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Acordeón¿Qué hacer?La acción individual y la educación como instrumentos básicos por la igualdad

La acción individual y la educación como instrumentos básicos por la igualdad

 

Hace nueve días comencé en la ciudad de Barcelona una huelga de hambre en solidaridad con David Reboredo (un ex toxicómano gallego involucrado en trabajo social recientemente encarcelado y a quien el gobierno niega el indulto) y en contra de la arbitraria aplicación de la Ley del Indulto por parte del Gobierno de España. Son muchos los frentes de lucha social abiertos en España desde hace ya unos cuantos años. Tanto el gobierno actual como el anterior, incluso los precedentes desde Felipe González, han ido minando derechos sociales que costaron mucho trabajo conseguir. El libre mercado controlado por la élite financiera mundial impone normas basadas en el beneficio a toda costa. Normas que no logran camuflar la avaricia de sus dirigentes. Tenemos un nítido ejemplo en los dos anteriores presidentes del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato y Straüss Kahn. Hombres para quienes el dinero y el poder político constituyen los únicos objetivos en esta vida. Hace poco los definí en un texto como chatarra social y pienso que es un retrato ajustado y correcto. La desmedida avaricia, prepotencia y ansia de lucro que representan no puede traer nada bueno al común de la ciudadanía de este planeta.

 

La fosa que existe entre los poderosos y los humildes siempre ha sido grande. Ninguna época anterior fue mejor, pero tiendo a pensar que la civilización debe avanzar en la conquista de nuevas cotas de igualdad, que el trabajo de miles y miles de personas en pro de un mundo mejor debería calar en todos nosotros de un modo u otro, que cada grano de arena cuenta. Y continúo pensándolo. Y continuaré haciéndolo. De otro modo, no me habría lanzado a esta huelga de hambre que pienso continuar hasta que David Reboredo recupere la libertad. El problema reside en que la herramienta para avanzar en esa igualdad ha sido quebrada por otra herramienta empeñada en que esa igualdad no avance más. La primera herramienta la forman la educación y la conciencia individual en clave de solidaridad. La segunda herramienta es el poder financiero. En estos momentos, hay poquísimos gobiernos en este planeta que se libren de esa lacra, que no se inclinen ante el oro. No puedo definir de otro modo a esta segunda herramienta. El poder financiero, en estos momentos, es el mayor obstáculo que tenemos para el desarrollo social, económico y cultural del ser humano. Trabajar por domar a ese caballo desbocado es la prioridad de todos y cada uno de los ciudadanos comprometidos con la igualdad entre semejantes, sean estos africanos, europeos, asiáticos, oceánicos o americanos.

 

Amin Maalouf hablaba hace poco de una revolución conservadora. Pienso que se equivoca. La derecha no hace revoluciones, sino involuciones. La derecha siempre actúa en reacción a la revolución. Podemos establecer un debate sobre derechas, izquierdas y otros términos. Será un debate estéril, meramente semántico y conceptual. Algo que no me interesa. Hoy, el debate y la lucha están a pie de calle. Se ha entablado un combate entre la clase financiera y los gobernantes, unas decenas de miles de personas, y el resto, miles de millones de personas. La publicidad hacia el consumo y el confort excesivo son elementos que la clase financiera domina a la perfección. Son caramelos a la puerta de un colegio y no debemos tragarlos como si nada sucediera. Esos caramelos indigestan si uno se pega un atracón. Caramelos envenenados también son la larga lista de accionistas pequeños y grandes que juegan en bolsa especulando sin cesar, haciendo de esta, en sus alocadas subidas y bajadas, el perfil de la dentadura de un tiburón. Por eso, la educación en valores de igualdad, es algo que debemos tener presente siempre. Aprender a respetar, compartir y repartir. Esa educación es la que nos llevará a reforzar la acción individual y solidaria con nuestro prójimo. Sin ella, el poder financiero puede acabar logrando sus objetivos de poder y beneficio totalitarios.

 

 

 

Willy Uribe (Bilbao, 1965) es escritor y fotógrafo. Atiende el blog Tengo sitio libre. En FronteraD ha publicado Sobre ‘Allí donde ETA asesinó’

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