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Mientras tanto¡Ay! ¡Ay, Carmela!

¡Ay! ¡Ay, Carmela!


 

Era un buen día para hacer la siesta. Así que cerré los ojos y comencé a soñar con una bellísima mujer que me hablaba en francés. Escuchaba su acento, mirabas sus ojos y la encontraba tan preciosa que no podía contener mis ganas de besarla. Cuando estaba a pocos centímetros de su boca…

 

¡Ay!

 

De un bastonazo, el Viejo del bastón me despertó.

 

Es tarde. Levántate, Manuel, o no llegaremos…

 

Si no fuera un señor de edad tan avanzada lo hubiese golpeado. Pero sonó tan parecido al conejo de Alicia en el país de las maravillas que sonreí antes de decir…

 

¿Cómo entraste a mi casa?

 

No te comportes como un chaval. Hoy vamos al teatro.

 

Ingenuamente volví a cerrar los ojos pensando que era un sueño dentro de otro sueño. Pero de inmediato, y tras otro bastonazo en mis costillas, los abrí de nuevo.

 

¡Ay!

 

Desde que conocí al Viejo del bastón no me lo puedo quitar de encima.

 

¿Me puedes decir qué haces aquí?

 

No preguntes tonteras, Manuel, y compórtate como un hombre. Hoy vuelve a Madrid ¡Ay, Carmela!, de la compañía Caramba Teatro en el Teatro del Barrio. Tenemos que ir.

 

Ay Carmela 

 

Lo sé, estarán una temporada de poquitas funciones. Hoy (8 de octubre) a las 22’30h., el 11, 22, 24 y 25 de octubre a las 21’30h.

 

La otra vez que fuimos al teatro lo pasamos tan bien… Esa vez yo te pagué las entradas y las cervezas. Ahora te toca a ti. Además, hoy quiero beber un rico vino.

 

Te invito si me dejas dormir.

 

Ingenuo.

  

Ay Carmela 

 

Y el Viejo del bastón se sentó en mi cama y con voz profunda dijo…

 

Manuel, te contaré algo muy personal, yo también trabajé como actor durante la guerra civil…

 

¡Tan viejo eres! – y el bastón vuelve a volar a mi cabeza.

 

¡Ay!

 

Guarda silencio y aprende. La obra tiene dos personajes, Paulino y Carmela. Los dos son actores, como lo fui yo, pero para mí, la herida que tiene Paulino es tan dolorosa que no lo deja avanzar. Él prefiere anestesiarse y volver la cabeza hacia otro lado. Para impedir esto aparece Carmela. Lo hace recordar y dar un sentido a su trágica muerte. Ella le da sentido a todas los muertes de esa época, para que ustedes, los vivos, no vuelvan a tropezar dos veces en la misma piedra.

 

¿Estás muerto?

 

Ingenuo… Vamos, Manu, vístete que no quiero llegar tarde.

 

Está bien.

 

¿Conoces a los actores?

 

Creo que sí.

 

Estaría feliz de que me presentaras a Paula Iwasaki y Guillermo Serrano.

 

Y el bastón volvió a volar hacia mi cabeza.

 

¡Ay! ¿Pero por qué me pega ahora?

 

Ingenuo.

 

Ay Carmela 

  

Esa vez fue la penúltima vez que vi al Viejo del bastón.

 

Ahora lo extraño.

 

Nunca me dijo cómo se llamaba.

 

(Continuará…)

M. R.

 

¡Ay, Carmela!

de José Sanchis Sinisterra

Con Paula Iwasaki y Guillermo Serrano

Producción: CARAMBA TEATRO Y LA CONOCIDA Producciones

Dirección: Yolanda Porras

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