Cuatro mujeres, cuatro relatos, una mirada sobre el mundo. Esto es lo que Guadalupe Arbona Abascal, profesora de Literatura y de Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid, nos ofrece en su nuevo libro de cuentos Cuando ellas, publicado en la Editorial Pre-Textos este año. Las historias de estas cuatro mujeres son reales. No porque explícitamente la autora diga que estas historias han sucedido, sino porque es posible que a estas cuatro mujeres las conozcamos ya, o que nos topemos con ellas en cualquier parte. E incluso, podemos encontrarlas en nosotros mismos. Pues, ¿cuántos de nosotros no hemos creído que nuestro valor reside en el fruto de nuestro trabajo? ¿Cuántos de nosotros no hemos pensado que la seriedad y la rigidez nos darán la estabilidad que deseamos para nuestras vidas? ¿Cuántos no hemos asegurado que el éxito llenará el vacío existencial que llevamos por dentro? ¿Cuántos no hemos mirado hacia los lados y nos hemos encontrado con vidas materialmente más simples que las nuestras y, sin embargo, más felices de lo que nosotros hemos sido nunca? Con estas cuatro historias de mujeres, Arbona me ha llevado a preguntarme mientras leía: nuestra felicidad ¿de qué depende? Y la respuesta que se me ha insinuado a través de sus historias es: depende de que dejemos a algo, o a alguien, entrar. En El quiosco verde nos encontramos con una alcaldesa que deja entrar a una que trabaja en un quiosco verde de chucherías. En El espejo seguimos a una enfermera que deja entrar a sus pacientes y a un amigo anciano. En Quebranto nocturno espiamos a una jueza que deja entrar a un caso cerrado hace años. Y en La pianista india vemos a una pianista que deja entrar a una mujer con manos color azufre, a una mujer de ojos azules y a una niña peruana, todas envueltas por el Preludio, Op. 28, No. 15 de Chopin. La audacia que tiene Arbona como escritora es presentarnos historias donde las grietas no son necesariamente una herida, sino la rejilla por la que entra la luz. Las cuatro mujeres, en algún momento, se rompen y son esas grietas las que permiten que algo nuevo entre en sus vidas. Así, Gudalupe Arbona presenta cuatro historias en las cuales la crisis de cada una de estas mujeres no es una amenaza para ninguna de ellas, sino una oportunidad. ¿Una oportunidad de qué?, se preguntarán. Pues de ser, en cada circunstancia, cada vez más ellas mismas. Al cerrar el libro me quedé con esta pregunta clavada en el pecho: ¿se puede vivir así? ¿Podemos vivir creyendo que la crisis es, verdaderamente, una oportunidad? Solo una certeza así evitaría que salgamos corriendo a taponar las grietas de nuestras vidas. Solo una certeza así nos ayudaría a contemplar la luz que entra. Esto no quiere decir que Arbona presente una versión “edulcorada” de la realidad. Quienes hemos seguido su trayectoria literaria –con sus libros publicados en Ediciones Encuentro o en Jot Down Books– vemos que Arbona no teme meterse hasta el fondo del drama de la vida. Sin embargo, lo hace con la ternura de una madre que limpia las lágrimas del rostro de su hijo. No le dice al hijo que deje de llorar, en vez de eso lo acompaña en su llanto. Así, Arbona nos toma de la mano a los lectores y nos introduce en estas historias que, Manuel Borrás, editor de Pre-Textos ha calificado como “luminosas”. Borrás explicaba en el segundo encuentro de editoriales independientes en la Universidad de La Rioja que, a propósito de este libro de relatos y de revisar el catálogo de la editorial después de más de cincuenta años de trabajo, si de algo se había dado cuenta es que todos los libros que habían publicado eran “positivos”. Con esto no quería decir que son todos de finales felices o que no contienen dramas profundos. A lo que se refería era a que, cada libro que se ha publicado en Pre-Textos, no importa del tema que trate, siempre ofrece una mirada positiva y luminosa sobre la vida. Por esto podemos decir que Cuando ellas encaja tan bien en el catálogo de una editorial como Pre-Textos. Porque la mirada de Arbona, que se deja entrever a través de sus historias, es la de una que tiene una certeza férrea sobre la positividad de la realidad. Y eso es mucho decir en el mundo de hoy. O más bien, es necesario decirlo.
Cuando ellas, por Guadalupe Arbona. Pre-Textos.