
Weiß/Colonia, 11.6.
Hoy, día en que se cumplen once años que dejé de fumar, a las 9:30 am nos pasan a buscar Montse y Frank, con Henri, para acudir a lo de Chico y darle una sorpresa a Vincent en su 14.º cumpleaños. El bueno de Henri viaja callado todo el tiempo, pero en la primera pausa que se produce pone de manifiesto que durante su silencio ha estado haciendo cálculos aritméticos, resumidos en esta frase para la Historia: «Vincent siempre tendrá siete años más que yo».
Juan Carlos Bada (que seguramente será pariente mío en algún lugar cercano a las raíces de nuestro árbol genealógico) me escribe desde su Beatus ille en las Asturias: «Amplio reportaje sobre Juan Goytisolo en El País. [Y se siente, diría yo, ± obligado a darme una explicación:] Compro los domingos El País porque tiene un crucigrama que me lleva muchas horas resolver (El damero maldito). Como ya te dije en otra ocasión cancelé mi suscripción diaria por su manipulación en ciertos editoriales». Le contesto: «Yo El damero maldito (cuando lo hacía Conchita Montes) lo resolvía –cuando lo resolvía, porque las más de las veces me quedaba en intentar resolverlo– en La Codorniz. ¡Qué tiempos aquellos! Ahora mis desafíos son los crucigramas en alemán. A mis nietos les fascina que sé las respuestas de cosas y casos que ellos ni tenían noticia de su existencia, o las han oído nombrar y nada más que eso. Por ejemplo, horizontal, cuatro letras, esposa de Lohengrin, y escribo sin más ELSA. O por ejemplo, vertical, seis letras, país centroamericano, y escribo MEXIKO. “¡Pero México es norteamericano!” me arguyen. “Sì, pero el crucigramista no lo sabe, y además no puede ser Panamá porque la segunda letra tiene que ser una E en horizontal, tres letras, cosa, en latín, o sea RES; ni tampoco puede ser Belice porque la tercera letra tan sólo puede ser una X, en horizontal, dos letras, prefijo que significa fue o ha sido, o sea EX”. Se me quedan mirando… mientras yo me quedo hipnotizado por vertical, cinco letras, ciudad a orillas del Aller, y ni siquiera sé por dónde corre ese río, pero uno de ellos escribe sin más CELLE».
Diny me encarece mucho un artículo sobre Goytisolo aparecido en El País, no en el bueno, el uruguayo, sino el de Madrid. Lo leo y me parece vomitivo. En realidad se trata tan sólo de una excusa para decir que EP le daba a Juan una limosna de 3.000 € mensuales, pero ¡ah!, eso sí, no sin descontarle 800 € en concepto de impuestos, ¡por Dios, faltaría más, Doña Hacienda!… El detalle revela tanta mezquindad que a uno se le revuelven las tripas. Vomitivo, me repito.
Weiß/Colonia, 12.6.
2:10 am : Han pasado casi consecutivamente, en dos canales distintos, episodios de las series de Sherlock Holmes y del DI Lewis en Oxford. Verlos así, seguidos, hace que resplandezca la luz de la diferencia. En la serie de Sherlock chispea el genio universal, en la de Lewis brilla la buena artesanía de la TV inglesa. Ni modo que se comparen.
En el diario una interesantísima entrevista con Brendan Simms, historiador de Cambridge, acerca del payaso inquilino actual de la Casa Blanca. Como buen historiador, Simms no se ha limitado a estudiar los discursos y publicaciones actuales (Twitter) del payaso sino que ha retrocedido 30 años en sus pesquisas, y el resultado no puede ser más deprimente. Lo que el triste payaso nos predica en la actualidad lo predicaba asimismo hace 30 años, de manera que no podemos llamarnos a engaño. Me hace pensar, además de por su megalegomania [sic], en el caso de Hitler, de quien nadie tenía derecho a llamarse a engaño en 1933, y aún menos en 1939, pues todo lo que hizo estaba ya impreso y publicado, desde 1926, en las páginas de Mein Kampf [Mi lucha], ese libro cuyo título hubiera debido ser Mein Krampf [Mi pataleta]. Simms concluye que al payaso hay que tomarlo en serio y al pie de la letra. Oremus.
Correo de Hacienda, liquidación del año 2015. Mi asesor fiscal me había pronosticado que la buena de Doña Hacienda me requeriría un finiquito de 1.841,15 €, pero la hacendosa dama me pide 1.846,78 €, es decir, 5,63 € más que lo calculado por mi asesor fiscal. Por más vueltas que le doy, la conclusión siempre es la misma: voy derechito derechito camino a la ruina.
Hoy tiene Diny la visita de sus amigas del ex grupo de AI, que van rotándose para cenar cada mes en la casa de una de ellas y no perder el contacto y contarse las batallitas que se libraron entonces. Todo ello refrendado por un bajo continuo de “ujum”, que es la muletilla de Gunhild para expresar asentimiento. Es algo así como una especie de pespunteo de la batería, pero una batería que sólo conociese una nota, y no tan armoniosa como la de “Samba de uma nota só”. Dicho sea de paso, ese samba [el samba, señores de la RALE, el samba, no la samba] es una de las más hermosas de las muchas maravillas que le debemos al Brasil.
Se me ocurrió un tuit que le he regalado a Marcos, el más cinéfilo de mis amigos :
Judy Garland nació como yo un 10 de junio, pero 17 años antes y en Minnesota. Dos erratas imperdonables de la Creación. (Ricardo Bada)
— Marcos G. Villasmil (@lagardere57) 12 de junio de 2017
Weiß/Colonia, 13.6., y martes
Con Diny en La Modicana, por supuesto que además con Carlitos, que nació un martes 13. Carlitos, a quien quiero tan entrañablemente como el hermano que me dio la vida, y no la sangre, conserva intacta su capacidad de sacarme de mis casillas. Se lo he dicho también hoy en presencia de Diny, que lo conozco mejor que si lo hubiese parido, que sus argumentaciones y puntos de vista me parecen a veces tan disparatados que ni siquiera apelando a todas mis reservas de fe en el realismo mágico puedo aceptar sus desvaríos… que, para él, claro está, no lo son, sino la mera mera piedra filosofal. Y luego, mi reflexión: ¿vale la pena pelearse con alguien a quien tanto se quiere por algo que no vale la pena en comparación con ese afecto? Y la respuesta, curiosamente, no es que no, porque a veces me parece adivinar que a Carlitos lo que le mueve es la adrenalina de provocar al interlocutor, hasta cuando ese interlocutor, como yo hoy, lo calle con un argumento definitivo que le hace darse cuenta de que se enredó con el idioma (¡tan luego un lingüista!) y farfulla que lo que quiso decir fue… etc. Tupido velo.
Leí las memorias de Dos Passos hace unos 40 años. Ahora que las releo caigo más en la cuenta de lo aventurera que fue su vida. En especial sus peripecias en el Medio y Cercano Oriente, tras la primera guerra mundial; el capítulo que tituló significativamente “Simbad” [en la traducción dejaron el “Sinbad” inglés] es en verdad como un largo cuento de Las mil y una noches.
Weiß/Colonia, 14.6.
Visita a la pedicura y a su inextinguible palabrerío. La gráfica expresión española “hablar por los codos” resulta pobre para calificar su verborrea: habría que redefinir el silencio para poder hacerlo de una manera aproximada. El silencio, según eso, sería el estado de perfecta beatitud al que se accede cuando la buena señora se calla. Por ahí van los tiros.
Javier Salinas me manda de nuevo uno de los poemas que está desgranando en estos meses, y que inmediatamente paso a difundir urbi et interneti. Se titula “AMOR OMNIA VINCIT” y dice así: «Tú endulzas la vida, / comparada contigo la miel / es salada, y la suave arena / del mar, una zarza. / Tú la ensalzas, y las más / altas montañas, comparadas / con tus clavículas, apenas son nada. / Y no me digas que / lo que nace ha de morir. / Porque yo sé bien que / lo que vive nunca deja / de vivir». JM me acusa recibo desde su Beatus ille a orillas del Caribe: «Dime: ¿no es demasiado obvio lo que dice, como para ser poético? Así la poesía esté plagada de obviedades, siento que esto sobrepasa con creces la obviedad. No sé; puedo estar equivocado». Le contesto: «Lo de las clavículas y las montañas no es tan obvio, diría yo. Pero en este género de poemas (los amorosos, digo) librarse de la obviedad es casi imposible». «Eres magnánimo, definitivamente», me responde. Y yo: «No, sencillamente realista. Fíjate en Bécquer, el padre de todas las obviedades imaginables. Yo siempre que releo a don Gustavo Adolfo (y lo hago a menudo y a veces temo que se me note en la prosa, si me da la vena poética) me sorprendo una y otra vez diciéndome «Pero esto, tan obvio, ¿cómo es que no se le ocurrió a nadie antes?»»
Weiß/Colonia, 15.6.
Fronleichnam, Corpus Christi, día festivo en Alemania. Y en Colonia, como todos los años, procesión por el río, con el cardenal–arzobispo portando el tabernáculo. Desde siempre me ha resultado divertido que a ese lugar donde se aloja el Santísimo Sacramento se lo conozca en nuestro idioma con una palabra que junta dos de las más profanas imaginables. Como fuere, lo cierto es que vivo en Colonia desde enero 1965 (con una sola interrupción de 22 meses) y no conozco la dichosa procesión sino de verla en los noticieros de la tele.
Buenísima, como suelo serlo cada semana, la columna de Diego en El Colombiano. Con todo, le escribo para hacer un par de precisiones: «Efectivamente, querido Diego, el problema no es tan sólo chino, sino universal, pero creo que el factor cantidad interviene decisivamente. Si a una mujer la arrolla un auto en un paso de cebra de Vaduz, la capital de Liechtenstein, tengo la casi completa seguridad de que no sólo la auxilian los transeúntes sino que además persiguen al auto y por lo menos anotan los datos de su chapa. Mientras que en una megaciudad de 16 millones de habitantes, de un país con un censo de más de mil millones de personas, la muerte de una unidad es lo que los matemáticos llaman «cantidad negligible». A mí siempre me ha sorprendido acá en Alemania que se consideren héroes y se les distinga con medallas y homenajes a ciudadanos que lo único que hicieron es cumplir con su deber, ayudando a terceros atropellados, persiguiendo y apresando a delincuentes hasta la llegada de la policía. Y aún me sorprende más el hecho de que la propia policía, en sus recomendaciones a la población sobre cómo debe comportarse en tales casos, insista en que se deje al lado la vocación heroica, porque la situación puede escalar y volverse contra el ciudadano que quiso ayudar. Vivimos en un mundo donde la maldad es el referente continuo de nuestros actos. La lectura de la página de sucesos es más elocuente que la de política internacional en los casos en que no coinciden ambas facetas. Pero tu columna, como de costumbre, impecable. Lo que va delante son sólo las reflexiones que me hago cada vez que tropiezo en el diario con noticias como las que dieron pie a tu columna».
Llego en las memorias de Dos Passos a las páginas en que habla de Hemingway, cuando ambos vivían en París. Dice Dos Passos que «su básica fuente de ingresos eran los poemas obscenos que escribía para una revista alemana llamada Der Querschnitt». Es una frase que subrayé durante la lectura hace 40 años, y recuerdo que me llevó a consultar la antología de esa revista que había comprado poco antes en una rebaja del anticuario de la calle paralela a la de nuestra redacción. Y en efecto, allí figuraba al menos uno de aquellos poemas, lo que induzco de que incluya la palabra “masturbate”, porque mi inglés no alcanza para entenderlo. Copio y pego: «I know monks masturbate at night / That pet cats screw / That some girls bite / And yet / What can I do / To set things right?» Y se titula “The Earnest Liberal’s Lament”. Ay.
[No sé si lo hice entonces, aunque me atrevo a creer que sí, pero ahora me da por curiosear en el índice de la antología, y en ella no figura nada más que un texto de un autor en español, es de Ramón Gómez de la Serna, de su libro Senos, y la deformación profesional me lleva a chequear la traducción con el original. Y no sé si por culpa del traductor o la redacción de la revista, el resultado no es de recibo. Retraduzco al español esta frase de la traducción: «Los de Goya son elegantes y discretos. Toda mujer elegante puede presumir de tener senos à la Goya; son senos que hoy viste Patou». Lo que escribió Ramón es esto: «Los senos de Goya son senos discretos y elegantes. Toda mujer elegante puede presumir de senos a lo Goya, empinaditos, con un gran valle en medio. Los senos que sigue vistiendo Worth y Paquin». Basta con un botón de muestra. El traductor, o la redacción de la revista, le fundieron los plomos a la prosa de Ramón].
Weiß/Colonia, 16.6.
A las 6:05 pm acudió Diny a mi puerta para decirme que ha muerto Kohl. Diez minutos más tarde vuelve para decirme que lo están presentando como el padre de la unificación alemana, tan justamente a él que se empeñó –y no descansó hasta conseguirlo– en recibir a Honecker en Bonn con honores de jefe de Estado, es decir, cimentando la división del país. La unificación de Alemania tiene un padre, sí, pero fue el pueblo de la RDA, que estaba hasta la punta del pelo de Honecker y su camarilla. El tejido de mentiras urdido en torno a la unificación es de mear y no echar gota. Y la glorificación póstuma de una medianía como Kohl dice bastante más acerca de los alemanes que del propio Kohl. «Si de noche en Alemania pienso yo, el sueño desde luego se jodió». Lo dijo Heine, quien sabía de lo que hablaba.
BI me escribe desde Bogotá después de leer «en un artículo del NYT sobre las bibliotecas antiguas italianas (por lo que ahí sale son la octava maravilla del mundo) que Goethe escribió una biografía de san Felipe Neri. Pensé entonces que de la inmensa obra del hombre debe ser posible extraer una antología de 200/300 páginas con textos poco conocidos que se lean hoy con frescura y provecho. Vaya a saberse si la biografía de Neri es uno de ellos». Le contesto al tiro: «No sé cómo está formulado en el NYT que Goethe escribió una biografía del santo. Lo único que hay es la entrada del sábado 26.5.1787, fechada en Nápoles, en su Viaje por Italia; ese es el día que el santoral de la iglesia católica dedica al santo, y Goethe aprovecha la ocasión para dedicarle la entrada al que considera «el santo humorista», de quien asegura que es uno de sus santos preferidos. Son dos páginas en total, más no hay. Y desde luego pueden espigarse 200 a 300 páginas de un Goethe muy legible. De antemano te digo, por si las que ni labráis como abejas ni brilláis cual mariposas, que no tengo uñas para esa guitarra».
Weiß/Colonia, 17.6.
Sábado gris, afuera y adentro: sin historia. Tan sin historia que ni siquiera sonó el teléfono en todo el día. Estoy por llamar al Guinness Book of Records, a ver si homologan este. Pero pequé por precipitado. Sí hay una novedad: con esta fecha nos ha llegado la postal que Paul nos envió desde Bali a fines de mayo. Alabado sea el santísimo sacramento del altar.
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