De Cartagena de Indias a Cherán

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Vaya fin de semana. Los discursos de la doble moral se concentraron en Cartagena de Indias, donde no había elefantes como los del jefe de Estado no electo español, pero había más de una piraña en la mal llamada Cumbre de las Américas. La única cumbre americana de verdad se dio un par de días antes, con la gran y fructífera reunión de líderes indígenas de Abya Yala (que para quien aún no lo sepa es la denominación originaria para las Américas). Yo, confieso, me desconecté del show Obama y compañía. No me interesa mucho. Conozco Cartagena y sus miserias, conozco Latinoamérica y sus contradicciones (la principal sigue siendo tener que aguantar a Obama y que sus posiciones sean las que se impongan).

 

Por eso me concentré en Cherán. Este pueblo del Estado de Michoacán, México, celebraba ayer 15 de abril el primer aniversario desde el levantamiento popular con el que pusieron fin (al menos hasta ahora) al crimen organizado y a la inútil y corrupta presencia del Estado. Un año ha pasado y luchan día a día por lograr el respeto de su autonomía política, basada en formas tradicionales de gobierno e, incluso, en rondas comunitarias que han sustituido a la temida policía.

 

Ayer fue un día hermoso… lanzamos una campaña para escuchar al mundo y gentes de muchos países respondieron al llamado para decirle a las y los comuneros de Cherán que no están sólo y que su historia cada día es más conocida, más inspiradora, más ejemplar. Fuerza a Cherán pues… allí están pasando cosas, no en Cartagena ni en los palacios del poder.

Me perdí en Otramérica, esa que no es Iberoamérica, ni Latinoamérica, ni Indoamérica, ni Abya Yala... y que es todas esas al tiempo. Hace ya 13 años que me enredé en este laberinto donde aprendí de la guerra en Colombia, de sus tercas secuelas en Nicaragua, de la riqueza indígena en Bolivia o Ecuador, del universo concentrado de Brasil o de la huella de las colonizaciones en Panamá, donde vivo ahora. Soy periodista y en el DNI dice que nací en Murcia en 1971. Ahora, unos añitos después, ejerzo el periodismo de forma independiente (porque no como de él), asesoro a periódicos de varios países de la región (porque me dan de comer) y colaboro con comunidades campesinas e indígenas en la resistencia a los megaproyectos económicos (porque no me como el cuento del desarrollismo). Este blog tratará de acercar esta Otramérica combatiendo con palabras mi propio eurocentrismo y los tópicos que alimentan los imaginarios.