Eastern Promises, qué maravilla. Es una especie de anticuento de hadas que funciona como un cuento de hadas. Un clásico.
De mi Diario / Semana 47 / 2015
Weiß/Colonia, 15.11.
2:00 am : Eastern Promises, qué maravilla. Es una especie de anticuento de hadas que funciona como un cuento de hadas. Un clásico. ¡Y ese Viggo Mortensen, qué portento!
La situación con Gmail.com se ha vuelto por completo kafkiana. Me llegan devueltas remesas completas de los envíos colectivos, y ya he desistido de reenviarlas porque con los reenvíos se da la misma situación, lo que me roba tiempo y me desgasta los nervios. A partir de ahora voy a seguir haciendo los envíos colectivos, pero sin cuidarme de cuántos y en qué medida me llegan devueltos. Quienes de veras se interesen por ellos ya me escribirán y podré remitírselos de modo individual, que parece que es el único que Gmail.com me acepta 100%. La puta que lo parió.
Diny se fue a Holanda a las 8 am, volverá mañana. Estuve prácticamente todo el día dedicado a trabajar el artículo sobre Manuel Puig porque descubrí que tengo otro autógrafo suyo, es el de la dedicatoria en mi ejemplar de Sangre de amor correspondido, cuando nos encontramos –fue la tercera vez– en junio del 82, en Berlín, durante las jornadas del Festival Horizontes:
Weiß/Colonia, 16.11
0:25 am, por fin regresó a la red La Jornada, ausente de ella todo el día. Este nuevo formato del suplemento me agarra con la guardia baja. Pero en todo caso incluye hoy un interesante artículo acerca de los dominicos y el derecho internacional. Me ha hecho recordar el patinazo histórico de Carlos Fuentes cuando afirmó, en un ensayo, que Grocio [*1583] ejerció una gran influencia en el pensamiento jurídico de Vitoria [*1492] y Suárez [*1548]. ¡Menos mal que no lo ejerció en el de Aristóteles! ¡Por Dios!, como decía Álvaro Mutis.
Diny vuelve de Holanda cargando un mamotreto de + de 800 páginas, el libro de Christopher Clark Iron Kingdom [El reino de hierro], una obra de consulta indispensable sobre la historia de Prusia y que Willy acaba de traducir del inglés. Conozco el libro desde que se publicó acá, hace algunos años, animo a Diny a hincarle el diente porque vale la pena si se quiere entender qué fue Prusia, un reino al cual en Colonia le debemos el haber terminado de construir la catedral. No es moco de pavo, las obras estaban detenidas desde hacía siglos. Literalmente siglos. Casi se diría que los colonienses son los andaluces de Alemania.
Pasan en el canal zdf.neo dos episodios estupendos de Barnaby, del bueno, de John. Viéndolos, resulta casi grotesco que tuvieran que pasar nada menos que 13 temporadas de Barnaby el malo, Tom, para que los libretistas y los productores se decidieran por fin a sacarlo de la circulación. Como tan sabiamente decía la abuela Remedios, «Cuando un tonto coge una vereda, se acaba la vereda y sigue el tonto».
Weiß/Colonia, 17.11.
Hoy, en La Modicana, nada de experimentos, pedimos por enésima vez nuestros espaguetis con frutti di mare, y ellos nos recompensaron por nuestra fidelidad. Antes de empezar el condumio, durante el mismo, de sobremesa y hasta largo rato después, encendida discusión con Carlitos acerca de la situación actual y el miedo que cunde en Europa. No logramos ponernos para nada de acuerdo. Me niego a aceptar que los fundamentalistas sean torpes e ignorantes, al contrario, creo que son extraordinariamente inteligentes y tan pérfidos como inteligentes, lo que no hace nada fácil combatirlos, y mucho menos erradicarlos. El viernes, chocado por los acontecimientos de París, escribí aquí que la ley del Talión es el único idioma que entienden. Ahora ya no lo veo tan claro, o mejor dicho, ahora creo que lo veo más claro, el único idioma que entienden es el suyo, el del Gran Viejo de la Montaña. Una vez más la reflexión de por qué no se reedita esa gran novela que es Alamut, como escribí en este diario el 7 del mes pasado. ¡Ayudaría tanto a entender lo que, si los dioses no lo remedian, se nos está viniendo encima!
Hora y ½ antes del Alemania vs. Holanda, se suspende el partido en Hannóver. Dicho en otras palabras: Califato 1: Europa 0. Lo único positivo de semejante derrota es que esta vez ha sido sin derramamiento de sangre ni pérdidas de vidas humanas. Pero hay una frase del ministro del Interior, De Maizière, durante la conferencia de prensa, que se me ha quedado grabada y que no se me va del pensamiento: «No deseo explicar el trasfondo exacto de las advertencias que se nos hicieron. Una parte de esa respuesta podría desconcertar a la población». El verbo usado por el ministro es “verunsichern”, que significa algo más que desconcertar o confundir, incluye el adjetivo “unsicher [=no seguro]”, por lo que en realidad implica tácitamente que si nos hablase claro, contribuiría a sembrar la inseguridad entre los ciudadanos. ¿Es este ministro de tan cortos alcances que no se dio cuenta de que, expresándolo así, consiguió justamente sembrarla?
Weiß/Colonia, 18.11.
La prensa se ceba en la ominosa frase de De Maizière, no sin razón. Se diría que el confundido, desconcertado e inseguro es el señor ministro, y uno del Interior confundido, desconcertado e inseguro, es un lujo que no nos podemos permitir en estas circunstancias.
En lo del fisioterapeuta. Es la última sesión, pero quedamos en que llamaré a mi Dr. Ruppert y le pediré que me envíe una receta para ocho sesiones más, verdaderamente me hace mucho bien el masaje del señor Nölle. Alabado sea el santísimo sacramento del altar.
Weiß/Colonia, 19.11.
Cita a las 12:30 con el dentista, para dos empastes. Entretanto ya recibí respuesta de mi seguro acerca del cálculo de costes que me entregó la semana pasada. Los costes de lo que me quiere hacer, para dejar mi dentadura en orden durante los próximos diez años, «y más», añadió, son nada más que 8.889.01 €, de los que el seguro me escribe que me reembolsará nada menos que 1.896.96. Ahora falta saber cuánto de los restantes 6.992.05 me acreditará la subvención estatal, de la que todavía no tengo respuesta. Pero el año 2016 se presenta cargado de nubarrones: a la parte que me toque pagar de la factura del dentista hay que agregar unos dos mil euros al Fisco para finiquitar el año 2014, otros dos mil del viaje a Huelva con Oskar, y unos dos mil 500 de la fiesta de nuestros 50 años de casados. Summa summarum, alrededor de nueve mil euros. Toca trabajar a destajo, y que no me falten compradores de la mercancía.
Leo de un tirón el quinto episodio, Priest, de la saga de Jack Taylor, de Ken Bruen, vertido a un alemán de lujo por Harry Rowohlt, es una prosa que se paladea como un Bushmills, el dizque mejor whiskey del Eire: «En Irlanda hay un fenómeno curioso… ¿Pero qué digo? El país entero está lleno de fenómenos curiosos. Uno de ellos es el fenómeno Mujer–single&Cura. Hembritas de una cierta edad –por lo general más de los cincuenta– adoptan un cura y se convierten en sus eternas acompañantes, pero nadie se encandaliza. Intente usted adoptar una monja».
Hace unos días me preguntó Arcángeles mi opinión a propósito de Borgen, la popular serie danesa, y le dije que no es santo de mi devoción. Ahora acabo de escribirle para contarle que «esta noche ha comenzado en Alemania la transmisión (dos cada jueves) de los 10 capítulos que componen Occupied, una serie noruega con un tema político atrevido y original, la ocupación de Noruega por Rusia, con la aprobación de la Unión Europea, y el lavado de manos de Poncio USAtos, para hacer que Noruega reabra sus yacimientos de gas y petróleo en vez de dedicarse exclusivamente a la producción de energías renovables, la primera medida tomada por el primer presidente noruego del partido Verde. Este sí es un tema político que me interesa (y no las idas y venidas en la vida privada de los políticos daneses) y estoy seguro de que la serie va a dar mucho que hablar. Para empezar, el embajador ruso en Oslo ha lamentado que Noruega olvide el importante papel desempeñado por la Unión Soviética en la liberación del país de la ocupación nazi. O sea, que hay tela cortada para rato. Eso con completa independencia de que la serie está formidablemente concebida, desarrollada y actuada (los actores escandinavos son un tema per se), y la idea y los primeros guiones se deben al noruego Jo Nesbø, uno de los grandes nombres de la novela policial europea». Me he prometido no perderme ni un solo capítulo.
Weiß/Colonia, 20.11.
Estábamos invitados e íbamos a ir hoy al Ayuntamiento para asistir a la entrega del Premio Böll a Herta Müller; pero ayer leí en el diario que la llevaría a cabo, en su primera aparición pública, la primera alcaldesa mayor de Colonia, Frau Reker, quien fue víctima de un atentado casi mortal en vísperas de su elección, hace un par de semanas; y que, por consiguiente, las medidas de seguridad en torno al acto serían muy estrictas. Así es que renuncié a ir contra la oposición de Diny, que me dijo que si nos quedamos en casa le estamos haciendo el juego a los terroristas. Le retruco que no se trata de miedo por mi parte, sino de alergia a las medidas de seguridad, lo que es bastante distinto, ya me bastó y hasta me sobró con los manoseos a que me han sometido en los aeropuertos. Estoy en favor de la seguridad, pero para sicosis de seguridad también me basta y sobra con la de los gringos que espían mi correo, ¡hay que ser gilipollas!
Me pasa Diny un enlace en el que leo que Savater y su mujer escribieron al alimón un libro, Aquí viven leones, con el relato de sus excursiones a las casas de algunos escritores célebres. A mí esta clase de crónicas me apasiona desde que descubrí las de Dietmar Grieser, de quien tengo cuatro volúmenes de las suyas: Vom Schloß Gripsholm zum River Kwai [Del palacio Gripsholm al río Kwai, con algunas espléndidas, como la que dedica a la fábrica de tabacos donde trabajaba en Sevilla la Carmen de Bizet, no la de Merimée, que era de Córdoba; esa fábrica de tabacos que en 1955 pasó a convertirse en Universidad Hispalense, y yo uno de sus novicios, en la Facultad de Derecho], Die kleine Helden [Los pequeños héroes, acerca de personajes infantiles y quienes los inspiraron], Musen leben länger [Las musas viven más, con visitas a las viudas de escritores famosos] y Schauplätze der Weltliteratur [Escenarios de la literatura universal, que me inspiró para una serie sobre el mismo tema en la Deutsche Welle]. Por cierto que he releído algunas al enterarme de la publicación del libro de Savater, y tengo que decirle el martes a la signora, en La Modicana, que su paisano Salvatore Quasimodo era un tipo en verdad impresentable.
Al abrir el ejemplar de Schauplätze der Weltliteratur, para releer la crónica dedicada al tranvía llamado Deseo, me encontré como señal de lectura una postal que llevaba buscando desde hace meses y meses, para mandársela a Héctor. Como ahora dispongo de la posibilidad de escanearla, así lo hago y se la envío por email, ipso fuckto, diciéndole que uno de esos escenarios de la literatura universal se encuentra en Huelva, es este, pues en la casa moguereña de Juan Ramón pasa una buena parte de los capítulos de Platero y yo. En el testero principal se ve el retrato del poeta por Sorolla, y en la mesita debajo el busto de Zenobia, una de las mujeres más inteligentes y cultas que ha dado España, esculpido por la genial y malograda Marga Gil Roësset :
Héctor me contesta a vuelta de correos: «Me encanta la luz, la luz luminosa y cálida, si se puede decir, que entra por la puerta y por las ventanas. Y la ordenada casa burguesa, las frescas baldosas como de la casa de mi abuela, y con ese sofá rojo, rojo, rojo, que de algún modo se parece a mi sofá también rojo, rojo, rojo, en el que tanto me gusta sentarme a leer».
Cada vez me gusta más la serie con el DCI Banks, sobre todo desde que aparece en ella la DI Helen Morton, que es ganancia neta para la saga.
Weiß/Colonia, 21.11.
En el diario, hoy, una esquela mortuoria con un bello, casi poético, epígrafe de Bernard Shaw: «Cuando una estrella se apaga, se hace más oscuro de lo que sería si no hubiese brillado nunca».
Un email de Marga, que no es por casualidad sobrina de Marga Gil Roësset, me alerta sobre la existencia de un documental acerca de las mujeres de la generación del 27, titulado Las sinsombrero. Imperdible de toda imperdibilidad, laus Deo!
Hoy le he puesto a Julio, en el correo quelonio, las fotocopias de un texto que creo que le va a interesar, acerca del puente de San Luis Rey, entre Lima y Cuzco. Pero sobre todo me he dado el gusto de remitírselo a la dirección donde le llegaba su correo a Herrn Theodor Wiesengrund Adorno, el patrono del gato de Cortázar. [Aquí, en vez del Waw! debería ir un ¡Miau!]
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