De mi diario : Semana 06 / 2018

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Mi carnaval, como la proverbial procesión, es el que va por dentro.

 

Weiß/Colonia, 4.2.

Viene a tomarme el pelo mi Fígaro particular, Oskar, y conversamos entre otras cosas acerca del carnaval que se nos echa encima, y se asombra mucho al saber que Diny fue la majorette del carnaval de su pueblo, Beek, en sus años mozos. Cuando le digo que poseo una foto que lo demuestra de modo fehaciente, me pide la gauchada de que se la escanee y se la envíe. Cosa que hago cuando se va, con mucho gusto y fina voluntá, como decía su tatarabuela Remedios.

 

Diny dejó la lectura de la saga de los Forsyte, que le regalé por las navidades, para abordar la de Las piedras de Florencia, de Mary McCarthy, uno de los libros más bellos que conozco.

 

Me llega con el correo quelonio el último # de Cuadernos Hispanoamericanos, que incluye un dossier sobre la autobiografía y los diarios. El texto que más me interesa es el que firma Laura Freixas, con quien hace años mantuve correspondencia sobre el tema. Pero la razón por la que su texto me interesa más es que se trata del único extraído de su propio diario. Y ahì me salen al paso dos observaciones. La primera es que los fragmentos de su diario que ha seleccionado son casi todos reflexiones acerca del hecho mismo de esa escritura, de por qué escribe un diario, cosa que a mí, en este, ni se me ocurriría. Sencillamente porque tengo muy claro por qué lo escribo y no me juego en ello ninguna ambición literaria: lo único que deseo es dejar memoria de mí a mis hijos y a mis nietos, y a estos, además, el relato de sus propias infancias, documentadas de un modo casi exhaustivo en él. Y la segunda observación es que al final me tuve que reír con el texto de Laura, cuando leí que a diferencia de los diarios escritos por mujeres, en los escritos por hombres «falta la vida interior de la casa; no se cocina, no se cambian las sábanas; no se atiende a los niños, todo eso no existe o se hace solo». Y me tuve que reír no sólo porque en mi diario sí se cocina, sí se tiende la cama, sí corren los niños por la casa, es que además, en la última entrega, la primera de sus entradas cuenta de Diny armando un armarito de Ikea, que es una nueva demostración, y de ella hay docenas en mi diario, de que soy un inútil en materia de labores caseras y el “manitas” de la casa es una mujer.

 

Weiß/Colonia, 5.2.

Esta noche soñé, no que volvía a Manderley sino que estaba en Madrid, pero algo me despertó justo a punto de llegar a La Daniela, casi empezando a bajar por el Arco de Cuchilleros. ¡Cuán hijueputa puede ser un cortocircuito entre el subconsciente y el apremio de la vejiga!

 

Donde la dermatóloga, que esta vez me hace un raspado a fondo, de tal manera que cuando me aplica la tintura cauterizante veo bastantes estrellas aún no catalogadas en ningún observatorio astronómico. Me pide luego que regrese dentro de dos semanas. Volveré armado, I promise!

 

Me escribe Martha para anunciarme que de Roma también quieren tenernos a los participantes en el coloquio de Florencia, pero el martes 17 de abril, con lo cual tendríamos dos días más en Florencia y dos en Roma, libres como pájaros. Serían dos (pájaros) que mataríamos de un tiro porque de Italia sólo conozco Génova, cuando acompañé a Theo al ir a embarcarse allá camino de Chile, y luego al regreso Milán, en un transbordo de muchas horas que me permitió conocer la catedral, las galerías y la Scala; y además Venecia, adonde Diny y yo fuimos cinco veces, una de ellas con nuestros tres hijos, todavía pequeños, en pleno Carnaval y huyendo del de acá.

 

Weiß/Colonia, 6.2.

Todas las noches de los lunes trato de no perderme la serie Spooks, para ver qué les toca salvar esta vez a los chicos del MI 5. Si la grandeza del Imperio, la paridad de la lihra esterlina, algún mega atentado en Londres, o los valores de Occidente. En esta ocasión tienen que evitar un atentado mortal contra el presidente USA, quien habría acudido a Londres para participar en una secreta conferencia de paz entre israelíes y palestinos. Political fiction pura, porque no sé de ningún presidente gringo interesado en perder electores judíos para favorecer una solución que respete los derechos de los palestinos. Ni uno solo. Y si no, que me lo demuestren.

 

En la cabecera de la portada del diario el titular DIE SONNE IST DA! [=¡Llegó el sol!] con las viñetas de los seis días desde mañana hasta el domingo, ocupada cada una por un sol radiante, y sólo la del lunes con amenaza de aguacero. Ojalá acierten, porque de jueves a lunes corren los días cruciales de la vida pública de Colonia, del Jueves de Comadres al Lunes de Carnavalno más que si el ensayo general es hoy, el sol debe estar de vacaciones en las Seichelles, o en el Caribe, y amén de ello el padre Zeus nos espera con el amago de una nevada a la salida de La Modicana, que cuando voy a acostarme para dormir la siesta se ha convertido en una nevada de lo más tupida, como organizada en Hollywood para una película de ambiente navideño.

 

Hoy, en La Modicana, mi buen Carlitos, que es de piñón fijo, encarga su lasaña, y yo, que suelo serlo también, mis espaguetis con almejas. Creo que ambos acertamos. Y la signora encuentra tan divertido como yo que la invitación a ir a Roma me la haya hecho un catedrático hispanista que se apellida Tedeschi. Caray, llamándose así lo normal sería que fuese germanista. Ecco!

 

Weiß/Colonia, 7.2., san Ricardo, rey

Cero sol en el día de mi onomástica. Por cierto que lo de las onomásticas y cumpleaños es en mi caso un auténtica paradoja, ya que soy republicano hasta la médula, pero mi santo se celebra el 7 de febrero, día de san Ricardo, rey, y nací un 10 de junio, día de santa Margarita, reina. En fin


[Me queda la sospecha de si no he dejado esto escrito aquí mismo, hace un par de años].

 

El correo quelonio me trae el ejemplar de El lector decadente, que me mandan de Revista de Libros para que lo reseñe. Un escrutinio detallado del índice me permite aventurar la sospecha de que voy a pasármelo bien leyéndolo. Lo único que me extraña es que el libro se limita a la obra  de autores franceses e ingleses. ¿Es que no hubo literatura decadente en Alemania, Italia, España? A mucha gente le puede parecer romántico Espronceda, pero yo lo encuentro de un decadente rayano en lo sublime. Lo que pasa es que se adelantó ½ siglo al decadentismo.

 

Weiß/Colonia, 8.2., Jueves de Comadres

3:00 am : Maldad bajo el sol : La acabo de ver y me ratifico en la opinión de que David Suchet es el mejor Hercule Poirot que ha llegado a la pantalla. La versión anterior, con Peter Ustinov, no es mala, al contrario, es incluso bastante buena, y cuenta además con el valor añadido de su banda sonora, inesperada y famosamente compuesta por temas de Cole Porter (es lo mejor de la peli, dicho sea de paso). Sólo que este telefilme con David Suchet le gana cuando menos por una cabeza. La del propio DS. Pero también por la ambientación en Cornualles, como en la novela de doña Agatha, y no en el Adriático. Last but not least me gustaría saber a qué cráneo privilegiado se le ocurrió titular en español Muerte bajo el sol (a la de Ustinov) cuando está claro que es Evil Under the Sun. Ese título español es como un globo desinflado.

 

Yolanda me cuenta desde Marrakech: «Aquí está haciendo un frío pelón. Ya sabes que las casas no están acondicionadas, igual como en Canarias. Yo he pasado en La Laguna más frío que con –25º C  en Varsovia». Y yo, más en Huelva que en Sylt con el Mar del Norte congelado.

 

Al ser Jueves de Comadres, día inaugural de la semana del Carnaval callejero, tenemos a Henri en casa, hasta mañana. Montserrat no ha renunciado en ningún momento, tampoco desde que es madre, a los privilegios que el Rey Momo concede a las comadres en esta semana loca, y muy especialmente en el día inicial. Por cierto que ha salido el sol y me alegro por los carnavaleros, aunque se trata de un sol huevo frito con aceite de colza, que no calienta ni por equivocación.

 

Cerca de la medianoche : Todo el día dedicado a la escritura de dos textos para el Día Mundial de la Radio, que será el martes próximo (¡cumpleaños de Carlitos, tengo que comprarle un regalo!) Ya los he enviado a la redacción de El Espectador y a la de Nexos. Ambos cortados a la medida: el de EE con una cita deslumbrante de Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón, y el de Nexos con tres ejemplos mexicanos. Por cierto que en el libro de Ibargüengoitia que consulté para este artículo, encontré un recorte de prensa con la frase de T.S. Eliot que anduve persiguiendo hace tiempo«No se puede alegar que el periodista trabaje un material distinto al de otros escritores,  lo que hay que reconocer es que lo hace por un motivo distinto y, quizá, más honorable aún».

 

Weiß/Colonia, 9.2.

Luis Miguel me escribe desde México para agradecerme que haya “reverberado”, como él lo  expresa, su sección “El Poema del Día”, en Nexos, que esta vez era uno de Ted Hughes, el cual ya publicó hace años y yo también lo “reverberé” entonces, de lo que no me acordaba. Y de propina me manda el texto de una deliciosa columna suya sobre las erratas en Borges. Se lo agradezco con un email donde le digo: «Él decía que las erratas mejoraban sus textos, cierto, pero a mí me gustaría saber qué cara habría puesto si su Historia universal de la infamia hubiese aparecido como Historia universal de la infancia (a un texto mío, «Historia fotográfica de la infamia», en Cuadernos Hispanoamericanos, le tocó esa errata). Y claro, tú eres el autor del espacio, por eso recuerdas que me latió en su día el poema de Hughes. Yo, al verlo ahora, lo releí con gusto pero sin recordar que la primera vez lo había leído gracias a ti. En todo caso es un poema que se puede volver a leer siempre, y siempre con admiración. Es lo que me pasa con ciertos poemas de Rilke, de Machado, de Brecht, de Vallejo, de Verlaine Por cierto, seguro que conoces el poema del Pauvre Lelian que dice «Les sanglots longs / des violons / de l’automne / blessent mon coeur / d’une langueur / monotone». ¿Pero sabías o sabes que ese fue el santo y seña de Londres a la Resistance para avisarles del desembarco en Normandía?»

 

La columna de Luis Miguel me llevó a consultar mi ejemplar de Los conjurados, de Borges, y sí, es la misma edición que manejó LM y con la misma errata que es toda una epifanía. Pero es que además descubro algo que me mueve a escribirle a Pepe Juan, pasándole el enlace con la columna de LM: «Te reirás con el gazapo fenomenal en el poema a Sherlock Holmes, de Borges, pero lo que te quiero contar es que la lectura de la columna me llevó a buscar mi ejemplar del libro, y en efecto, es la edición que incluye el gazapo. Pero lo mejor del caso es que ese libro me lo regalaste tú, con una bonita dedicatoria, en Punta Umbría, en 1985, recién aparecida la primera edición. Lo dicho, que este mundo es un pañuelo y como Dios se acatarre» Pepe Juan me contesta: «Genial la columna. En cuanto a la errata, y utilizando terminología taurina, podríamos decir que el editor hizo una faena «aseada». Y gracias por el recuerdo de los primeros tiempos de nuestra amistad, pues, si no me equivoco, aquella visita os la hice a la casa cerca del Calypso en Punta [Umbría] en la que estabais Diny y tú con vuestros hijos. Cenamos con Félix Morales, Juan Drago y Juan Cobos Wilkins, creo recordar. Andábamos por entonces con El Fantasma y la bellísima conDados de Niebla». Y a mi vez le contesto: «Ah, sí, esa velada que ha pasado a los anales de familia Bada Hansen como «la noche de las coquinas», que mi hijo y yo traíamos en cubos desde la pescadería y que Diny cocía con generosos chorros de Barbadillo. O tempora, o mores! Y a propósito de mores, aquella noche, cuando ya dormían los niños y tan sólo nos quedamos dos parejas, nos fuimos a la playa, nos encueramos a la orilla del mar y nos bañamos en pelota, como está mandao. Ay, Pepe Juan, todo lo que me has hecho recordar»

 

Weiß/Colonia, 10.2.

Diny se va a la 1:00 pm, con el último bus que circula antes de que comience el Corso del carnaval en Weiß. Va a lo de Chico, a guisar una gran olla de sopa de lentejas para que sus invitados tengan algo con qué aplacar la gazuza mañana y pasado, cuando desfilen bajo sus ventanas los dos grandes Corsos de las carnestolendas colonienses, el popular de los barrios y las escuelas el domingo, el oficial de las agrupaciones carnavaleras el lunes. Hubiese querido ir a ver el de mañana, porque hay una boca de Metro (línea 17) frente a la puerta del edificio donde vive ahora Chico; pero me enteré de que las estaciones de esa línea estarán cerradas al público desde las 9 am hasta las 3 pm, y desistí, tendría que viajar con la línea 16 hasta donde llegue ese día, que no será sino hasta la parada a la orilla del Rhin, y de allí a la casa de Chico es un buen trecho, arduo de recorrer para un semiinválido como yo y además metido de hoz y de coz en la muchedumbre carnavalera, que es una hidra temible. Llevo 44 años sin ver ese Corso, que es el único que me gusta, pero está listo para sentencia que ya no lo volveré a ver al menos en esta encarnación. Y en cuanto al de Weiß, ese llevo sin haberlo visto nunca, y eso que antes de que construyeran las nuevas casas en la acera de enfrente, cuando aquello era un prado, desde nuestro balcón se podía ver un buen trecho de la calle principal, donde empieza el desfile; pero jamás me llamó la atención. Diny y nuestros niños sí que iban, y luego Diny con los nietos, yo no. Mi carnaval, como la proverbial procesión, es el que va por dentro.

 

Estuve pensando por qué la KVB [la compañía de transportes públicos de Colonia] cierra el acceso a las estaciones de la línea 17 durante el desfile del Corso, siendo así que se trata de paradas subterráneas. Y de repente me cayó el vintén, como dicen en el Uruguay, o bien se me prendió la bombillita, como en los cómics: conociendo los desmadres nada cívicos por los que Colonia se caracteriza en esta semana de locura, la KVB no quiere que esas estaciones se conviertan en gigantescos urinarios y vomitorios públicos, ni en morgue de lo que aquí llaman “cadáveres etílicos”, borrachos en tal medida que se quedan catatónicos. Bien pensado, oiga.

 

Olvidé consignarlo, antier encontré un tuit alemán güeno güeno güeno de verdá de la güena;


 

O sea, en cristiano: «Sabio es mi hijo: “Trump debería tomarnos como ejemplo. Dos veces nos hicimos construir un muro. La primera vez lo pagaron los romanos, la segunda los rusos”».

 

***************THE END***************