Cuenta el artista Anselm Kiefer (1945-) que desde que leyó en su juventud el Ulysses, se embarcó en una intensa relación con la literatura de Joyce. El vínculo llegó casi a la obsesión con las espirales narrativas de su última obra, Finnegans Wake, un libro-mundo que parece contener todas las palabras, todos los pensamientos, todas las historias, en todas sus geometrías. ¿Cómo materializar esa complejidad? ¿Cómo interpretarla, representarla o al menos sugerirla a través de la pintura, la escultura o la instalación? Esa es la intención de Kiefer en su última exposición en la galería White Cube de Londres, en su sede de la calle Bermondsey. Allí aparecen campos de basura y cables de hierro, esqueletos de girasoles, la hélice del ADN, ouroboros, libros ilegibles hechos de plomo, vitrinas de cristal, objetos, ropa, cobre, hormigón, inscripciones por todas partes. Como si el lenguaje, su anverso y su reverso, su orden y su caos, se hubieran convertido en escultura.
Dónde: The White Cube Bermondsey, Londres
Cuándo: Hasta el 20 de agosto