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Fobias


 

—¿Esta semana tampoco vas a escribir nada en el blog?

—El lunes por la tarde no pude. Y durante el fin de semana no se me ocurrió nada. Pero debería… la semana pasada tampoco publiqué nada.

—No sé a qué esperas.

—¿Y qué escribo? Se supone que en este blog escribo cosas relacionadas con el periodismo, pero cada vez me cansa más la gente que escribe sobre este asunto.

—…

—El domingo Alfonso Armada publicó una entrevista a Jon Lee Anderson. Casi todos los periodistas que sigo en Twitter se encargaron de recordármelo. Era una charla bien interesante, mucho más larga en la versión web que lo que se publicó en papel. Me encantó el final. Le pregunta Armada al periodista estadounidense que si le preocupa el futuro del periodismo. «Si me siguen preguntando por ello voy a acabar preocupándome», responde Anderson.

—Qué bueno.

—A mí me ocurre como a él. Esos que se creen gurús me producen alergia, que me lo detectó hace unos meses el médico. Cada vez que escucho la palabra «congreso» me sobresalto: no puedo evitar en la cantidad de mentes jóvenes que adoctrinan los que de todo y nada saben. Acabo de leer que José Manuel Lara, presidente de Planeta, piensa que en dos años solo quedarán dos diarios nacionales. Que hay muchos medios en el centro-derecha. Y apunta a una fusión entre Onda Cero, COPE y ABC Punto Radio.

—Todo buenas noticias en tu gremio.

—Tengo un amigo corresponsal de guerra que no se preocupa por estas cosas. Dice que él ya ha visto el fin del mundo varias veces. Claro, el condenado ha podido disfrutar del periodismo más envolvente, el de la crónica. A otros el monstruo de internet se empeña en no dejarnos volar. Por cierto, te hablaba antes de la entrevista a Jon Lee Anderson. Un blog hizo un resumen de esa charla y la publicó. Y después la tuiteó: «Los periodistas han dejado de hacer preguntas difíciles». Un tipo añadió: «Todos menos Will McAvoy«.

—¿Will McAvoy?

—Sí, es el protagonista de la serie ‘The Newsroom‘. Está de moda entre los periodistas. Los personajes son todos muy inteligentes, mantienen unas conversaciones dignas de un libro de Javier Marías y son capaces de hacer un programa de noticias increíblemente bueno. En definitiva, lo dejé de ver al quinto o sexto capítulo porque no quería que me tomaran más el pelo.

—Vosotros los periodistas os pensáis que sois el enviado de Dios en la Tierra, pensáis que el mundo gira a vuestro alrededor. Cuando un médico cura a alguien no lo tuitea ni espera aplausos de los demás. ¿Has visto alguna vez a algún cartero haciendo saber al mundo entero que ha entregado una misiva? Los dependientes no tienen vuestro ego, ni los taxistas, ni los ingenieros, ni los comerciales… Te veo venir: no me digas que sin periodismo no hay democracia. Otro te diría que sin periodismo no hay manipulación.

—¿Ves? Siempre acabo hablando de lo mismo en el blog.

—¿No pensarás publicar esto? ¿Otro diálogo?

—Si no lo va a leer nadie.

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