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Mientras tantoDe mi Diario / Semana 2 / 2017

De mi Diario / Semana 2 / 2017


 

Weiß/Colonia, 8.1.

El día amaneció metido en niebla y en una llovizna fría y triste. Pero nosotros, gracias sean dadas a los dioses, tenemos al sol (Henri) dentro de la casa.

 

En el suplemento mensual del diario dedicado a los libros aparecen este fin de semana reseñas de dos novelas que debo comprar y leer. La primera, una policial francesa atípìca, La Septième Fonction du langage [La Séptima Función del lenguaje], de Laurent Binet, donde un detective y un semiólogo tratan de desentrañar si Roland Barthes fue víctima de un accidente de tráfico o de un crimen planeado y la solución pasa por la Lingüística. La segunda novela fue escrita directamente en alemán por el serbio Jovan Nikolic, residente en Colonia desde 1999, y se titula La orquesta de las mujeres que me abandonaron. La reseña cita una memorable frase cuyo escenario es la entretanto, desde la Nochevieja del 2015, tristemente célebre estación central de Colonia: «Si los negros–discúlpeseme la incorrección política– han caído tan bajo como para robarle a un gitano eso significa que ha comenzado el fin de los tiempos».   

 

Guglielmo sobre mi Concierto de Año Nuevo: «Mio caro Riccardo: Ya sé que no te gusta que te corrijan, pero no hay que confundir al ejecutante de “Macondo”, Óscar Chávez (amigo mío), con el verdadero autor de la canción, el peruano Daniel Camino, también mi amigo. Que sirva como comprobación de que siempre te leo». Le contesto ipso fuckto: «¿De dónde sacas que no me gusta que me corrijan?  Tan justamente me dices eso a mí, que tengo un consejo asesor de cinco amigos a quienes envío mis textos antes que a las redacciones que los publican, para que me los corrijan. Y que no pocas veces me han librado ya de otras tantas ignominias. En lo de «Macondo» nos dormimos todos, pero en realidad debe haberles pasado lo que a mí, que lo que cuenta en último término es el intérprete. ¿O es que oyendo el adiós a la vida de Jaume Aragall piensa uno en Puccini? Sea como fuere, gracias por leerme». 

 

Me escribe Marianela juiciosamente a propósito de que leyó en mi diario de la semana pasada lo que le respondí a BU, a quien no lo había gustado mi frase de la semana, la de Santa Teresa diciendo que tenía experiencia en lo que son muchas mujeres juntas, y «que ¡Dios nos libre!». Y me dice mi buena Marianela: «Presumo que BU no ha trabajado nunca rodeada de quince o veinte mujeres juntas. Es insufrible, y te lo digo yo, que de antifeminísta no tengo un ápice».

 

Definitivamente, no. El Maigret de Rowan Atkinson no es el de Simenon. Con esto no quiero decir que su desempeño como actor sea malo, al contrario, es bueno. Pero si este personaje se llamase Dupont o Louvier, todos saldríamos ganando. Hélas! 

 

Weiß/Colonia, 9.1.

A las 11:00 am o’clock en lo del cardiólogo. Me oye paciente y calmo, como él es, y me dice que todo el malestar actual (sobrepeso, abulia que me lleva a dormir hasta las 11, 12 del día) es posible que se deba a un medicamento que no me recetó él, ese Bisoprolol que ve en mi ficha y que me recetó mi médico de cabecera después de la última vez que estuve acá, hace un año y dos días. Es un betabloqueante y, me explica: «No conozco en la historia de los medicamentos ningún otro ejemplo comparable, de un remedio que de ser la panacea universal pasó a bajar del podio y tener que conformarse con el cuarto puestopor ahora, puede que baje más». Sea como fuere, una vez empezado el tratamiento no es bueno cancelarlo de golpe y porrazo, así es que empezaremos por reducir el consumo de Bisoprolol a ½ pastilla diaria durante dos semanas y, si los valores de la presión sanguínea se mantienen, a ¼ y luego a 0. Por lo demás, el largo y minucioso examen de mi corazón y de las arterias decisivas le deja, nos deja, tranquilos, no hay cambios dignos de anotar y es como en la prensa: ¡Falta de noticias, buenas noticias!

 

Diny está leyendo De dokter en het lichte meisje [=El médico y la muchacha ligera de cascos], la novela que más me gusta de Vestdijk, y de cuya protagonista, Cor, escribí cierta vez, en El Malpensante, que es «una de esas mujeres de las que te enamoras en cuanto la conoces. Incluso aunque no sea bíblicamente». Una vez más pienso en el hecho de que casi no se ha traducido nada al español de Couperus, Vestdijk, Hermans, Theun de Vries, Louis Paul Boon. Sólo en los últimos tiempos hay traducciones de Hugo Claus, de Mulisch y del inevitable Nooteboom. Una de las literaturas más ricas del siglo pasado la tenemos en blanco en nuestro idioma.

 

Es una reina. Esta sí que es una reina de los corazones. Las palabras de Meryl Streep al recibir el premio Cecil B. de Mille en la ceremonia de entrega de los Globos de Oro debieran ser tema de estudio en las escuelas de periodismo del mundo entero. Ni siquiera necesitó mancharse los labios con el nombre del malparido que te dije (toquemos fierro, pues seguro que acarrea mala suerte nombrarlo por su nombre). Y al rato, el malparido descalificándola desde Twitter, desde el púlpito virtual de su Inquisición, donde es fiscal, Gran Inquisidor y Dios, o sea: la putísima trinidad. Pobre fantoche. Pero mucho más pobres de nosotros, que tendremos que soportar sus payasadas y sus pataletas por lo menos cuatro años. ¿Cómo se podría titular su autobiografía, de publicarse en alemán? ¿Mein Mampf? Sí, Mi pienso, sólo que en sentido alimenticio para las bestias (con perdón de las bestias). ¿Y su lema vital? «Pabulor, ergo sum [Tengo pienso, luego existo]». De a deveras, da asco escribir sobre semejante basca de la Genética.

 

Weiß/Colonia, 10.1.

Con Diny (liberada de sus tareas como abuela por pandemia de gripe donde Chico), Carlitos y yo almorzamos hoy en Marano y la charla se centra sobre el malparido que te dije y sobre Pepe Mujica, de quien el canal 3sat ofreció ayer, o antier, un documental de 90’. Carlitos empieza a hablar con entusiasmo –lo conozco a Carlitos– acerca del tema, pero lo freno en seco; a mí ese Pepe Mujica siempre me ha producido rechazo. Jamás me ha caído bien, quizás por las mismas razones por las que le cae bien a la izquierda biempensante. En primer lugar creo que es algo así como la encarnación de las virtudes arquetípicas del oriental, o sea, algo que jamás puede valer como modelo para el resto del continente. Lo dije hace tiempo, no sé si en este diario o en cualquier otro soporte, que Pepe Mujica se podía permitir ser como era por ser el presidente del Uruguay. Con independencia de que un PM sería imposible pensarlo como presidente de la Argentina (o del Brasil o cualquier otro país, con la posible excepción de Andorra), de haberlo llegado a ser jamás hubiera podido hacerlo comportándose como lo hizo siendo el presidente de la Banda Oriental. Entonces para mí la cosa está muy clara: carecen de mérito sus cacareadas virtudes de sencillez y modestia si eres el presidente de Sencillolandia o Modestistán, nomás te estás comportando como uno más de quienes te eligieron. Y sí, puede que eso tenga algún valor comparativo con quienes presiden en otros parámetros, pero no en los propios, y no es por ellos por los que puede medirse la tarea de un Santos en Colombia, por ejemplo. Sin que esto quiera decir que soy un proselitista de Santos, sólo quiero dejar constancia de que un Mujica, tal como es y se muestra, sería imposible en Colombia. No digamos en la Argentina, donde no se podría permitir ir de su casa a la Rosada en bicicleta. Lo asesinarían, no por motivos políticos, sino de prestigio nacional. ¡Qué menos que un Mercedes, como Fangio!

 

Pasan el primer episodio de la 3.ª temporada de la serie policial australiana protagonizada por Miss Phryne Fisher y me río al ver que le dedican un homenaje subliminal a la época (los 20 del pasado siglo) y a Conan Doyle: la tía Prudence vive en  Melbourne en el # 221B de su calle, un guiño irónico al 221B de la Baker Street londinense, domicilio de Sherlock Holmes.

 

Weiß/Colonia, 11.1.

Alan Mills es un escritor guatemalteco al que llegué gracias a mi deuda estherna, que lo conoce porque vive en Berlín, como ella. Estamos en contacto desde hace tiempo y hoy me ha escrito para darme las gracias por mi texto sobre Onetti, que le envié a raíz de ver este tuit suyo :


 

«Lo estoy leyendo con gusto; y debo comentarte, por cierto, que poco tiempo después de haber tuiteado que no me gustaba Onetti alcancé a recapacitar y terminé apreciando su obra como se lo merece: coincido en que es una obra que de entrada te da una paliza y necesita entonces de lectores entrenados y no demasiado asustadizos». Le contesto «Sólo estas líneas para decirte que, hasta donde yo sé, no es pecado que no te guste Onetti o el lucero del alba. Yo adapté a la radio, para la WDR [Radio Colonia], un cuento suyo y sé lo que vale. Pero me sigue sin gustar. Y además insisto en lo que dije en mi conferencia (donde, por cierto, tuve a más de la mitad del público en contra y de manera militante, pero me supe defender): es un autor sobrevalorado en función de la leyenda en torno a su persona». Y Alan me acaba de responder esto: «Quizá me faltó decir que entiendo tu conferencia desde los dos polos de mi lectura: primero desde la perspectiva del Alan primerizo que no gustó de Onetti durante un tiempo y, luego, desde la visión del lector ya preparado por los libros de Ludmer y Vargas Llosa que leí y releí sobre el polémico uruguayo. Estoy terminando ahora de leer tus opiniones sobre los pasajes y textos de Onetti. Me han dejado pensando y con ganas de profundizar más mi lectura: llegó la hora del tercer round». A lo cual no tengo más remedio que contestarle: «Bien se ve que eres un hombre joven. Yo, a mis 77 camino de los 78, ya  no resistiría un tercer round contra Onetti». Es más: ni le deseo el primer round a nadie camino de los 18. ¡Pobres hijos!, como diría Cortázar.


La inauguración de la Elbphilarmonie, en Hamburgo, debe haberse oído como un megasuspiro en la gran ciudad. Su construcción ha durado seis años más lo previsto y los 77 millones de € del cálculo inicial se subieron a las nubes: incluyendo las donaciones privadas han sido nada menos que 866 millones. ¡El Tercer Mundo manda saludos colegiales! Pero valga decir que el resultado final consuela de todos los escándalos, retrasos y demás. Y el concierto inaugural ha sido una portentosa prueba de que esta sala de conciertos tal vez posea, y hasta sin tal vez, la  mejor acústica del mundo. Yo lo seguí, su primera parte, ante el televisor, y para la segunda me senté frente a la compu y con los auriculares. El coro de la 9.ª, la Oda a la Alegría, ha sido una gozada indescriptible, casi como si se lo oyese por primera vez. ¡Aleluya, pues! Y a planear ya un viaje a Hamburgo para asistir a algún concierto en ese Arca de Noé del sonido puro.


Weiß/Colonia, 12.1.

Un bromista subió a la red una fotografía histórica en la que se ven, de izquierda a derecha, a Vargas Llosa, su entretanto exesposa Patricia, Carlos Fuentes, Onetti, Emir Rodríguez Monegal y Neruda, este con gorra de visera y atuendo informal blanco. La broma consistía en que, según la leyenda, los presentes en la foto eran Camus, Simone de Beauvoir, Omar Shariff, Onetti (este verdaderamente imposible de confundir), Jean–Luc Godard y un vendedor de barquillos. Contando con que todo el mundo la iba a entender (la broma, digo), envié la foto a un par de docenas de amigos. Y para mi sorpresa, exceptuando Juan Carlos Tajes en Ámsterdam y Cristy en Barcelona, nadie más, de entre quienes me acusaron recibo, supo de cierto si era una broma o una foto histórica. Y la foto claro que es histórica, pero el rótulo era la broma. Por cierto que Cristy me dijo, al acusarme recibo: «Mañana estas falsas atribuciones fotográficas circularán como pulgas por las redes. Éramos pocos y parió la abuela, como dicen en mi pueblo». Cuánta razón tiene la petisa. Habrá que cambiar la norma periodística: Fake news, bad news.


Paradójicamente, creo que me voy a especializar en fake–news de este tipo: LA AGRUPACIÓN PROFESIONAL DE SIQUIATRAS ARGENTINOS SÚPER INTERESADA EN EXAMINAR A TRUMP PARA ESTABLECER PARÁMETROS DEFINITIVOS EN MATERIA DEL EGO. DIZQUE LE HACE UNA COMPETENCIA DESLEAL AL PUEBLO ARGENTINO.

 

Weiß/Colonia, 13.1.

Diny está enferma desde anoche, cuando regresó de su sesión semanal de gimnasia Feldenkreis me dijo que creía haber agarrado un virus en el camino, y desde entonces está en la cama, sólo a base de tisanas porque el estómago no le admite comida alguna. A duras penas pude terminar anoche mi artículo para Nexos sobre Martin Niemöller y su poema que en nuestro mundo se le atribuye falsamente a Brecht. Acabo de repasarlo ahora, antes de enviárselo a Kathya, y a decir verdad me asombra ver que tiene pies y cabeza. Porque yo, con Diny enferma y en la cama, soy un ser que anda por el mundo a tientas.

 

Primera vez en años que llamo a Chema, en lo de Joselito, en Huelva, para felicitarlo en su cumpleaños, y no está, ha salido a dar la vuelta a la manzana con su perra. Pero así lo puedo felicitar a través de una plática con Lola, cuya voz me suena en los oídos como si fueran las campanas de la capilla de las Hermanitas de la Cruz, la entrañable iglesia de mi barrio natal. Y para que esto lo diga un agnóstico, debe ser porque la querencia del alma le puede a la razón.

 

Weiß/Colonia, 14.1.

Cuando me despierto está Diny desayunando y al parecer repuesta del ataque de ayer, hoy soy yo el que anda a la miseria, y tenemos entradas para esta noche en la Philarmonie, el concierto de Tomatito. Me doy cuenta de que no estoy en condiciones de ir, comienza la búsqueda de una persona que pueda acompañarla a Diny, además de Rebeca, a quien también invité y se uniría a nosotros en la propia Philarmonie. Pero es al santo botòn. Chico y Angie andan sudando gripes respectivas, Paul y Oskar tienen compromisos adquiridos para esta noche, Carlitos dice que lo siente pero no, Marta se apuntó para asistir a una lectura de un amigo, ninguna de las colegas de Rebeca en su trabajo pica el anzuelo, no hay nada que hacer, Diny tendrá que ir sola y tratar de vender la tercera entrada al pie de la boletería; teniendo en cuenta que el concierto está con el cartel de SIN BILLETES tal vez no le sea difícil encontrar a alguien que a última hora ande buscando una entrada. Oremus.

 

10:55 pm : Le escribo a mi Susanita querida, recordando su ópera prima La señorita Heloisa no entiende de girasoles: «Hermanita, acabo de ver en el canal Arte este reportaje sobre la oreja cortada de Van Gogh y en todo el tiempo te he tenido presente. Ojalá tu francés alcance para seguirlo, pienso que con seguridad te va a fascinar. Además, es una inglesa quien llevó a cabo la tarea. ♫♫ Rules Bitannia, Britannia rules the ears!♫♫»

 

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