En un arroyo cercano se remojaban los hombres en busca de la frescura perdida que corría río abajo. La mano de Dios debutaba como cuidadora de mariposas, pero al divisar la sombra de la arboleda y la ocasión de abandonar sus esforzados quehaceres, se dejó caer con suavidad y sin alertar a los ingenieros, que estaban inventando la ahogadilla. El clamor de cencerros anunciaba la llegada de los vastos rebaños, que se arrojaron al arroyo y bebieron largamente. También aparecieron la gallina Mariana, que fue a reprender a la mano de Dios por su dejadez, y los polluelos, que aprovecharon el despiste de aquélla para asomarse peligrosamente y soñar con el chapoteo. Entre el silencio de las treinta bibliotecas y el eco de los cantos de lavadero, que sonaban un poco más abajo, la mano de Dios decretó una temporada de sosiego y encomendó a la corriente los afanes de los hombres.
Detesto decirte esto pero
Detesto decirte esto pero todo está ya escrito, en concreto lo que nos cuentas (incluyendo las treinta enciclopedias) es de Borges: Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (1940) que se inspiró en H.P. Lovecraft (Los mitos de Cthulhu) e inspiró a su vez a Nabokov (Ada o el ardor).
En cuanto a Nabokov supongo que no deberías leerlo antes de los 18 pero tus padres sabrán (es la mejor manera que conozco de recomendar un libro). El relato de Borges, uno de los más extensos que escribió, es suficientemente corto para el verano; está en El jardín de los senderos que se bifurcan y Ficciones.
Lo interesante es que los viejitos como yo no podemos desprendernos de las referencias, de la teoría literaria y filosófica (Berkeley, Spinoza, Russell,…) que envuelve estos temas, mientras que tú haces parecer todo nuevo. Repristinas por decirlo de forma cursi. espero que las referencias acuáticas indiquen que te estás bañando y la otitis ha desaparecido.
No olvides vitaminizarte y supermineralizarte. Vale
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