
Fuera de guion
el blog de Manuela della Fontana
Autores Publicaciones por Manuela della Fontana
Manuela della Fontana
Deslizándome por entre tus libros
Una de mis debilidades al visitar por primera vez casa ajena es la de curiosear los libros que se apilan en la librería de sus propietarios. Cortázar decía “Dime como fotografías y te diré quién eres”; lo mismo me sucede a mí con las librerías, propias y ajenas. No lo puedo evitar: se me van los ojos directa la mirada a esos lomos, igual que se me van los ojos cuando paso delante de una buena tienda de ropa o de un tío de los de buen ver.
Instrucciones para casi todo
Podría deciros que soy de esas mujeres desenvueltas que como Thelma y Louise se beben los kilómetros de la carretera a cucharadas, o que soy de esas otras que como Janet Leight aprietan a fondo el acelerador melena al viento, pero sería engañaros.
Recuerdos
Hay días de invierno en los que parece que el frío pudiera congelarte los recuerdos. De repente, no te acuerdas dónde estabas en mitad de agosto, ni siquiera cual fue el mejor día de tu vida, ni el por qué. Es un sentimiento extraño, mezcla de desesperación y aburrimiento.
Tal para cual
Discutir si un hombre y una mujer pueden ser amigos sin terminar siendo amantes es una de nuestras diatribas favoritas. Es la típica terapia que nos reconforta y nos deja como nuevos, para después de varias cervezas, risas y cotilleos, no llegar a ninguna conclusión.
Son solo fotos
Son solo fotos, pero sé que es mucho más lo que me duele conforme avanzo por este paisaje de recuerdos borrosos. Es muerte y...
Fuera del guion
Nunca me siento más yo que cuando dejo de serlo y me abandono a la manera de los personajes de Faulkner, en el morbo...
La divina marquesa. El empeño de Luisa Casati por ser una obra de arte
Algunas noches se deja ver en la laguna, desnuda, con una capa de piel de tigre sobre los hombros. Su criado tunecino la acompaña alumbrando el camino con una antorcha. No le importan las miradas ni los murmullos. No quiero ser amada, es la inmortalidad lo que busco, repite sin cesar
Y un día me desperté sola. En torno a la fotógrafa Francesca Woodman
Solo tiene veintidós años. Pero antes, las primeras lágrimas, el último adiós. Tantos y tantos límites. Un orgasmo disfrazado de mentira. La soledad. Nadie le ha dicho que crecer fuera así. Francesca Woodman siente que todo ocurre demasiado rápido en su prisión de noches que temerosas se escapan por la ventana. Se esconde, se asoma, aparece y desaparece en la bruma como en sus fotos, sin pedirle permiso a nadie más que a esos miedos. Tan valiente en ocasiones, y sin embargo cuántas noches buscando respuestas en un cielo que aunque callado no hace sino llamarla a voces.
A cambio de nada. Recuerdos de Kiki de Montparnasse
Asomada a la ventanilla, Alice Ernestine Prin ve pasar las estaciones. Chatillon queda ya lejos. Su abuela casi tiene que empujarla para subir al tren. Por equipaje, una botella de Pinot noire y un bocadillo que apesta a ajo. Tan solo tiene trece años. Demasiado joven para beber, demasiado mayor para llorar. ¿De qué sirve tener trece años? París la espera. También una madre a quien apenas conoce