De mi Diario / Semana 52 [2] / 2015

1
406

Tengo un par de ideas que necesito madurar un par de noches consultándolas con mi sicoterapeuta árabe, Al Mohada.

 

Weiß/Colonia, 27.12.

Un domingo dedicado a tareas de mantenimiento, entre ellas la compra de los billetes para los vuelos a Faro, cuando Diny y yo llevemos a Oskar a conocer a su familia onubense. Ese es por cierto un gentilicio que tendré que enseñarle, para que sepa del pasado fenicio de Huelva y de que fue en ella y su comarca donde se asentó la más antigua cultura documentada en Occidente. Pena que no haya un libro en alemán sobre Tartessos, a no ser el de don Schulten, que es más bien una lectura científica. Y también tendré que explicarle a Oskar el gentilicio popular, que es choquero, porque los onubenses somos insaciables comedores de choco frito. Todo se andará para que nuestro querido niño se sienta como en su casa. A ese respecto, tengo un par de ideas que necesito madurar un par de noches consultándolas con mi sicoterapeuta árabe, Al Mohada.

 

Weiß/Colonia, 28.12.

«Estamos ¡¡podridos!! de literatura», esa frase emblemática en nuestra pandilla, de mi cuento “Macho dulce”, me viene inmediatamente a las mientes cuando leo en el diario, desayunando, acerca de las castastróficas inundaciones en Inglaterra, sobre todo en Yorkshire, ¡y mi primera reacción es pensar que ojalá las aguas hayan respetado Pemberley!

 

Celebro la festividad de los Santos Inocentes con tres tuits regalados a otras tantas grandes amigas :

 

Uno de los consejos más atinados que me dio esta noche mi buen Al Mohada es que diseñe el árbol genealógico de los Bada, para que Oskar tenga una especie de Who’s who? de su familia en Huelva. Trabajo en ello luenga parte del día, haciendo varias llamadas a Troglodia cuando hay algún dato que se me escapa (el año de la muerte de mi cuñado Antonio, por ejemplo), y al terminar contabilizo 33 familiares directos a los que habrá que sumar, a) esas dos criaturas que están de camino y tienen anunciada su llegada para fines de este mes, las hijas de mis sobrinos José Luis y Ricardo –el de Laureano, no el de mi hermana–, y b) sus respectivas madres, a las que tampoco Diny y yo conocemos todavía. Summa summárum, 37. En todo caso, es menos de la mitad de su familia por parte de Diny, cuyo censo asciende a 84 individuos.


Weiß/Colonia, 29.12.

1:40 am : The Fall Paradine, una peli que siempre que la veo, cuando aparece en pantalla Alida Valli me hace recordar El tercer hombre. Y me parece que a Gregory Peck le vino muy bien ese entrenamiento como abogado suyo para componer luego el papel más entrañable de la historia del cine, el de Atticus Finch en To Kill a Mockingbird. Me niego en redondo, «como una plaza de toros» (así decía Jardiel Poncela), a mencionarla con una monstruosidad del calibre del título infumable que le dieron en nuestro idioma. Anatema sea!


El editorial principal en el diario de hoy se dedica a los políticos que no saben despegar el culo de su asiento cuando todavía pueden hacerlo con un cierto honor, y concluye con una cita, rica en ironía, de Erich Kästner: «Pensad en el quinto mandamiento: no matéis vuestro tiempo».


Diny todo el día en casa de Montse cuidando de la tercera generación (es decir: Henri) porque los Ritter se fueron de compras a Maastricht. Y después del desayuno cuando llamo a Bernardo, en Huelva, me cuenta que estaba a punto de afeitarse porque va a Sevilla donde lo ha invitado a almorzar un amigo. Me pongo a pensar que ir de Colonia a Maastricht, de compras, o de Huelva a Sevilla para almorzar allí con un amigo, son hoy cosas tan normales como respirar. Hasta los primeros años 60 hubieran sido aventuras tales como ir de safari a Kenia. Bueno, quizá exagero, pero no tanto como parece. Bernardo me da la razón. Y lo dejo para que se siga afeitando.


Carlitos es un héroe, o mejor dicho, un mártir de la gastronomía italiana: enfermo como está, con “una tos perruna” [© by Grandma Remedios], no deja de acudir a la cita con La Modicana. La signora lo (nos) recompensa vía unos deliciosos espaguettis con salmón y gambitas.

 

Una de las ideas que me rondaban por el caletre desde el fin de semana, referentes al viaje de Oskar a Huelva, la pongo en práctica después de consultar a su abuela y a su madre, y claro está que también con Reme y Pepe, en Huelva. Sencillamente he pensado que tal vez lo mejor sería si Oskar no se aloja con nosotros en el hotel que reservaremos, sino en casa de los Sánchez de Piña Bada, donde además de Reme y Pepe sigue viviendo Ana del Rocío, de 21 años, una persona joven, no de su edad, pero mucho más cercana a la suya que la de cualquiera de todos los demás primos, tanto hacia arriba como hacia abajo. (Reflexión:  aunque Julia, la hija de Meli, debe estar en los 14 y Ana ya va por los 21, como Oskar acaba de cumplir 16, de sus 16 a los 21 de Anita hay menos distancia que a los 14 de Julia; cuando uno cumple los 16 empieza a mirar por encima del hombro a los de 15). Sea como fuere, en lo que todos coincidimos es en que la decisión la debe tomar Oskar mismo. Así es que lo llamo, le pido que venga a casa y hace un rato llegó y le estuve explicando el árbol genealógico que programé para él en esta pantalla, y luego le dije lo que pensaba en torno a su estancia en Huelva. Lo aceptó sin dudar ni un solo instante, que sí, dijo, quiero ir a la casa de la tía Reme. A aprender por inmersión. ¡Al agua, patos!

 

Apenas se marchó Oskar me puse a hacer la reserva de hotel para los ocho días que pasaremos en Huelva. De todos modos me había decidido por el que reservé, pero mucho más después de que al estudiar los precios de las habitaciones encontré este añadido: «Desayuno cuesta € 5 por persona y noche. Almuerzo cuesta € 9,50 por persona y noche. Cena cuesta € 9,50 por persona y noche». Eso de almorzar por la noche es realismo mágico y no me lo quiero perder.

 

Weiß/Colonia, 30.12.

La saga de Van Vetteren, por Håkan Nesser, sólo la conocía en su versión TV. Hoy he leído la primera novela de la saga, que en español se titula La tosca red, y en sueco, traducido a nuestro idioma, La red de malla grande, mucho más acorde con el relato. Es tan buena que ya me puse a comprar en la red las otras nueve que componen la saga. Me encantan sus precisiones en materia de caracteres humanos: «Sonrió nerviosa. Van Vetteren reconoció que pertenecía a ese género de personas que pueden destilar una cierta amarga satisfacción de sus desdichas. Algo así como: ¡Lo ves, Dios, es lo que te dije! Supe desde el principio que me la ibas a jugar».

 

Tres horas programando el concierto anual que ofrezco por estas fechas en mi blog Corazón de Pantaleón, en EE, de Bogotá. Creo que me quedó bastante apañado, como quizá diría mi abuela Remedios, la bella y la sabia, de quien hace poco recordé uno de sus “más que”: «Es más bruto que un arao”. Lo curioso es pensar que se trata de un dicho campesino, sobre un útil agrícola.

 

Weiß/Colonia, 31.12.

Dedico todo el día al despacho de la correspondencia atrasada, ya iba siendo hora en dos o tres casos, que me avergüenzo de haber ido dejando de un día para el otro.

 

Al saber que su esposa y sus hijos están en los USA hasta entrado enero, habíamos invitado a Arzola a pasar con nosotros esta noche, y a él le gustó la idea, también para cumplirle a Diny la promesa de unos frijoles que dice cocinar de rechupete. Pero cuando lo llamé hace dos días para ultimar detalles me contestó que veía imposible lo de venir a recibir el año nuevo en nuestra compañía, lo asaltó un virus de esos que te mandan a la lona por lo menos durante una semana. Dele Dios mal galardón (al virus, claro, no al pobre Arzola).

 

Como todos los años, continuamos la tradición de ver el sketch inglés Dinner for One, una cita obligada la noche de San Silvestre en la tele alemana. La frase «Same procedure as every year» se ha convertido desde hace mucho tiempo en una expresión proverbial de la lengua alemana, lo mismo que en la generación de mis padres, y hasta la mía, pasó con una frase de Luis Sandrini: «Mientras el cuerpo aguante». Mucho tiempo después recapacité que esa frase, dicha por los españoles en el 47, en pleno rigor de los llamados “años del hambre”, cuando la gente se caía en las calles como resultado de la desnutrición general en el país (salvo los ganadores de la guerra, claro está), esa frase, “Mientras el cuerpo aguante”, no era tan sólo un dicho resignado, también era un desafío al régimen. Los censores, como de costumbre, no se dieron cuenta.

 

Weiß/Colonia, 1.1.2016

0:13 am : El último email del 2015 me lo envió Arcebelle desde San José de Pura Vida, y la primera llamada telefónica del 2016 fue la de Aída, desde Asunción/Paraguay, adelantándose a nuestros hijos. Lo escribo escuchando doblar a Der dicke Peter [=Pedro el gordo], la campana más emblemática de la catedral de Colonia, que sólo suena en días como hoy, y mientras me pregunto al mismo tiempo cuántos emigrantes de los que en estos momentos se arraciman en los refugios en Alemania, cuando oyen cómo crepita el aire afuera con el estallido de los fuegos artificiales, no lo perciben como tableteo de ametralladoras en los infiernos de donde escaparon.

 

A las 6:30 am, al volver al dormitorio después de vaciar la vejiga, y debido seguramente a algún movimiento brusco al tenderme en la cama, padezco en la pantorrilla derecha un calambrazo de intensidad 8,5 en la escala Richter de agarrotamiento de músculos. Grito de dolor, despierto a Diny, pero pese a sus friegas, con loción de aceite de romero, el dolor sigue enquistado en sus reales y cuando me levanto y camino lo hago sólo a costa de grandes esfuerzos y renqueando. La viejez, como la llama Diny, es la putada más grande que Dios le hizo a la especie humana.

 

ILQ lee en Antioquia la entrada anterior sobre los fuegos de artificio (que se la mandé a varios amigos como anticipo de mi diario) y me escribe: «Debe ser aterradora la sensación. Pero más aterrador es saber, que ellos no saben, que nada más son mercancía de intercambio entre multinacionales para solucionar un problema de mano de obra barata en algunos puntos de Europa». Le contesto: «No lo tengo tan claro como tú. ¿Dirías lo mismo de tus compatriotas desplazados de sus lugares natales, que son «mercancía de intercambio entre multinacionales para solucionar un problema de mano de obra barata en algunos puntos» de tu país?»  Me contesta: «Vieras que sí. Aquí el desplazamiento forzoso también tiene mucho que ver en parte con la necesidad de los agentes del Estado comprometidos con las multinacionales para entregarles territorios donde explotar todo tipo de materias primas sin «molestias», y por la ambición desmedida de los dueños de las tierras, lo que conduce estas masas desplazadas a los cinturones de miseria de las ciudades, a la espera de un empleo, lo que abarata la mano de obra, para ganancia de los consorcios multinacionales que se apoderaron, desde la «apertura» del gobierno de César Gaviria, de las empresas nacionales. Mira nada más el caso de Medellín que pasó de ser «la capital industrial de Colombia» a ser dizque «la más innovadora» después de quebrar casi toda su industria textil y metalúrgica, o ser absorbida y luego desaparecida por consorcios extranjeros. Puedo contarte que en Medellín ahora, las únicas fuentes de empleo notables, son el mismo Estado y el narcotráfico, y el subempleo ronda el 75%. Todo producto de la globalización  por cuenta del llamado «consenso de Washington»». Confieso no entender mucho del asunto, pero la argumentación es convincente, y como ILQ es persona de fiar, será bueno que añadamos un capítulo más a Las venas abiertas de América Latina.

 

A mi querida Margrit, que me ha escrito desde Fráncfort para desearme que tenga “un ano maravilloso”, le doy las gracias «por tus buenos deseos, que te retribuyo con un beso pascual y finisemanal, añadiendo este regalo : Como estoy contento con el culo que tengo, y para que nunca más escribas «ano» en vez de «año», cuando debas emplear una ñ pulsa el # 164 a la derecha del teclado, mientras mantienes pulsada la tecla ALT : ñ , voilá!»

 

Me abismo en la cuarta entrega de la saga de Barbarotti, Los solitarios. Al llegar a la página 372 tengo que dejar de leer porque ese cabrón de Håkan Nesser me ha puesto el corazón en un puño. Dejaré el resto de la novela para mañana.

 

Weiß/Colonia, 2.1.

1:35 am : Veo el último ¼ de hora de Trafic y vuelvo a reírme como loco con las peripecias de monsieur Hulot en el mundo del automovilismo. Esto es cine: quien lo probó, lo sabe.

 

Un 2 de enero tan tranquilo como este creo que no lo hemos tenido en muchísimo tiempo. Pero también creo que desde hace muchísimo no me emocionaba tanto como al recibir esta tarde un email de mi muy querida NS donde me dice: «Mi pregunta sobre cómo te estabas sintiendo no era por no haber leído tu diario, ni era retórica tampoco. Digamos que era esperanzada, porque después de que leí la contundencia y la brevedad conque dijiste que te querías morir ya mismo, la frase me ha quedado dando vueltas, como una especie de alfiler en la lengua, que surge cada vez que te recuerdo [que debo aceptar que es muy a menudo, a propósito de libros, de tuits, de cine y… de afecto y amistad, principalmente]. Solo me salva de la desesperanza conocer también la cantidad extraordinaria de novelas que lees por semana, de pelis que disfrutás, de páginas que escribís y de manjares que comés… Y lo que disfrutás a tus nietos. Lo que me sorprende es que todo ello no sea un antídoto contra la depresión, pero quizás lo sea al menos durante diversos fragmentos del día. Aunque te he dado las gracias varias veces por tu enriquecedora amistad, permitime que lo haga de nuevo en este segundo día del recién estrenado 2016. Lo siento muchísimo, pensarás que soy una egoísta, pero en este instante toda mi energía está puesta en enviarte mensajes que dicen: No se te ocurra morirte, Ricardo de mi alma». No le responderé hoy mismo, sino mañana, seguramente citando a Luis Sandrini: «Mientras el cuerpo aguante». Pero que me quiten lo llorao.

 

**********FIN**********

 

1 COMENTARIO

  1. Si sobre Tartessos no hay un

    Si sobre Tartessos no hay un relato adecuado en alemán, pues regalaselo en español. Algún día lo leerá con soltura.

Comments are closed.