
Fuera de guion
el blog de Manuela della Fontana
Autores Publicaciones por Manuela della Fontana
Manuela della Fontana
Staccatos de verano
Ni siquiera en verano los sueños me abandonan. Mientras desayuno, los voy anotando en mi libreta, trato de no dejar escapar ningún detalle, pero...
Aquella canción de Mina
Su tren partía de noche y la estación de Termini se iba quedando pequeñita, como encogida o quien sabe si era yo la que...
David Delfín: un colibrí entre paredes rosas
David Delfín quería una casa de paredes rosas como el gabinete surrealista de Elsa Schiaparelli. Una casa especial en la que sus libros y...
Hace tres años…
Hace tres años por estas fechas estaba en Venecia, no se me olvida no… era mi cumpleaños como lo es hoy, solo que esta vez...
Arthur Miller en el hotel Chelsea
A Arthur Miller nunca se le dio bien compadecerse, se sentía más cómodo guardando sus demonios bajo siete llaves. Por eso cuando llegó al Hotel Chelsea en busca de tranquilidad escondió el retrato de Marilyn Monroe hecho añicos bajo la almohada
Zenobia Camprubí: una vida al servicio de un poeta
Lo que para él fue un flechazo para ella mucho más realista. Aquel interés del poeta agasajándola con mil atenciones no le pareció más que el capricho de un hombre sombrío y triste. Independiente y comprometida, el noviazgo no entraba en los planes de Zenobia
Nunca pasa nada
Hoy es el típico día extraño en que no pasa nada, como en la película que echaban por la tele hace un rato, en la que tampoco pasaba nada pero que en el fondo pasaba de todo, desde un adulterio hasta un amor imposible.
En la otra orilla
Esperé y esperé…. Siempre me sobró el tiempo que ahora me falta. Ya veis, era mi única meta. Mi corazón y mi mente nunca estuvieron tan dispuestos a amoldarse a las circunstancias de ese alguien, por peregrinas que esas fueran; mente y corazón sin coraza, bandera blanca: ese era mi lema.
El Londres de Virginia Woolf
Decía Virginia Woolf que Londres no es una ciudad de palacios, ni de estatuas de mármol, sino una ciudad de zapatos, pieles, bolsos, estufas, aceites, pudin de arroz y velas. Una ciudad donde las librerías comparten espacio con las sastrerías y las boutiques y las floristerías impregnan de color la mortecina luz de sus calles.
Invierno desde la ventana
Las tardes invernales parecen más proclives a la introspección que otras. Huyo del mal tiempo buscando el cobijo de los libros o de algún amigo que esté dispuesto a escucharme junto a un café bien caliente. Me entra la añoranza cuando me acuerdo de lo sencilla que era la vida antes sin saberlo, no como ahora que andamos todos desquiciados, enmudecidos, refugiados más todavía en nuestros problemas.