Al músico, compositor y poeta, creador de una obra ingente, un artista que parece decidido a morir en la carretera, interpretando versiones siempre cambiantes de sus temas clásicos y de reciente factura, pocos le conocían una faceta que lleva cultivando, parece ser, desde niño: “Llevo toda la vida haciendo dibujos, primero en cuadernos, en cartones y en servilletas. Pero nunca pensé que pudiera acabar pintando para el público. No tiene sentido comparar mi música con mi pintura. Churchill pintó muchos cuadros de paisajes y casas de campo y nadie comparó sus cuadros con su diplomacia”. Admirador de Caravaggio, Picasso o Courbet, en el catálogo de este moderno expresionista admite no estar muy al día, y añade, dylaniano: “Creo que los campos de minigolf son una forma de arte formidable”. En la Galería Gagosian de Nueva York.
Cuándo: Hasta el 22 de octubre
Dónde: Galería Gagosian, Nueva York.