De mi diario : Semana 44 / 2017

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¡Qué tristeza, dioses todos, qué tristeza! Y en medio de la tristeza, sonrío pensando en Daniel Viglietti desalambrando el cielo.

 

Weiß/Colonia, 29.10.

Lillian lee mi diario y me desasna en lo que se refiere a la parte hundida del brazo opuesta al codo: su nombre es “sangradura”. Nunca se acostará uno sin haber aprendido algo nuevo, como dicen las putas con un alto nivel de profesionalidá.

 

A las 5:15 pm van a  pasar por el canal ZDF Neo los dos últimos capítulos de la 2.ª temporada protagonizada por el joven DC Morse. Una gozada, mayor aún sabiendo que la 3.ª empiezan a pasarla a partir del próximo domingo. Yo creo que no he visto ningún episodio de la serie original del DCI Morse, ya maduro, porque la dieron en unos años cuando casi no veía en TV nada más que los telediarios (¡cuánto tiempo perdido!)  Pero las secuelas con Lewis, ya DI, y su DS Hathaway, y esta del joven Morse, son tan buenas como pueda haberlo sido aquella, si es que no mejores. Además, la última tiene un valor especial añadido, y es que muchos de sus escenarios son un Oxford sin glamour, un Oxford proletario, submundo, sucio, la cara fea del Oxford universitario.

 

8:45 pm : Sabiendo desde ayer lo que habría para cenar hoy, decidí ayunar hasta las 8:15, cuando terminaran de pasar los dos episodios del joven Morse. Y es que los arrollados de carne de res son uno de mis bocados predilectos y entretanto Diny sabe prepararlos tan buenos como los de Rebeca, y nunca saben mejor, lo sé por experiencia, que cuando se comen con hambre. Así es que sí, pasé hambre todo el día¡pero cómo me he desquitado! Todavía me relamo. Hmmmmmmm

 

Weiß/Colonia, 30.10.

A la terca polémica de la chilena que sostiene que los términos “hispano” e “hispanoparlante” sólo pueden predicarse de los españoles, quise ponerle fin ayer remitiéndome a fuentes chilenas que hablan de la gran poeta hispanoamericana Gabriela Mistral, y al “Manifiesto a la juventud hispanoamericana”, de nadie menos que Vicente Huidobro, más chileno que el nitrato. Pero la respuesta llegó esta mañana hasta mi bandeja de entrada, y dice literalmente así: «Estimado hispano, Lo siento por ti, morirás sin conocer la humildad de reconocer la verdad». Lo cual me provocó la siguiente respuesta, espero que definitiva: «Estimada mapucheparlante, ya me daba en la nariz que sumercé se cuenta entre los poseedores de la verdad. Qué alegría morirme sin tener que encontrarme con sumercé en el Más Allá. Gracias». Y la verdad de la milanesa es que pienso que en el Infierno del Dante debería haber un círculo reservado a los poseedores de la verdad absoluta. Con esta, curiosamente, son tres las chilenas que se me han cruzado en el camino, empecinadas hasta el ridículo sin darse cuenta de ello. Susana me pregunta desde mi Güeno Saire querido: «¿De dónde salió este monstruo? ¿De la RAM [Resistencia Ancestral Mapuche]? ¡Dios nos ampare!” Le contesto, en base a ser ya la tercera plaga chilena a la que hube de enfrentarme, que sin duda se tratará de algún producto autóctono. Como la cueca.

 

Diabolik es una peli del inolvidable año 1968 y se considera una de las mejores adaptaciones cinematográficas de un comic. Pero las preocupaciones de los espectadores, sobre todo a partir de mayo de aquel año, corrían en otros hipódromos y supusieron un grave handicap para ella. Razón de sobra para alegrarnos que la haya recuperado el canal Arte. Este Diabolik es como un James Bond delincuente (lo que acaso también sea 007, desde el punto de vista estrictamente moral), y hasta sospecho que su figura contiene soterrada una leve burla del agente del MI 5. Me gustaría que el canal programase de nuevo la peli el mismo dìa en que pasen Barbarella, que es otra de la quinta del 68 y asimismo protagonizada por John Phillip Law (a) Diabolik: sólo que en Barbarella el director era el rey Candaules del cine francés, ese tal Vadim a quien le encantaba mostrar desnudas a sus mujeres en sus pelis, para que todo el mundo se enterase de lo buenas que estaban, y nos diese cochina envidia, y le dedicaba tanta atención a ello que descuidaba el resto de la peli. En Diabolik, Mario Bava cuenta con una despampaninante Marisa Mell, a quien no necesita en ningún momento mostrar desnuda, y cuenta amén de ello con una traviesa e inspirada partitura de Ennio Morricone: ha sido una sorpresa para mí porque no conocìa la peli, y desde luego que ya sólo por la banda sonora valdría la pena, es de lo mejor que ha compuesto Morricone, y una verdadera pena que la peli sea tan desconocida.

[Repaso el texto y dejo el “despampaninante”, un homenaje freudiano a Silvana Pampanini].

 

Weiß/Colonia, 31.10.

Desde Montevideo, Jorge me da, de una manera escueta, la noticia de la muerte de Viglietti. Como si no tuviese uno tristeza bastante a cuestas. En esta casa lo queríamos mucho. Y en la emisora, trabajamos bastante juntos. Le encargué la música para “Adiós, Robinson”, el único radioteatro que escribió Cortázar. E hice con él una serie, «Del Río Grande al Río de la Plata», con trece relatos de viajeros alemanes por América, a la cual Daniel le puso el fondo musical con su guitarra. Y más cosas que ahora no recuerdo. ¿Y el lujo de haberle oído cantar algunas canciones por primera vez? Siempre que venía a Colonia, y vino muchas veces, se alojaba en el apto. de César, amigo suyo desde Montevideo, y amigo íntimo y compañero mío en la Deutsche Welle. Muchos días, cuando Daniel estaba en Colonia, después del laburo nos íbamos todos a casa de César, a platicar y hacer música. Y un par de veces nos sorprendió con «premières» de canciones que luego fueron cantadas por toda América Latina. Y por cierto que el traductor de las letras de sus canciones al alemán es mi querido Carlitos. ¡Qué tristeza, dioses todos, qué tristeza! Y en medio de la tristeza, ay, sonrío pensando en Daniel desalambrando el cielo.

 

Aparece hoy en Nexos, puntual con la efeméride, mi artículo sobre Lutero. En la redacción le han enjaretado una entradilla (¿Kathya, Héctor, Luis Miguel, Jorge?) que por poco me saca los colores a la cara, pero de la que creo que le hace justicia al texto y sobre todo a su carpintería.

 

Me escribe José María desde Arboletes, que tal vez esta tarde le va a tocar salir con su nieta, disfrazado de Papá Noel. Le contesto: «Mi primer y sorpresivo Halloween fue en San José de Costa Rica. Estuve allá un mes, en 1984, para grabar un programa acerca de atención primaria en salud, por encargo de la OMS, y un día me sorprendió ver por la ventana del comedor del hotel, donde estaba desayunando, que pasaba tanta gente disfrazada como para un aquelarre. Le pregunté a la mesera, quien no podía creer que yo no supiera lo que era el Halloween. Y no, lo que yo no podía llegar a creer es que se festejase en un país latino. Pero hoy, según he leído en un diario, me entero de que en Galicia reivindican el origen gallego de esta «fiesta». A mí no me extrañaría, después de la siniestra noche que fue el franquismo. (Franco era gallego, por si no lo sabías. Y Rajoy también, ese a quien lo llamo «Rajay», porque vivir bajo su gobierno es estar en un continuo ay, como decía mi abuela Remedios)».

 

Weiß/Colonia, 1.11.

2:40 am : Le escribo a Carmen, tras leer su cuento, que me ha enviado con el ruego de leerlo antes de sacarlo al mercado: «Es un cuento tan hermoso que le da una envidia espantable a un ser honesto, como el que trato de ser, pero me cago en los 24 cojones de los 12 apóstoles, ¿por qué coño lo tuviste que mandar a una dirección mía que te tengo requetecontramegaterapedido que la borrés de una reputísima vez de tus directorios porque la mía es desde mayo 2013 la que va en la cabecera de este email? Tenés la suerte inconcebible de que aquí ya es 1.11., porque si no no lo hubiese visto hasta el 1.12. o en enero, ya que esa cuenta sólo la abro a cada muerte de obispo y, qué pena penita pena, para comprobar que todavía hay amigos que no se han enterado de mi nueva dirección al cabo de más de cuatro años. Debe ser eso lo que, reducido al mínimo común denominador, se llama… pero no, mejor me callo, porque las alternativas son Tercer Mundo y Alzheimer, así es que mejor no. Tu cuento es una belleza, Carmen. Te lo devuelvo en el anexo, con un par de sugerencias (cuatro no más) de cambios mínimos. Y gracias por la confianza. Un beso de Ricardo, el pelotudo de guardia». ¡Ojalá me perdone el exabrupto!

 

Un comentario de Pepe Baena, desde Puta [sic] Umbría me inspira escribirle a Miguel Sáenz, honra y prez de la traducción y de la Real Academia: «Te escribo porque la muerte de Daniel  Viglietti me llevó a mirar el diccionario para ver si está incluido el verbo «desalambrar». Y no lo está. Y digo yo que sería un lindo homenaje a DV el que la Academia homologara ese verbo tan unido a su persona. Si hay «concertar» y «desconcertar», «armar» y «desarmar», «atar» y «desatar», ¿por qué sí «alambrar» y no «desalambrar»? ¡Si la Academia ha admitido incluso «desbeber»! Te dejo la pelota en el tejado». Miguel me contesta al poco rato diciéndome que le parece muy oportuna mi propuesta y se ocupará del asunto. Sursum corda!

 

Weiß/Colonia, 2.11.

030 am : Acaban de pasar en la ARD, el primer canal público, La sal de la tierra, la peli de Wim Wenders acerca de la vida y la obra de Sebastião Salgado. Una gozada. Y desde luego me parece legítimo que se hayan dejado en francés, portugués e inglés las grabaciones al respecto. Pero tratándose de una filmación donde lo que más cuenta son las imágenes, las fotografías de Salgado, tal vez hubiese sido mejor sincronizar las voces. Los subtítulos se comen a veces las imágenes, o al revés, los claros de las imágenes ocultan el blanco de los subtítulos y no se los puede leer bien, o bien directamente son ilegibles. Así y todo, qué documental maravilloso.

 

Escribo al DRA [siglas tedescas del Arhivo de la Radio Alemana] para hacerles notar que en su meritorio calendario anual de efemérides para el 2018 falta el 50.º aniversario de la matanza de Tlatelolco. Me contestan a vuelta de correos que no pueden tener en cuenta nada más que una limitada seleccción de efemérides, y me piden que tenga comprensión hacia el hecho de que esa selección se haga considerando un punto de vista “europeo” (las comillas son de quien me contesta). Les respondo asimismo a vuelta de correos y sin andarme por las ramas que «sus argumentos suenan convincentes pero no lo son. Apostaría mi única corbata de Armani a que en su momento, en el año 2019, recordarán el 30.º aniversario de la matanza de Tiananmén. Sin embargo la de 1968 en Tlaltelolco fue mucho peor, fue ordenada y ejecutada por un gobierno democrático, no por una dictadura como la del PC en China. Pero quién sabe, quizás ese punto de vista “europeo” de que ustedes hablan, sea el de unos ojos almendrados». ¡Qué precioso es poder decir esto último en alemán con una sola palabra!: “mandeläugig”. Pega más fuerte la ironía. Amén de que en alemán convierte la frase, sin perder punch, casi en un haiku.

 

Almorzamos Carlitos y yo en La Modicana platicando acerca de Daniel. Lo primero de todo es pedirle disculpas a Carlitos por haberle dado la noticia a palo seco, por teléfono: «Ha muerto Daniel Viglietti». Pero lo hice porque el domingo leí en el diario un reportaje con un policía de Colonia que ha tenido que comunicar 250 muertes a los familiares de las víctimas, y lo que se me quedó más grabado es aquello que le dicta su experiencia, decir lo primero y a palo seco la noticia en sí: «Señora, su hijo ha muerto”, por ejemplo. Menos mal que Carlitos también leyó ese reportaje y entiende ahora mi sequedad en la comunicación de la noticia. Luego evoco un día en París, mediados los 80, cuando Daniel y Annie todavía eran pareja, y Trilce una gurisita, y vivían en un depto. en Ivry–sur–Seine, recién pasado el bulevar periférico, al sudoeste del bosque de Vincennes, nombre que siempre me hace evocar el recuerdo de la desdichada Mata Hari, fusilada en los fosos del palacio que hay (o había) allá. Aquel día lejano estaba de visita la madre de Daniel y nos hizo unos ravioles de los que no se olvidan. ¿Por qué será que muchos de los mejores recuerdos que atesoramos están relacionados con buenas comidas?

 

Diny ha pasado el día en Maastricht, con Angie & Vincent. Mientras tanto Chico ha depositado ya tantos de sus trapos en nuestro cuarto de huéspedes, en el garaje y el sótano, que poco a poco me voy convirtiendo en el protagonista de una casa tomada, como la del cuento de Cortázar.

 

Weiß/Colonia, 3.11.

0:25 am : Veo recién ahora el nuevo posting de Arcángeles en su blog, motivado por ese día tan especial en México que es el de los santos difuntos. Una joya su prosa. Le dejo un comentario«Arcángeles querida, la que escribe como los ángeles, te cuento aquí inter nos que la primera medida tomada por Daniel Viglietti al llegar al cielo ha sido ponerse a desalambrarlo. Pronto cabrán todos nuestros muertos allí, dale un poco de tiempo a Daniel, que como buen oriental (uruguayos sólo son los futbolistas, decía Borges) es concienzudo y constante. No más dale su tiempito, tiene que desalambrar media eternidad. Pero tengo fe en el flaco, no desfallecerá. [Escribo esto y me entra un repeluz metafísico: ¿Y si des–fallecer fuese re–vivir?]»

 

Por fin pude ver Carta a una sombra, el film de Daniela basado en (o más bien inspirado por) el libro de Héctor. El soporte, un DVD, adolece de ciertas deficiencias técnicas, en especial en los últimos minutos, pero que no le quitan un ápice de valor al film en sí. Este es una pieza de convicción, como se diría en lenguaje jurídico. Refleja los hechos sin refractarlos por el dolor que causaron, que es la marca de fábrica de los buenos documentales (así como también de las buenas crónicas), donde los protagonistas están implicados en lo que se relata. Creo que se trata de la ópera prima de Daniela, así es que bien puede decirse, con toda justicia y merecimiento, que entró en el mundo del cine con el pie derecho.

 

Entre ayer y hoy he canibalizado en la pantalla tres textos que sólo tenía en soporte papel y que le había prometido a Luis para el suplemento de La Jornada. Da la impresión de que soy algo así como una máquina en plena producción, pero en este caso ha sido mera posproducción, para decirlo en términos cinematográficos.

 

Weiß/Colonia, 4.11.

Una de las esquelas fúnebres del diario, hoy, lleva un epígrafe de mi poeta predilecta entre las alemanas, Else Lasker–Schüler: «De zarzamora teñí tu cielo / con la sangre de mi corazón». ¡En alemán es tan hermoso: «Ich färbte dir den Himmel brombeer / mit meinem Herzblut”!

 

BI me mandó ayer un fragmento de Tonio Kröger, la novela breve de Thomas Mann, con dos traducciones distintas y el ruego de que las chequease con el original. Lo he hecho de la manera más elocuente posible: traduciendo yo mismo ese fragmento con una absoluta fidelidad, una fidelidad de guante, a la mano escribiente de Mann. Y destacando en rojo, en las traducciones que recibí, los “aportes” y –lo que es peor– las omisiones que hay en ellas. Los trujimanes padecen la propensión inconsciente de mejorar el original, mientras que yo siempre me atengo a una norma que le debo al benemérito traductor de Esquilo al alemán, Rudolf Burchardt“Ich bin so hochmütig, Äeschylos eben nicht klarer zu wollen, als er selber sich gewollt hat“ (Soy tan arrogante como para no desear a Esquilo más claro de lo que él mismo quiso serlo). En otras palabras, traduzco lo que Thomas Mann escribió y no lo que a mí me gustaría que hubiese escrito, de haberlo hecho en español. Otrosí : Buscando el fragmento en concreto hice una lectura diagonal de Tonio Kröger y me da en la nariz, y la tengo grande, que esa novela le debe mucho a Victoria, la de Knut Hamsun, publicada cinco años antes y traducida enseguida al alemán. No que haya paralelos entre las mismas, pero sí el mismo calor en el trato del idioma. Le envío mi peritaje a BI y le digo: «Cualquier duda, no vaciles en consultarme. Yo por estas cosas generalmente cobro, pero tratándose de sumercé, de que salió el sol y estoy esperando al menor de mis nietos, es gratis».

 

Tenemos desde media tarde a Henri en casa y se quedará acá hasta mañana al mediodía. Una de las pocas cosas que me siguen ilusionando en la vida. ¡Pero qué pronto pasará el tiempo en que todavía venga a casa, alegre de estar con los abuelos y a buen recaudo de la disciplina materna! (que también se acerca a su fecha de caducidad). Me alegro infinito de tenerlo acá, de oirlo hablar a solas mientras se afana con sus juegos en la compu portátil de Diny después de haber reprogramado nuestro televisor (involuntariamente, claro está, pero) de manera que esta noche sólo podremos ver un canal, y menos mal que es Arte.

 

***************THE END***************