el final, o abriendo sin ninguna jerarquía páginas aleatoriamente, en sintonía con la actitud lectora que advirtió Cortázar para su Rayuela. Libre albedrío lector.

Recuerdos de escalera

Escribe Julio Ramón Ribeyro en sus 'Prosas apátridas': «muchas cosas las conocemos o las comprendemos solo cuando las escribimos. Porque escribir es escrutar en nosotros mismos y en el mundo con un instrumento mucho más riguroso que el pensamiento invisible». Y hoy, ahora mismo, tengo necesidad de hacerlo. Escribir es caminar con la gavilla del pasado a cuestas. Hoy, la escritura, como hacía mi abuela con el pescado, tira con fuerza de las entrañas de estos ayeres invisibles, y los enharina y los cocina y los deja reposar sobre servilletas empapadas de melancolía.

Adagio sentimental de enero

¿No os resulta enero, más que una cuesta, una llanura infinita bajo cielos siempre rasos y soles altísimos? Enero avanza eterno en la imaginación,...