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BrújulaEl convento transformado en laboratorio de arte

El convento transformado en laboratorio de arte

El Laboratorio de Arte Alameda se encuentra ubicado en un edificio sagrado que data de 1591. La construcción es una de las estructuras más antiguas de Ciudad de México, y allí se puede ver lo último en arte del siglo XXI. Obras de vanguardia en el lugar menos esperado. Allí se pueden ver proyecciones digitales, vídeos, piezas inmersivas con luz y sonido… Piezas que apuntan al futuro de la cultura mexicana. Según Xavier de la Riva, director del museo: “Nuestro mayor reto es que no parece un museo, sino una iglesia. La gente que pasa siempre entra y pregunta: ¿Podemos ver la iglesia?”. El Laboratorio, que lleva en pie desde principios de los 2000, ha intentado buscar una programación que se adapte a la estructura en la que se aloja. Es por esto que lo que se exhiba debe intentar ponerse a la altura del edificio, es decir, ser “espectacular”. Ahora mismo se pueden ver tres exposiciones que, en palabras de Ray Mark Rinaldi, crítico del New York Times, “apuntan a una dirección curatorial evolucionada, que se inclina más hacia el populismo, al tiempo que se adhiere firmemente a la idea de que la tecnología se une al arte”. La primera de ellas es el Gran basamento, de Deborah Castillo, que pone el foco en la transición del convento a un lugar laico donde se acogen las diversas voces y pensamientos. La artista ha montado un modelo a escala de la pirámide de Cuicuilco, simbolizando un nuevo nivel de civilización que se eleva sobre el siguiente. La segunda muestra es Ná’ Reza [Mano rota], de la artista Ana Hernández, en la que explora el concepto de tecnología poniendo la vista atrás, a través de las vasijas de cerámica. Algunas de ellas están rellenas de maíz, otras cubiertas de cera de abeja o de oro. En el espacio principal de la galería se encuentra Inscripciones, de Said Dokins. La obra del grafitero es enorme: presenta en un mural su conocida caligrafía abstracta a través de pintura visible bajo luz ultravioleta. El laboratorio está centrado en llegar a todo el público posible. “No es que el arte espectacular esté mal. Es una buena forma de entrar en el arte”, dice de la Riva. “Pero también tenemos que hacer el museo más accesible”.

Dónde: Laboratorio Arte Alameda, Ciudad de México, México

Cuándo: hasta el 26 de octubre

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