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Mientras tantoCandelas y Felipa, la firma artesanal española revelación 2020, presenta nueva colección

Candelas y Felipa, la firma artesanal española revelación 2020, presenta nueva colección


Desfiles cancelados, pospuestos o a puerta cerrada y a través de internet… el coronavirus continua poniendo en jaque a la industria de la moda a medida que el número de infectados aumenta. Acabó 2020, un año terrorífico desde todos los puntos de vista y en el que la moda, en concreto, ha demostrado que, a pesar de los pesares, uno se puede reinventar. La artesanía española y nuestros diseñadores están evolucionando a través de la creatividad, la investigación y el desarrollo de nuevos materiales. Nuestra artesanía está a la vanguardia. El sector textil es de los que más ha sufrido los avatares económicos, pero ha comprendido que el futuro de la moda en España tiene que estar vinculado a la calidad, el valor añadido y la artesanía para salir a flote. Es importante seguir transmitiendo al consumidor los valores de la moda de autor, «entre los que se encuentran su vinculación con el patrimonio cultural español y el trabajo cercano con las altas artesanías del país», decía recientemente Modesto Lomba, presidente de la Asociación de los Creadores de Moda.

La industria textil ni puede ni debe parar. La moda es cultura. Un traje puede ser una obra de arte. Hay vestidos que por su diseño y creatividad, por la riqueza de sus tejidos o por la finura en sus bordados, se convierten en obras de arte dignas de heredar de madres a hijas, generación tras generación. El objetivo es que la sociedad vuelva a ilusionarse con la moda y que esa ilusión se traduzca en ventas. El sector busca reinventarse a pasos agigantados buscando alternativas, nuevos modos de creación y de exposición de tendencias. Se ha demostrado que la unión hace la fuerza y las iniciativas para activar el sector han conseguido dar algo de oxígeno al sector. Modesto Lomba, además, aseguraba a Efe que la crisis provocada por la Covid llegó cuando aún no se habían recuperado plenamente de la crisis económica anterior.

Actualmente, la mirada se centra en el cuidado del medioambiente, el llamado slow fashion, con «un consumo responsable, invertir en calidad versus cantidad», contribuyendo a preservar no sólo el entorno, «sino también los oficios como parte fundamental del patrimonio cultural». Lomba recordó, en rueda de prensa, que España es uno de los pocos países europeos que conserva un importante tejido artesanal que acumula el conocimiento de muchas generaciones de artesanos. «El sector de la moda de autor es un gran estandarte de estos oficios, al colaborar con artesanos con el fin de que no se pierdan las técnicas y que esa industria se mantenga viva».

La ejemplar respuesta del sector de la moda en los momentos más duros de la pandemia augura una mirada optimista. «Ahora es el momento de apoyar a tantos creadores y recuperar los oficios, la fabricación local y hacer hincapié en la artesanía contemporánea, la base del consumo responsable».

Precisamente, Candelas y Felipa, firma artesanal española revelación del 2020, es una de las que más ha dado que hablar por su cuidado y buen hacer a través de la costura artesanal unida a la tradición. Sus responsables unen su pasión por el diseño artesanal y la moda, entre el lujo y las técnicas de costura más clásicas, en diseños únicos y exclusivos. Todo a través de sus trabajos que provienen de una tradición familiar ligada a la costura homenajeando «a todas aquellas mujeres anónimas que enhebraban cada día una aguja para dar forma a este arte», asegura su diseñador creativo, Guillermo Román. Y acabamos de comprobarlo, de nuevo, ahora que la firma acaba de presentar su nueva colección. Fiel a su tradición, la alta artesanía y el corazón manchego se aúnan para crear siluetas inspiradas en los molinos de viento de las tierras peninsulares con diseños actuales de aires románticos. Efectivamente, Candelas y Felipa ha vuelto a sus orígenes con una nueva colección: Rondeña. Una manera de homenajear a su tierra, La Mancha, a sus tradiciones y a sus gentes. Una demostración del orgullo que se siente por el campo y la cultura, con la que mostrar la grandeza de la tierra por la que Cervantes hizo caminar al ilustre caballero Don Quijote:

«Todos sentimos una necesidad casi imperiosa por viajar, conocer nuevos rincones, nuevas culturas, colores, olores, sabores. Ansiamos experimentar nuevas sensaciones que nos transporten lejos de nuestra cotidianidad, esa que a veces nos resulta anodina. Pero cuando regresamos es como si todo lo que antes nos resultaba normal, de repente, muestra una cara diferente, esa que nos pasaba desapercibida en nuestro día a día. Redescubrir el mundo que nos rodea, nuestra tierra, nuestras raíces. Volver a conectar con nuestros orígenes, con lo que dejaron los que ya no están. Los recuerdos. En definitiva, volver a valorar lo que somos a través del lugar del que venimos». Así es como explica Guillermo Román su nueva línea para este 2021.

Se ha tomado el nombre de la rondeña ‘Enseñá’, palo musical característico de Alcázar de San Juan, el lugar de La Mancha que vio nacer a Candelas y Felipa, donde surge el legado por el que trabajan cada día. La rondeña se bailaba en los momentos más especiales, desplegando toda la esencia del traje tradicional.

El orgullo que yo tengo,
no me lo quita naide
Que soy manchega de cepa
y es para mí lo más grande.

(fragmento de la rondeña enseñá de Alcázar de San Juan.)

Las enaguas, los corpiños y sayas e incluso los delantales han sido los elementos característicos sobre los que se han construido los diseños cargados de la tradición artesanal. Guillermo Román ha jugado con el volumen, construido con tejidos como la arpillera, crepés de diferente caída y texturas y la tafeta ligera, casi etérea. La gama cromática de toda la colección es un reflejo de La Mancha, desde el blanco de la cal y el añil que recubre sus casas, al rojo de las amapolas que salpican los campos pasando por los tostados y negros propios de los trajes de fiesta. Los mantones de Manila, reservados para las grandes ocasiones, dan movimiento y soltura al volumen rotundo de los diseños. La colección incluye dos modelos de zapatos hechos en colaboración con Calzados Franjul, otra firma artesanal afincada en la capital de España, además de un bolso hecho a mano en madera lacada, con su interior en arpillera, una limosnera en crepé con cordón de seda y cadena dorada.

Definitivamente, Rondeña es toda una declaración de intenciones, la reivindicación de una cultura rica, noble y sencilla. La recuperación de las tradiciones y técnicas de costura tradicional. Una nueva forma de hacer lujo artesano, ecológico, ético y responsable al que muchos definen y presentan ya como diseño de alta artesanía.

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