Rosa está en la mesa del salón comiendo sandía y escupiendo las pipas al suelo. Entra su marido, Julián.
JULIÁN.- A ver, ¿qué narices te pasa ahora?
ROSA.- ¿A mí?
JULIÁN.- ¿Para qué nos llamas?
Silencio. Rosa no contesta. Tira dos o tres pipas de sandía al suelo.
JULIÁN.- Cerda.
ROSA.- ¿Y Luisito?
LUIS.- (Entrando en el salón.) Mamá, te he dicho que no me llames Luisito, que tengo ya un montón de años.
ROSA.- Te llamo como me da la gana, que para eso te he parido.
JULIÁN.- ¡Bonita contestación!
ROSA.- Es que me provocáis… Estáis deseando que os diga ordinarieces. Que lo sé yo…
JULIÁN.- Bueno, al grano… ¿Para qué nos has llamado? Que tengo muchas cosas que hacer en el ordenador.
ROSA.- Ah, es verdad, que eres autónomo, se me olvidaba que no tienes horarios…
JULIÁN.- Rosa…
ROSA.- A ver, que se me ha ocurrido un guion genial para una película.
LUIS.- ¿Una comedia?
ROSA.- No sé, Luis, quizá sí.
LUIS.- La gente quiere reírse…
ROSA.- Creo que me voy a hacer guionista. Lo tengo casi decidido.
JULIÁN.- Ya estamos con las gilipolleces. Ayer querías aprender a tocar la dulzaina y el pandero. A la vez. Me voy… (Se da la vuelta.)
ROSA.- ¡Eh! De ahí no te mueves, que os tengo que contar mi película.
JULIÁN.- (Vuelve otra vez a girarse hacia Rosa.) Pues empieza ya, pesada.
ROSA.- ¿Vosotros creéis que es posible que te cobren por hablar tu lengua?
JULIÁN.- ¿Cómo?
LUIS.- Bueno, yo recuerdo una historia en que te cobraban menos en la tarifa del móvil si hablabas con pocas palabras… Creo que era una obra de teatro…
ROSA.- No me refiero a hablar por el móvil, sino a hablar en general… ¿Os imagináis que os cobran por hablar español? ¿Y que algunos muy cabezotas, para no pagar, aprenden otro idioma en un par de horas? Esos serían los rebeldes, los antisistema… Los antagonistas, ¿no? ¿No se dice así?
JULIÁN.- Estás chiflada.
ROSA.- Cualquier día me hago rica con mis ideas, a ver quién estará chiflada entonces, ¿eh?
LUIS.- Venga, mamá, cuéntanoslo, que me tienes en ascuas.
ROSA.- Eso es un buen hijo, no como tú, pánfilo esposo mío.
JULIÁN.- ¡Que lo cuentes ya!
ROSA.- A ver. Se me ha ocurrido, así en el duermevela de la siesta… Veréis. Y si el actor este, a este que han nombrado en la Comunidad no sé qué cosa…
JULIÁN.- ¿A Toni Cantó?
ROSA.- Ese…
LUIS.- Le han nombrado Director del Área de la Oficina del Español, dentro de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, con un sueldo de 74.000€ brutos al año.
ROSA.- Anda, cómo te lo sabes de bien…
LUIS.- Es que soy muy listo.
ROSA.- Tienes a quien parecerte… Lo digo por mí, Julián, así que, que no se suba el ego…
JULIÁN.- Rosa, ve al grano.
ROSA.- Veréis… Después de los títulos de crédito… Toni Cantó, el primer día de trabajo en su nuevo puesto dentro de la Oficina del Español, llega media hora tarde, porque, total, si ya puede defender español en los taxis madrileños de camino al trabajo… Sería defender el español in itinere… ¡Jajajaja!
JULIÁN.- Qué poca gracia tienes.
ROSA.- ¡Calla, merluzo! A ver, que pierdo el hilo. Primer día de trabajo. Primera secuencia, Toni cambiando lápices de vaso… Media hora de coger uno a uno los lápices del vaso a la izquierda de la mesa y ponerlos uno a uno en el vaso de la derecha de la mesa. Otra media hora para volver a poner los lápices en el vaso de la izquierda. Entonces da la hora de bajar a tomar un café. Una hora y cuarto de café con churros, defendiendo el español en la cafetería. Después sube de nuevo a la oficina. Hora y media contando si en el paquete de folios de 500 hay de verdad 500 folios o no. Y confundiéndose muchas veces y empezando de nuevo… Es que es de letras, como es actor… Después, hora y media hora contando si en el paquete de 10 bolis negros hay de verdad 10 bolis negros o no. Y confundiéndose muchas veces y empezando de nuevo… Es que es de letras, como es actor… Y entonces… Chan, chan, chan… aquí viene una música de misterio… chan, chan, chan… justo antes de la hora de comer en su horario de verano se le ocurre… ¡la gran idea! Sonríe. Fundido a negro. En la siguiente secuencia le vemos camino de casa defendiendo el español por la calle, defendiéndolo de los bárbaros que lo atacan… Pero todo con otro semblante, porque ha tenido ¡la gran idea! Y esa idea la va a desarrollar al día siguiente, porque…
JULIÁN.- Rosa, no tengo toda la mañana… ¿Qué gran idea es esa?
ROSA.- ¿Alguien ha registrado alguna vez el español?
LUIS.- ¿Qué es registrar el español?
JULIÁN.- ¿Como cuando te registra la policía?
ROSA.- No, idiota… Me refiero a ir a la oficina de registro y registrarlo.
LUIS.- ¿En la Oficina de Patentes y Marcas? ¿O en el Registro de la Propiedad Intelectual?
ROSA.- ¿Eso existe? ¿Registro de la Propiedad Intelectual?
LUIS.- Sí, claro… Y luego el de la SGAE, que mi amigo Jonás lleva allí las obras para que luego le den el 10% de lo que se recauda en los teatros…
ROSA.- Vale, pues ya o tengo… ¿Os imagináis a Toni Cantó registrando el español en el Registro de la Propiedad Intelectual?
LUIS.- ¿Registrar un idioma? ¿Eso se puede?
ROSA.- ¿Alguien lo ha intentado alguna vez? ¿Y si resulta que se puede? ¿Qué hay que llevar? ¿Un diccionario de español?
LUIS.- O tal vez haya que llevar el español en un pendrive.
ROSA.- Imaginaos la secuencia… Toni Cantó con un pendrive en la mano en la puerta de la oficina del Registro de la Propiedad Intelectual, mirando en lontananza, con los ojos medio cerraditos, como el que va a hacer algo importante… Y todos los espectadores saben lo que hay dentro del pendrive… ¡El español!
Toni Cantó con su pendrive en la puerta del Registro de la Propiedad Intelectual
JULIÁN.- ¿Pero cómo va a conseguir alguien meter el español en un pendrive?
ROSA.- Pues yo qué sé… Con un embudo, por ejemplo… Qué negativo te pones siempre que os cuento una de mis grandes ideas… ¿Me dejáis seguir?
LUIS.- Yo creo que sí que cabe el español en un pendrive. Es que hay pendrives de mucha capacidad.
JULIÁN.- ¿Y cómo puede ser que nosotros llevemos toda la vida para aprender el español y luego resulte que en un pendrive así pequeñajo, en un pendrive de mierda, alguien pueda meter todo el español? Me parece tan injusto…
ROSA.- “Asombrose un portugués…”
JULIÁN.- ¿Qué?
LUIS.- Ya, cuesta creerlo…
JULIÁN.- Es como una peli de ciencia ficción. Cómo meter un idioma en un pendrive…
LUIS.- Ya…
JULIÁN.- Toni Cantó con un pendrive en la puerta del registro… Dentro del pendrive, el español… Da un paso y se tropieza con un adoquín mal colocado, y se le cae al suelo el pendrive y se cuela por una alcantarilla, y… ¡Oh, no! ¡Era la única copia que había! ¡Hala, el español a la mierda! Él, cuya misión era defender el español… ¡Qué tragedia! Ahora tendrán que venir por lo menos los que encontraron los huesos de Cervantes en las Trinitarias a meterse en la alcantarilla a recuperar el español… Eso si no se lo ha comido una rata… Imagina que el pendrive tiene un color chillón, por ejemplo, naranja, y una rata lo ve, y…
ROSA.- ¿Me dejáis seguir?
JULIÁN.- Venga, sigue…
ROSA.- Bueno… ¿Y si ahora, en la defensa con uñas y dientes que va a hacer Toni Cantó del español, decide registrarlo? Segundo día de trabajo: va a la oficina, mete el español en un pendrive, mira en Internet dónde está la oficina del Registro de la Propiedad Intelectual, y allá que va, antes del café de a media mañana. Se planta en la puerta, mira en lontananza con el pendrive en la mano… Y entra… Y… LO REGISTRA.
JULIÁN.- Y entonces viene el FIN y los títulos de crédito…
ROSA.- No, ahora viene lo bueno… Lo registra no a su nombre, sino a nombre de la Comunidad de Madrid, y entonces los que hablamos español tenemos que pagar un impuesto a la Comunidad de Madrid cada vez que lo usemos. Pero no solo los madrileños ni los que vivan en Madrid, sino cada persona que use el español, esos 600 millones de personas que dicen en las noticias que usan el español en el mundo… Y entonces están los negacionistas que se niegan a aceptar pagar el impuesto y acaban en la cárcel. Y otra gente que decide aprender en poco tiempo, un par de horas, otra lengua, para comunicarse entre ellos, pero como en guetos, porque, claro, por ejemplo, los que hayan decidido aprender finés solo se podrán comunicar con los otros que hayan decidido aprender finés, además de con los que viven en Finlandia… Pero, bueno, esos serán los menos, porque la gran mayoría de la gente que habla español pagará el impuesto anual, no… ¡Mensual! Y entonces la Comunidad de Madrid se hará rica, inmensamente rica, imagina que de 600 millones de personas, 599 millones optan por pagar el impuesto mensual, y lo acaban viendo como algo normal, como quien paga por el reconocimiento de llamada en su línea de teléfono, que lo vemos como algo normal pero realmente nos lo están cobrando.
JULIÁN.- O como quien paga porque el banco le guarde su dinero y haga sus trampas con él… Que lo vemos como algo normal, pero…
LUIS.- O como quien paga por…
ROSA.- No me dejáis terminar, con vosotros es imposible…
JULIÁN .- ¿Es que vas a terminar alguna vez? ¿Esta historia de mierda tiene un final? Por favor, cuéntanoslo ya, que no aguanto más.
ROSA.- No es una historia de mierda, imbécil. Ahora no me da la gana deciros cómo acaba… Como castigo os quedáis sin saber qué pasa…
JULIÁN.- Eso es porque no tienes el final pensado.
ROSA.- Lo que tú digas… Además, cuando se estrene no os pienso ni invitar…
LUIS.- Oye, y lo mejor de todo, ¿sabéis qué es?
ROSA y JULIÁN.- ¿Qué?
LUIS.- Que en tu película, Toni Cantó podría interpretarse a sí mismo. Como es actor…
Continuará…
@nico_guau
Ana Belén, de moda estos días por hacer de una Cleopatra pasada de rosca en Almagro, con Toni Cantó en el Hamlet estrenado en 1989 en el Teatro María Guerrero.