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Mientras tantoLa Crisis de la Imaginación

La Crisis de la Imaginación



CASCA. Cuando
coinciden a una semejantes prodigios, que nadie diga: «Son fenómenos
naturales, y sus causas éstas», porque, a mi juicio, son presagios
siniestros para los países donde se verifican.

CICERÓN. — Es ésta una época bastante
extraña por cierto; pero los hombres pueden interpretar las cosas a su
manera, contrariamente al fin de las cosas mismas.

“Julio César”
(Shakespeare)

 

Tristes
augurios inundan las tribunas de opinión económica y sin duda, las
reuniones del G20 en Canadá. Se debate sobre si ocurrirá o no una caída
en “double dip”, o en forma de W. O de otro modo, sobre si eliminar los
incentivos a la economía puede generar una nueva recesión, como ocurrió
en Japón en los 80. Otros, influidos por el escape de crudo de BT hablan
de colapso energético. Indicadores macro poco atractivos, la brusca
caída de la venta de viviendas en EE.UU. y la política monetaria china
introducen nuevas incertidumbres.

 Pero esto no para ahí. Como en
la Roma de Julio César, abundan los siniestros y apocalípticos
presagios. Por supuesto, los mayas marcan el fin de la civilización en
2012. La NASA, advierte de una peligrosa
lluvia de meteoritos en 2011
. La noche del día 14, en un centro de
religioso de Ohio, una gigantesca estatua de Jesucristo de unos 20
metros de alto fue
alcanzada por un rayo
durante una tormenta, siendo fulminada entre
llamas. Mientras tanto, en Alemania, en una cadena de acontecimientos
que supera todo raciocinio, un joven
lanza su mascota
(¡!) contra una banda de motoristas “Ángeles del
infierno” (¿sacrificio al demonio?) y huye en un bulldozer, lo que
ocasiona un atasco histórico. Días después, un
perturbado ataca
la figura del Cristo del Gran Poder en Sevilla, a
la que arranca un brazo. A todo esto, se avistan OVNIs
en Japón, y Dennis Hopper, protagonista de Apocalypse Now, había
fallecido unas semanas antes…

 

Estas señales inequívocas pueden
estar detrás de una nueva ola de presagios económicos aún más radical.
Algunos ejemplos son el profesor de Cambridge que ya nos prepara para la
supercrisis de
2014 o que en justa revancha desde el diario
Pravda se compare la crisis de BP en el Golfo de México con
Chernobyl, como detonante de la caída de la democracia occidental. El
propio New York Times va más allá y lanza la atrevida reflexión de que quizá
no deberíamos procrear

 

No soy experto en economía
(¿quedan?), pero algo me dice que, al igual que las bestias aturdidas
por los faros quedan inmóviles en la carretera, parece que hemos
decidido quedarnos pasmados tras el shock de la crisis. Tanto estudiar, y
parece que al final las decisiones se están basando en dos metáforas
muy simples e intuitivas: “echar más leña para mantener el calor (y
pagar cuando estemos mejor o preferiblemente nuestros hijos)”
o “ser
austeros como si esto fuera un hogar en horas bajas”
. Las
soluciones, por lo visto, sólo son dos. Incentivar o recortar. La
economía reducida a decidir hacia que lado se gira un grifo.


 
Otra
moda peligrosa es proclamar que la crisis es un “cisne
negro”. Da a entender que la crisis era impredecible, algo así como
un meteorito. Es fenomenal para eximir a los responsables. En economía,
el «cisne negro» ocupa ya el lugar de «tiene un virus» en la medicina
familiar. Lo mejor, parece ser, es no intentar entenderlo y esperar a
que pase reduciendo la actividad.

 

Se olvida que los “cisnes
negros” no tienen por qué ser negativos. Se mascan ya  factores
que podrían tener una gran impacto positivo en nuestra economía y forma
de vida, por ejemplo desde las comunicaciones, la bio o nano
tecnología, la robótica, la gestión de la energía, o (y esto es aún más
difícil de imaginar) desde mundos ajenos a la tecnología. La crisis
pasará, y ni los países ni las empresas estarán en las mismas
posiciones que antes. En estos años se deciden los 20 siguientes. La
crisis, por tanto, es una oportunidad, que no
se aprovechará decidiendo si «más o menos de lo mismo». Hay muchas
actuaciones que nos permitirían salir antes y más fuertes de
la crisis, pero que requieren visión, imaginación, compromiso,
cooperación y esfuerzo.

 

La peor depresión es la interior, no la
de fuera. El primer síntoma de la depresión interior es la apatía, no
querer salir de la cama. La apatía aumenta la depresión de fuera, en un
ciclo vicioso. Si la crisis
ha demostrado que las cosas no son como creíamos,
¿por qué conformarnos con hacer lo mismo que hacíamos? Conviene ser
activo y creativo porque hay poco tiempo, muchas nuevas ideas que probar
y muchas cosas que mejorar. La política económica y la gestión
empresarial no se reducen a discutir hacia que lado se gira un grifo.

«En tiempos de crisis la imaginación es
más efectiva que el intelecto». (Albert Einstein)

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