Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoEl hospital de los que esperan

El hospital de los que esperan

El dueño pálido de la tabaquería   el blog de Ernesto Pérez Zúñiga

 

Caminas por el hospital como en un bosque.
No son árboles.
Los pasillos están repletos de gente sentada, de gente en pie, alrededor de las diferentes consultas.
Lo primero que piensas es que los parados de España son pacientes de los hospitales,
no es una consecuencia lógica, pero podría serlo de alguna manera inconsciente,
vuelves a pensar,
antes de sentarte tú mismo ante la habitación dentro de la cual te espera
Ignatius Reilly.
Por fin es tu turno, sabes, mientras él, en el interior, se frota las manos.
Es un cirujano especialmente gordo, desaliñado, que se frota, sí, las manos con un tic avaricioso. No puedes creerlo: bizquea, o es que no se atreve a mirarte directamente a los ojos. Te habla rápido, sin permitirte preguntar: lo tuyo no tiene remedio
sin cirugía, claro,
dice mirándote, ahora fijamente, con hambre,
te imaginas en la cama quirúrgica, abierto en canal bajo sus manazas de Ignatius Reilly,
el onanista sucio y solitario.
Y escuchas atentamente el diagnóstico y la receta, más de cinco millones de parados, vuelves a pensar, no puedes dejar de pensar,
mientras España aguarda en el pasillo. 

Más del autor

-publicidad-spot_img