
Weiß/Colonia, 9.8.
Me levanté a las 6:50 am para aliviar la vejiga y ya no pude volver a dormir. Una mosca cojonera estaba en vuelos de entrenamiento en nuestro dormitorio y cada vez que yo alcanzaba el escalón previo inmediato al sueño se precipitaba en picado sobre mi oreja, mi brazo o mi nariz, siguiendo un programa que posiblemente le tienen implantado en los genes. En lo que sin embargo no creo es en la memoria genética de la especie. Si tal cosa existiera, ninguna mosca se pondría jamás a volar a un metro de distancia de Diny, cuyos papirotazos infaliblemente letales ya deberían ser tristemente famosos en la Historia Universal del mosquerío. Por suerte para la que me jodió el sueño esta madrugada, Diny dormía profundamente. Pero cuando se despertó, la mosca dejó de joderme. O sea, que a lo mejor sí existe esa memoria genética. Lo estudiaré.
Mi comentario de ayer en el foro de la columna de la taruguita tuvo un eco que reproduzco tal cual, facsímil, ad pédem líterae, porque demuestra que quien lo escribió estaba empédocles o colocado, sólo el alcohol o la marihuana explican su prosa: «Chorus no, n-o, NO es Inglés (a group of singers and dancers in an ancient Greek play who take part in or talk about the things that are happening on stage). En cuanto a Jiménez, c estaba fusilando a Willy Shakespeare (frailty, thy name is woman, dicho x Hamlet, Taruguito), nomás… Ya me aburrí: digamos q t aplaudimos tu desa, sabidurenncia». Me tomé la molestia de replicarle: «a) Chorus tiene varias acepciones en inglés, y una de ellas es lo que en castellano de España se llama “estribillo” y lo que Rubén Blades llama “coro” al final de su “Pedro Navaja” (“el coro que aquí les traje / y es el mensaje de mi canción”). b) Tendrá que explicarnos muy bien explicado por qué es que la frase de Juan Ramón (“Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas”) es un fusilamiento de la de Shakespeare, “Fragilidad, tienes nombre de mujer”. Es tan arbitrario como si dijese que con “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”, Juan Rulfo fusiló la frase inicial del Quijote. Piense las cosas antes de escribir». Como me dominé para no ser nada más que pedagógico, el patriarca Baden Powell me bendice desde el cielo.
Invito a Diny a almorzar en el Taormina, el nuevo italiano de Sürth. No es ninguna traición a La Modicana, simplemente un otear nuevos horizontes. Y el lugar es simpático y más acogedor que La Modicana, todo hay que decirlo. En cuanto a la comida, mis espaguetis con almejas fueron de lo mejor que he comido en algún tiempo, aunque este cocinero se mueve en otros parámetros que la signora. Por ejemplo, usa el tomate como mancha de color, no como salsa básica. Y el aceite de oliva con que trabaja es de muy buena calidad.
Weiß/Colonia, 10.8.
En Soretha, la revista barrial de distribución gratuita en Sürth, encontramos una foto de Montse entre otras que documentan un fin de semana dedicado a los mercados de pulgas. Por el colofón me vuelvo a enterar –siempre lo olvido hasta la siguiente vez– de que Soretha, el viejo nombre de Sürth, significa “tierra seca”. «Mientras el Rhin no viene crecido», comenta Diny.
Fui al Banco en Rodenkirchen para hacer unas transferencias, y a la oficina postal, para enviarles a Wendy & José Luis el DVD del telefilm sobre Bernard Shaw y aquella monja benedictina con la que mantuvo una relación amistosa tan hermosa como inusual. Todo ello lo hice bajo un cielo de plomo y una lluvia ad hoc pero desganada, sin convicción ninguna, una lluvia que caía por pura obligación y simple respeto a la fuerza de la gravedad. Recién a las ± 3:30 pm enmienda su conducta y repiquetea molto allegro en los cristales de la ventana del dormitorio, donde la oigo tendido en la cama, reposando sin lograr pegar un ojo: lo que llamo “la siesta descafeinada”.
9:55 pm : Buen episodio el que acaban de pasar, de la DCI Vera Stanhope (¡Brenda Blethyn es un hallazgo como detective en la Inglaterra profunda!), si bien el final no es apto para quienes padecemos de vértigo, como yo, pero hice de tripas corazón y superé la prueba.
Weiß/Colonia, 11.8.
2:30 am : Me entero por un documental: cuando los gringos conquistaron Colonia, el ministerio de Goebbels informó a los alemanes con una frase que me encabrita y me encabrona: «Hemos abandonado a los enemigos las ruinas de Colonia». Hay que ser unos requetemilhijueputas para reducir a eso el sufrimiento de una ciudad mártir. Nazis, escoria humana, desechos de tienta.
Vamos a La Modicana con Diny y Fernando Braga, que anda hoy por el centro. Charlar con Fernando es una gozada, porque además de Gran Maestro del ajedrez es un grandísimo maestro de la conversación seria, fundada, sin que falte el humor. Y es un fan de las novelas policiales, así es que se lleva de casa, para leer, la Trilogía del Baztán + los sietes volúmenes (por ahora) de la saga completa de Mariana de Marco, dos recomendaciones muy fervientes que le hago.
Weiß/Colonia, 12.8.
1:00 am : Termino de ver por enésima vez Pride & Prejudice en la versión BBC 1980, siguiendo la adaptación de Fay Weldon. Sigue siendo la mejor después de la indiscutible # 1, que es la de la propia BBC en 1995, con Jennifer Ehle y Colin Firth. Pero renquea por el lado de Darcy, el actor que lo incorpora tomó como modelo de expresión facial a los moáis de Rapa Nui (la isla de Pascua) y no logra humanizar al personaje prácticamente ni un solo momento. ¡Y son 265’!
Andrés es uno de los más grandes poetas españoles vivos. Y me lee: «Tu Diario de la semana 31 de 2015 (es decir, 26 de julio–1 de agosto) no tiene para mí desperdicio. ¿Puedes creer que he estado un buen rato copiando en mi cuaderno de trabajo muchas de las expresiones de lo que llamas tu “semana lexicográfica”? No sabes cuánto aprendo de tu sensibilidad lingüística. Normalmente disfruto mucho con tus comentarios y observaciones acerca de tu vida cotidiana, pero esta vez, además, se trata de una verdadera lección de lengua viva. Mil gracias. Recuerdos a Diny y a Carlitos. No pierdo la esperanza de acompañarlos algún día a La Modicana». Y yo le contesto: «Es para mí un orgullo inmenso tener un lector de tus quilates. Pero bueno, también es verdad que siempre he presumido de tener unos lectores que son todos de la Champions League y por eso es que no necesito publicar libros. Perdóname que no te contestase ayer mismo, pero fue un día muy complicado para mí y te quería contestar completando el material lexicográfico aparecido en mi diario, y no sabía dónde había metido los recortes. Ya los encontré y aquí llegan los complementos.
En cuanto a las palabras alemanas que han corrido suerte en el mundo, además de las que ya mencioné, están «arbeito», japonés por «arbeiten» (trabajar) y «kirushwassa» por «Kirschwasser» (aguardiente de cereza); «Is das so?» (¿Es eso así?) en Nigeria; «lekker» en Namibia por «lecker» (sabroso); «haymatlos» en turco por «heimatlos» (apátrida); «prista» en Papua–Nueva Guinea por «Priester» (sacerdote); «rucksack» en inglés, «rucksac» en francés y «ryggsäkk» en sueco por «Rücksack» (mochila); y finalmente «uber» en inglés gringoide por «über» (sobre o súper) en construcciones como «uber-hot» o «uber-cool».
Y por lo que respecta a neologismos del habla juvenil alemana, otros que hay son «Egoshoot» por «selfie»; «Earthporn» para decir que un paisaje es hermoso; «bambus» por «cool», que acá se emplea tal cual; «Bologna Flüchtling» (literalmente «fugitivo de Bolonia») para designar a quien abandona los estudios; «Augentinnitus» (ca. tinnitus ocular), la sensación de estar rodeado de imbéciles; «rumoxidieren» (ca. oxigenarte sin hacer nada) por «chillen» (gandulear); «Tinderella» por persona del sexo femenino que usa frecuentemente plataformas de citas [=dates] como Tinder; «Swaggetarier», persona que es vegetariana por problemas de imagen pública; «Eierfeile» (literalmente «lima para los huevos») a la bicicleta; «kirscheln» (literalmente «cerecear») por abrazarse, como las dos cerezas unidas por los rabitos; «kompostieren» (literalmente «hacer estiércol») por vagabundear; «threestaren», por querer hacer algo 100% bien, tomando el término de unos juegos con el móvil donde el ganador recibe tres estrellas; «Discopumper», el que se entrena para hacer buena figura en la discoteca; etc…»
Marcos me hace llegar desde Caracas un artículo sobre «qué gran libro se publicó el año de tu nacimiento». Busco 1939 y descubro que en él se publicaron Finnegans Wake (Joyce), Las uvas de la ira (Steinbeck), Las palmeras salvajes (Faulkner), El sueño eterno (Chandler) y Trópico de Capricornio (Henry Miller), amén de Diez negritos (Agatha Christie) y No hay orquídeas para Miss Blandish (James Hadley Chase). Mica male!, como decía Carlos Barral en estos casos. Pero Marcos mismo pone luego el listón aún más alto, mandándome la lista de diez pelis estrenadas en 1939: Adiós Mr. Chips, con Robert Donat; Amarga Victoria, con Bette Davis y Humphrey Bogart; Cumbres borrascosas, con Laurence Olivier y Merle Oberon; la clásica vaquera de John Ford, La diligencia; una de las grandes comedias de Lubitsch, Ninotchka, con la gran esfinge sueca, que se publicitaba con esta frase: «La Garbo se ríe»; El Sr. Smith va a Washington, de Frank Capra, con James Stewart y Jean Arthur; Of Mice and Men, basada en la novela de John Steinbeck; la primera de las tres versiones de Love Affair, con Irene Dunne y Charles Boyer; El mago de Oz, con Judy Garland; y nada menos que Lo que el viento se llevó, con la que una inglesa nacida en la India, Vivian Leigh, ganaría como Scarlett O’Hara uno de los dos Oscars que consiguió interpretando a gringas sureñas (el segundo fue por su Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo). Le escribo a Marcos para agradecerle la lista y le digo: «Y en 1939, además, nací yo, claro que fue un año admirable. Bromas aparte, sí que lo fue, en la literatura, en el cine (y eso que no metiste en la cuenta Una noche en la ópera, de los Marx Brothers, ni La regla del juego, de Jean Renoir), y en la música (nacieron Leo Brouwer, Milva, Daniel Viglietti y tu compatriota Canelita Medina), en fin, un año en verdad para la Historia. A lo mejor Hitler se dio cuenta y lo quiso rubricar con sangre».
Weiß/Colonia, 13.8.
2:00 am : Centésima vez que veo de nuevo (hoy los dos primeros episodios) la versión BBC 1995 de Pride & Prejudice. Es una joya que nunca le podremos agradecer bastante a la BBC.
La campana funeral del idioma sonará en el castellano el día que las femimachistas descubran el género en los adjetivo que, por ahora, son válidos para los. El día en que una femimachista diga que la mujer no es tan “frágila” como cree el sexo masculino, lo mejor será apagar la última luz y mandarse mudar a otro idioma. Y lo peor de todo es que me temo que ese día no está lejos.
¿Qué sabemos de mujeres africanas escritoras? Digo negras. Porque blancas al menos conocimos a Nadine Gordimer. Confieso que la única escritora africana negra que he leído es la senegalesa Fatou Diome, y me encantó, le dediqué un extenso post en mi blog de EE. Ahora, repasando el catálogo de la Büchergilde Gutenberg, vengo a enterarme de la existencia de Lola Shoneyin, Chika Unigwe (que debutó escribiendo en neerlandés), Chimamanda Ngozi Adichie (de la que hay cuatro libros publicados en español), NoViolet Bulawayo… a quienes no voy a tener más remedio que leer para desasnarme en esa materia.
Weiß/Colonia, 14.8.
2:30 am : Pride & Prejudice. Me vi seguidos los capítulos 3 a 6, esta serie tiene la irresistible fuerza de atracción de un maelstrom. Y esa pareja, Jennifer Ehle y Colin Firth, es una dupla que difícilmente podrá ser superada cuando se cuente en imágenes una historia de amor.
Mi columna de hoy en EE, sobre el cierre del Café Comercial en Madrid, me depara el siguiente comentario de un forista: «No hay que llorar por los negocios de recreación perdidos por el avance de las nuevas generaciones; hay es que alegrarse por tener Internet, más que sea lento el mal parido». Sin aludir con una sola palabra a su peculiar sintaxis, le replico: «Gracias por leerme, y según su lógica tampoco habría que llorar si se perdiesen esos «negocios de recreación» (teatro, naumaquias, luchas de gladiadores) que fueron los anfiteatros griegos y romanos. ¿O es que usted cree que los construyeron pensando en el turismo de masas a partir del siglo XX?»
El cartero deja en nuestro buzón una postal de Paul, enviada desde Mostar el día 3. Ha llegado Paul el domingo pasado, 9, cinco días antes que su postal. Es una del viejo puente reconstruido después de que lo volaran durante la guerra, Paul nos lo cuenta en la postal porque para él es un descubrimiento hecho durante su viaje de algo que para nosotros es parte inalienable de nuestras vivencias históricas. La postal está dirigida a Diny, aunque nos saluda y nos habla a los dos en el texto, y el 5 del código postal (50999) en la dirección es un garabato que más parece, estilizado, el cisne de Lohengrín que un número arábigo. La pobre máquina que clasifica el correo quelonio debe haber sudado tinta para descifrarlo. Acaso esa sea la razón de su retraso en llegar acá, que a la postal hubo que clasificarla manualmente.
Me lo temía, desde que vi el envase, la sopa de pescado que me trajo Montse como regalo de la Côte d’Azur era sin tropezones, o sea, estaba pasada por la licuadora. No sabía mal, la tomé en el almuerzo de hoy, pero le diré a Montse que la próxima vez puede olvidarse de ella.
Llega Henri, nos lo trae Frank para que se quede acá hasta mañana por la tarde, ¡qué inmensa mi alegría (Diny ya lo vio esta mañana)! ¡Y qué graaaande está, cómo ha crecido desde la última vez que lo vi, antes de que se fuera de vacaciones! Con él en casa, no sé, siento que la vida vale la pena. Es una trivialidad pensarlo y escribirlo. Pero a veces, y no pocas, la verdad es trivial. Y Henri tiene una condición que yo admiro y respeto por sobre todas las cosas: es honesto. Antes de irse a dormir, a mi pregunta de si me quiere (tan habitual en un abuelo) me contesta que a la abuela la quiere mucho, y a mí no tanto como a ella. Una sinceridad que no me duele, porque sé que responde a una realidad sentida, y que, además, tiene todo el derecho a sentirlo así.
Weiß/Colonia, 15.8.
En Sürth quieren instaurar como punto fijo de las actividades veraniegas algo que han bautizado como “La Côte de Sürth”, que suena casi idéntico a “la Côte d’Azur”, y en realidad sólo va a ser, me explica Montse cuando pasa con Frank a recoger a Henri, una edición en blanco y azul de lo que se conoce en todo el mundo como “Dîner en Blanc” o “White Dinner”. Ya lo he dicho alguna vez en estas páginas, en Sürth hay una dinámica social que falta en Weiß. ¡Si justamente Weiß significa “blanco”! ¿Cómo no se les ha ocurrido a los responsables municipales de Weiß la posibilidad de aclimatar un White Dinner entre nosotros?
Hice ayer un envío colectivo a once amigos, de un manuscrito conteniendo siete sonetos, y esta mañana, al abrir su protocolo para recordar a quiénes se lo mandé, aparecen en él sus once nombres y al final una frase lapidaria: «Este mensaje es importante por un motivo difícil de explicar». Y bueno, yo ya sé que no soy ningún Quevedo, pero tampoco es cosa de dejarme insultar de esta manera. Le mandaré mis padrinos a gmail.com.
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