Weiß/Colonia, 30.8.
1:25 am : Un episodio de la serie Muerte en las Shetland. Esta y la de Nueva Zelandia la repiten machaconamente en los últimos meses, en vez de ofrecernos las respectivas nuevas temporadas. ¿Para esto paga uno su canon anual? Porca miseria!
Oskar pasó a tomarme el pelo y almorzar. Mientras él almorzaba (a las 4 pm) me estuve duchando para sacarme de encima esos pelillos que se agarran a la piel después de una buena motilada y pican tan desagradable. Cuando terminé de ducharme Oskar ya se había ido. Es como Houdini (o David Copperfield): visto y no visto.
Concluyo la lectura de la correspondencia de Luise Mejer con Heinrich Christian Boie, un libro que me ha acompañado durante los últimos cuatro o cinco meses, porque es uno de esos que se deben leer a “pequeñas diócesis”, como argüía el camarero redicho de La del manojo de rosas, a quien por serlo le llamaban “el Espasa”. Ahora te toca el turno a la relectura de la Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano, de Gibbon, en la traducción de José Mor de Fuentes, así es que del alemán del siglo XVIII me paso al español del siglo XIX en la prosa del traductor de Gibbon, don José Mor de Fuentes, quien, como Juan Ramón Jiménez casi un siglo después, tenía su ortografía propia, algo que de a deveras me encanta.
Hèctor, a pesar de la tormenta y la persecución desatadas por el régimen de Andrés Maduro [sic] López Obrador en contra de Nexos, encuentra el tiempo para darme instrucciones detalladas de lectura del primer tomo de los ocho que componen la obra magna de Gibbon. Recorrer la obra de un historiador de la mano de otro es un privilegio que agradezco a los dioses. Pero harto más les agradecería que dejase ciegos, sordos, mudos y paralíticos a los serviles lacayos del régimen que padece México. Como si ese sacrificado pueblo no hubiera tenido bastante con la dictadura priorizante del PRI y las famélicas dictaduras del PAN, todas tan corruptas como la presente.
Weiß/Colonia, 31.8.
1:45 am : Después de recibir mi doble envío dominical, se trenza un diálogo divertido con Arcángeles a cuenta de la cita de Pitágoras que elegí como frase de la semana: «La mujer ha de usar sus gracias con tal tacto que siempre le quede una por enseñar». Arcángeles: «A Pitágoras hay que responderle que sin duda siempre tenemos muchas cualidades escondidas. Más la que enseñamos. Y quién busca, encuentra». Yo:«Se lo diré cuando llegue al Valle de Josafat». Arcángeles: «No amenaces con el Valle de Josafat». Yo: «No amenazo, cuento con llegar allì y conocer a un montón de gente interesante con quienes me gustará conversar: Cervantes, doña María de Zayas, Quevedo, sor Juana, Blanco White, Galdós… y a lo mejor almas caritativas me servirán de intérpretes para platicar con Safo, Aristófanes, Ovidio, Séneca, Ibn Hazzn de Córdoba (su familia era de Huelva y él está enterrado en Montija, la finca de su familia, a la salida de Huelva ciudad camino de Sevilla), Omar Jayyam, Shakespeare, Schiller (Schiller, sí, no Goethe), Heine, Voltaire, Flaubert, Zola, Ibsen, Pirandello, Virginia Woolf, Colette, Camus… De a deveras que me atrae mucho el Valle de Josafat. Besos desde el speak easy de mi barrio, todavía no se reanudaron los ferries nocturnos a Escocia». Y lo que te rondaré, morena.
Les escribo a Alicia, Cruz, Guillermo y Pepe: «A las 12 en punto del mediodía me sacó de la cama el timbre de la puerta, era el cartero del reparto de paquetes para entregarme un preñado sobre que dio a luz un parto de mellizos, ambos portadores de unas camisetas con la leyenda HUELVA TE MIRA, lo que luego de sesuda reflexión infiero que es la traducción choquera del BIG BROTHER IS WATCHING YOU orwelliano. Gracias por la sana advertencia, prometemos no mancillar el nombre de la sacrosanta Troglodia, en los pocos o muchos días que nos quedan de travesía por este valle de lágrimas de cocodrilo. Y gracias de todo corazón por el regalo y lo que él supone: el recuerdo. También nosotros os recordamos (menos a Alicia en el país de las buenas vistas, a quien aún no tenemos el gusto de conocer) y esperamos poderos volver a saludar algún día ojalá no lejano, cuando el inferiocre invisible no amenace como ahora».
El undécimo episodio de la saga de Van der Valk, protagonizado por Arlettte, su viuda francesa, se inicia con una cita de The Big Sleep, de Raymond Chandler, así como el octavo concluía con un poema de Apollinaire recitado a dúo por una Ruth todavía niña y el comisario. En este hay además un par de referencias a Sir Leicester Dedlock, el personaje más noble y simpático de Bleak House [=Casa desolada], la novela de Dickens. Sin duda ya, Nicolas Freeling es el más literario de los autores de novelas policiales. Y su admiración primera es para Simenon, el gran Simenon, uno de los ninguneos más imperdonables de la Academia Sueca.
Weiß/Colonia, 1.9.
2:00 am : Pasaron Le président, de Henri Verneuil, basada en una novela de Simenon y con Jean Gabin en el papel de Emile Beaufort, el ex premier francés, con un bigotazo à la Herriot más que à la Clemenceau. Pero después de estudiar ese trecho histórico de la IVª República creo que el modelo seguido por Simenon al crear su Emile Beaufort es más bien Jean Monnet, uno de los artífices de la unidad europea, partiendo de la Comunidad Ecónómica del Carbón y del Acero, de la que se derivaría el Mercado Común Europeo. He recuperado mucha memoria de aquellos años yendo a los archivos de Miss Hortensia Google a la busca del hilo rojo de Simenon en su novela. Que, por cierto, no conozco, pero eso tiene fácil remedio. Y desde luego Jean Gabin nos regala una actuación prodigiosa. ¡Qué gran primer ministro de Francia hubiera sido!
En La Modicana al cabo de un mes, business as usual. Diny no se nos une hoy por mor de Henri, que justo a la 1:00 pm sale de la escuela. Ulli pide una pizza con jamón de Parma, higos y queso griego, Carlitos una pasta con setas, y yo mis espaguetis à le pauvre (con tan sólo mantequilla y queso parmesano). Hablamos Ulli y yo de un montón de cosas distintas y le tengo que prometer traerle el martes próximo el epistolario de Luise Mejer con su amigo y luego esposo Heinrich Christian Boie. También hablamos de las próximas elecciones USAnas y apunto la muy cínica opinión de que si las ganase the fake president sólo serian cuatro años más, nada más, y que si miramos atrás, el 2016 casi está a la vuelta de la esquina. Ahora bien, eso no quita que mi deseo más ferviente es que los americanos le inflijan una derrota tan humillante que no le quede ni el más resquicio de duda de que han querido deshacerse de la vergüenza que significa para el país.
Weiß/Colonia, 2.9.
1:45 am ; Acabo de ve The Accountant [El contable], una peli de la que honradamente no puedo decir nada porque la he estado viendo con la cabeza en otra parte, asediada por tanto problema como se me ha echado encima.
Recibo una invitación del Otoño Cultural Iberoamericano de Huelva, que llega este año a su 13.ª edición, para participar en ella, dedicada al tema Prensa y Literatura. Si acaso no pudiera hacerlo de córpore insepulto, por alguna vía telemática. Les contesto: «Lo del OCIB me parece interesantísimo y me alegra que haya saltado el gran charco hasta la Córdoba argentina, donde se nos murió de nostalgia don Manuel de Falla. Y desde luego el tema «Prensa y Literatura» me parece un gran tema, pero con mi asistencia no podéis contar: hace años ya que no viajo a ninguna parte, ni el cuerpo y los achaques me dan para emprender un vuelo de ida y otro de vuelta, al final del cual posiblemente me esperase una cuarentena. Y participar de una manera telemática no va conmigo, entre otras razones por una práctica, y es que vivo en una zona de cobertura muy lábil, tanto que, por ejemplo, desde el miércoles 9 de agosto hasta el sábado pasado (día 29) hemos estado en esta casa sin teléfono y sin Internet (este sólo a rachas de 1′ a 5′ cuando al sistema le daba la real gana de reconectarse). Ahora, toquemos madera, hemos recuperado la conexión a la red pero seguimos sin teléfono. Y la calidad de sonido de los teléfonos móviles (artefacto del que no dispongo) es miserable, te lo dice alguien con 45 años de experiencia radiofónica a sus espaldas. De manera que también por ese lado nada que hacer: ni modo, como dicen los cantinflos. // Lo que eventualmente podría ofrecerte, para que este email no sea un desaire que tu generosa oferta para nada se merece, es enviar un texto de 15′ a 20′, con lo que pienso acerca del tema Prensa y Literatura, y yo lo entregaría a más tardar el 15 de noviembre, para que le diera tiempo de «meterse en harina» quien lo fuera a leer. y hacerme las consultas que fuesen necesarias. Con ello, además os ahorraríais los gastos de viaje, alojamiento, manutención, etc. o los telemáticos en su caso».
Por un azar descubro el que posiblemente sea el mejor discurso de ingreso en la Real Academia que se haya leído nunca en la casona del Prado. Es el de Miguel Delibes, el 25 de mayo de 1975. Es casi casi un manifiesto de Greenpeace, y comienza con tres páginas conmovedoras, de una categoría literaria y humana insuperables, en especial el recuerdo a su esposa recién fallecida, y el del almirante Guillén, su antecesor en el sillón “e” de la Academia. Anoto dos frases, una de ellas citando a una de mis autores favoritos: «La novelista americana Mary McCarthy hace decir a Kant redivivo, en una de sus últimas novelas, que «la Naturaleza ha muerto»», y «En la Naturaleza, apenas cabe el progreso. Todo cuanto sea conservar el medio es progresar; todo lo que signifique alterarlo esencialmente, es retroceder». Me hace gracia que a todo un señor académico no se le caigan los anillos llamando “americanos” a los ciudadanos de los Estados Unidos, y usando además la voz «computadoras», ¡en 1975!, a lo que quienes se creen más castizos por ello llaman “ordenadores”, un galicismo como la copa de un pino.
Weiß/Colonia, 3.9.
1:45 am : Uno de los mejores episodios de Brokenwood, la serie policial neocelandesa, es el que comienza con una representación de Hamlet por un grupo de aficionados, y ya lo he visto unas tres veces, pero siempre me gusta. Esta vez anoto que el papel de Hamlet significa memorizar nada menos que 30.000 palabras. ¡Y pensar que sólo me sé trece!: «Ser o no ser, de eso se trata. […] ¡Pobre Yorick! […] Palabras, palabras, palabras…» Y se acabó el carbón.
Pascha [=Pachá], el mayor burdel europeo, acá en Colonia, un edificio de diez pisos dedicado a la más antigua profesión del mundo, ha declarado su insolvencia y tiene que cerrar sus puertas. Según la vieja sabiduría de que “la jodienda no tiene enmienda”, esto no significa para nada que en Colonia se deje de fornicar profesionalmente, sólo que en condiciones no legales, ni tampoco seguras para las putas, que quedan a merced de sus chulos y clientes. Pero el propietario de Pascha no ve otra alternativa, desde marzo se han acumulado los gastos de manutención y los del personal de mantenimiento, sin ingresar un solo centavo en la caja del negocio.
Estuve viendo el Alemania vs. España en la tele, como experiencia nueva para mí, y me juré solemnemente no volver a ver ningún partido de fútbol fantasmal, o sea, sin público. Es como estar viendo uno de esos juegos de pantalla que están de moda entre la gente joven. Un partido de fútbol sin público es la leucemia del espectáculo.
Weiß/Colonia, 4.9.
En el suplemento mensual del Kölner Stadt Anzeiger dedicado a los libros, el poema del mes es uno de Paul Celan y no serán mis manos pecadoras las que se atrevan al sacrilegio de intentar aproximarlo al español, pero sí los dos últimos versos, que son tremendos: «En la fuente de tus ojos / estrangula un ahorcado a la cuerda».
Hacienda me manda la liquidación definitiva de mi declaración correspondiente al 2018 y me da la buena noticia de que me van a devolver 537,14 €… sólo que me sube a 2.398,00 € la cuota de prepago del último trimestre de este año, y de 589,00 a 973,00 las cuotas trimestrales del año próximo. Pasé sin decir ¡agua va!, del “Hosanna in excelsis!” al “Miserere Dei”. Oremus.
Rafael Pérez Gay explica en Nexos cómo y de qué manera el gobierno de Andrés Maduro López Obrador trata de hacerle también imposible la vida a la editorial Cal y Canto, tan vinculada a la revista. Le dejo al pie un comentario: «Vivo en Alemania desde 1963 y conozco bien tales prácticas. Son las que imperaban en la RDA y eran ejecutadas por la Stasi. Hoy la RDA hace treinta años que no existe y los archivos de la Stasi están a la disposición de quienes fueron afectados por la sucesora de la Gestapo. ¡Ánimo, pues, Rafael! No voy a parafrasear el tango y soltar el disparate de que “un sexenio no es nada”, pero burla burlando ya van dos años del que padecen ahora. Sursum corda!»
Redondeo el día con un concierto apoteósico de doña Beth Hart en la Sala Olympia. de París. (¿Y de dónde si no, pelotudo? Es como si dijeses “el Museo del Prado, de Madrid”, ay…)
Weiß/Colonia, 5.9.
Después de leer mi columna de esta semana en El Espectador, Pepe me escribe desde Puta Umbría que a él, en el valle de Josafat, lo que le gustaría es charlar con Groucho Marx, cenar con Marilyn Monroe y salir de copas con Jardiel Poncela. Como mis conocimientos del inglés son nulos, mi programa paralelo podría ser volver a platicar con don Enrique [=Böll], comer con Romy Schneider y tomar unos tragos con Julio Cortázar. ¡Qué poco cuesta soñar!
Me meto de hoz y de coz en la relectura de los ocho tomos de Gibbon. Y ya tengo la primera frase espigada: «Era máxima inflexible de la disciplina romana que un buen soldado debía temer mucho más a sus oficiales que al enemigo». Eso creó escuela. Por lo que sabemos del comportamiento de los comisarios políticos en la guerra civil española y en la rusa contra Hitler, y por el entrenamiento de los GIs en Full Metal Jacket, un buen soldado soviético o gringo tenía más que temerle a sus oficiales que a la Wehrmacht o al Vietcong.
Anotaciones hechas durante la lectura del undécimo episodio de la saga de Van der Valk: «Catarsis. De alguna manera suena como si fuera catéter y no es nada bonita. […] Ningún francès se siente humillado cuando le dan dinero. […] Arthur: “¿Quién es el mejor director de orquesta que hayas oído en tu vida?” Arlette: “Carlos Kleiber, no necesito pararme a pensarlo”. […] Ese revólver estaba en una mano segura y firme, y cuando en tu proximidad más inmediata ves que está apuntándote un revólver corto de 9 m, es como si tuvieras delante al Ejército Rojo y no mueves ni las cejas. […] Durante los años vividos en Holanda, nunca llegó Arlette a entender a aquellas mujeres capaces de deshacerse de veinte pares de zapatos, la mayoría casi nuevos, mientras que para comer ponían en la mesa pollo descongelado y rodajas de piña en conserva». Cuando leo esto último no puedo dejar de pensar, sonriendo, que la esposa de Freeling era neerlandesa. Honni soit qui mal y pense…
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