Hay locos de todo tipo y pelaje. Sabios puteros, salidos mentales y pajeados con las cosas más sorprendentes que te puedas echar a la cara. He aquí el texto que me manda uno de mis más queridos y entrañables amigos, un romántico donde los haya.
Cada vez que llegan los Oscar me acuerdo de ella. Si alguna vez he estado encoñado de verdad ha sido de Marisol. La elfa. Le puse ese mote por la puta brasa que me daba con “El Señor de los Anillos”, su libro favorito, un tostón de mil páginas que me tuve que leer como buen pagafantas. No me preguntéis de qué coño va, porque nunca entendí ese rollo. Naturalmente la acompañé al cine a ver las dichosas pelis basadas en la novela. Ha sido la vez que más tiempo he invertido en una mujer, traicionando mis sagrados principios de quemar las naves justas… y a por otro objetivo. Me volví gilipollas. La elfa tenía el pelo rizado y negro, la piel muy pálida, la cara pecosa y los ojos del color de la miel. Lo demás, en su sitio, aunque solía esconderlo bajo vestidos neohippies. Parecía etérea. Le iba el rollito colega, el sobo calculado, un besito aquí, una manita allá… y las interminables charlas sobre nuestro jodido papel en el universo. La mística de los cojones. Me embrutecía. Mucho. Llegué a obsesionarme de verdad. Concluí que debía follármela o despeñarme, pero no me decidía a abalanzarme sobre ella. No soportaba la idea del rechazo reflejada en esos ojos de ciencia ficción. Así que el 29 de febrero de 2004 le escribí este correo provocador y suicida mientras veía la gala de los Oscar. Sabía que ella también estaría enganchada a la tele, porque la tercera parte de “El Señor de los Anillos” estaba en la pomada. Perdón por los comentarios horteras. Ya he dicho que estaba encoñado.
“Hola, mi querida elfa. Es la una y media de la mañana. Acaban de poner “Hable con ella” en el Plus. Bueno, tiene un pase, pero es inferior a “Todo sobre mi madre”. Estas pelis españolas las veo en la tele, porque tengo vetado el cine patrio desde hace un año, cuando los cómicos hicieron la payasada aquella del “No a la guerra” en los Goya. Entiéndeme: yo también estoy en contra de la guerra y en contra de las mentiras, pero es que de 100 películas que hacen estos tipos, 99 son un coñazo insufrible.
Las dos de la mañana. Charlize Theron en la alfombra roja. Qué mujer. ¿Subimos la temperatura? ¿Quieres? Vaaaaaaaaale. Pero por última vez, ¿eh?, como homenaje a lo que hemos vivido este último año. Me gustaría estar ahí contigo. Tú y yo solos. Tengo un plan. “El Retorno del Rey” tiene 11 nominaciones. Pues bien, mi plan consiste en echarte un polvo por cada Oscar que gane esta noche. ¡Imagínate que gana los once, no sé si podré estar a la altura! Mi previsión es que se lleve entre 7 y 9. ¡De siete a nueve polvos! Espera, que voy a por los condones…
Las dos y media. Esto empieza. Crucemos los dedos. Tengo el Anillo Único en el dedo y una hoja élfica colgando del cuello. Qué buena presentación la de Billy Cristal mezclándose con los personajes de las películas. Sale Catherine Zeta-Jones. Pedazo de mujer también. Voluptuosa. Casi me gusta más que Charlize. Es que me gustan más las morenas. Va a entregar el Oscar al mejor actor secundario. Mi favorito es Tim Robbins, lo he elegido en la porra que hemos hecho en la oficina. ¡Acerté! Atención, elfa. En la categoría de mejor dirección artística compite “El Retorno del Rey” (ERDR). Creo que tiene posibilidades. Abre el sobre Angelina Jolie (que también está buenísima, joder). “And the Oscar goes to…” (ve bajándote las bragas cariño)… ¡¡¡Sííííí!!! Estoy sentado en el sillón y tú, en la mesa, frente a mí, con las piernas abiertas. Tu coño está a la altura de mi cabeza. Te agarro del culo y te atraigo hacia mí. Coloco tus muslos por encima de mis hombros y aplico la lengua en tu coño hirviente. Lametazo va, lametazo viene. Gimes como una perra. Me pongo de pie, me bajo los pantalones y los calzoncillos a toda hostia y te meto la polla hasta la raíz. Te follo salvajemente. Nos corremos comiéndonos las bocas.
Tremendo. Espero recuperarme a tiempo para el próximo. Echo un trago de champán, para celebrar ese primer premio. He comprado tres botellas en el Hipercor para bebérnoslas a lo largo de la noche. “Buscando a Nemo” gana el Oscar a la mejor película de animación ¿La has visto? Es genial. Peligro. Oscar al mejor vestuario Lo entrega la estupenda Renée Zellweger. Ay, Dios, ERDR también es favorita aquí… A ver, a ver… ¡Sííííí! Tendrás que hacerme una mamada, cariño. Y acariciarme los huevos suavemente mientras succionas. Arriba, abajo, arriba, abajo. Muy bien. Ya está dura con brillo. Siéntate encima… así… vuelvo a sentir tu vulva húmeda y ardiente… Me cabalgas. Te arranco la camiseta y el sujetador a lo bestia, te magreo y te lamo los pechos. Tienes los pezones durísimos. Échate para atrás… sí… para que pueda verte bien… Qué cara de viciosa… Me corro… me corro… ¡¡¡me corrooooo!!!
Actriz de reparto. Renée Zellweger es mi favorita. Está realmente bien en “Cold Mountain”, y ya se lo merece después de tres nominaciones. ¡Ganó! Llevo 5 de 5 en la porra. ¿Vamos a por el tercero? Oscar a los mejores efectos visuales. ¡Este cae fijo! Te has ido al cuarto de baño un momento. Casi nos hemos bebido una botella de champán. ¡Que te pierdes la entrega del premio! Vuelves corriendo. ¿Qué ha pasado?, preguntas un segundo antes de que te coja en vilo y te folle contra la pared. Cuando el orgasmo te atrapa separo mi cara de la tuya para ver tu gesto. Tienes los ojos abiertos y húmedos, y una mirada… Ufffff… Qué preciosidad. ¡Atención, que en la categoría de mejor maquillaje también competimos! ¡El maquillaje de los orcos es imbatible! ¡Toma!¡Otro más! Túmbate sobre la mesa y ábrete bien de piernas. Tengo la polla armada. Me tumbo encima de ti, te restriego el glande por la vulva y me suplicas que te penetre. Lo hago suavemente. Este polvo va ser tranquilo, quiero gozarte con calma. Muevo el culo como si estuviera bailando contigo. Te meto la polla despacito, la saco, la vuelvo a meter. Qué carita tienes, mi niña, se te encienden las pecas como pequeñas bombillas. Sí, voy a beber en tu boca… ¿Nos corremos juntos? Aumento el ritmo. Me agarras el culo y me empujas hacia ti. Vamos, vamos, vamos… aaaaaaaah….
Necesito perder un premio para descansar. Voy a abrir otra botella de champán. Estás sudando. Y yo también, como un pollo. Vamos a refrescarnos. Otra nominación. Mejor sonido. ¿Nos animamos a un 69? A ver si ganamos éste también. ¡¡¡Sííííí!!! Ven aquí, elfa, que quiero tener tu coño otra vez al alcance de mi lengua. Seguro que tú quieres sacarle brillo de nuevo a mi polla. ¡Qué noche! Toma, enjuágate la boca con champán. Estoy un poco borracho, hablo ya con la lengua de canto. ¿O es por el efecto de tus fluidos vaginales? Qué loco estoy. ¿Cuántos polvos llevamos? ¡Cinco ya! ¿Crees que resistiré? Realmente necesito un respiro para la recta final, que puede ser apoteósica. A todo esto, llevo 8 de 8 en la porra.
Ojo, que viene otro. Oscar a la mejor banda sonora. La música de ERDR es preciosa. ¡Sííííí! Tu pasión por Tolkien me va a matar. Estás sentada en el sillón, completamente desnuda ya, partiéndote de risa. No te muevas, cariño. Sólo ábrete bien de piernas, que voy. No sé cómo, pero tengo el arma cargada de nuevo. Esta vez te penetro sin contemplaciones, y el sillón se inclina peligrosamente hacia atrás. Con mis embestidas nos movemos como si estuviéramos en una mecedora, pero no nos caemos. He traído conmigo la botella de champán y derramo el líquido en tu boca, en tus pechos, me emborracho en tus labios, en tus pezones. Después de un corto y salvaje mete-saca mete-saca nos corremos aullando como posesos.
Mejor montaje. Competimos. Un trago más. ¡Sííííí! Vamos a hacer un buen “montaje”. Esta vez te sientas sobre mi polla, pero de culo, mirando a la tele. Mi miembro se introduce en tu coño. La sodomización (que percibo que estás deseando) la dejamos para la traca final. Cómo mueves el culito. Cuando llevas un minuto cabalgándome me echo hacia delante y te agarro los pechos. Ya me tiemblan las piernas, y siento que una corriente eléctrica recorre tu cuerpo. Llegamos al clímax mientras en la tele cantan unos pesados una cancioncilla folk.
Siete polvos, siete. Nunca pensé llegar tan lejos. Tengo la polla enrojecida. Pero todo sea por cumplir como un elfo semental. A ver cómo gestiono los próximos compromisos. ¿Tú cómo estás? ¿Qué quieres más? ¡Eres insaciable! Otra categoría. Mejor canción. Hay muchas opciones con “Into the west”. Vamos allá. ¡Otroooo! ¡Marchando un orgasmo! Pero, ¿cómo te lo proporciono? Ven, cariño, recuéstate sobre mí. No, deja mi polla tranquila esta vez. Quiero acariciarte ese clítoris carnoso y palpitante. Muuuy suavemente. Luego te meto el dedo corazón en la vagina, como aquel día en mi coche, cuando no me dejaste seguir. Esta vez tendré paciencia. Mucha paciencia. Córrete, mi elfa, córrete. Así me gusta. Qué carita de ángel. De ángel vicioso.
Con el premio a “La invasiones bárbaras” como mejor película en habla no inglesa llevo 13 de 13 en la porra. El puto presentador gordo de la barba blanca, Jaume se llama, está jodido con el éxito de ERDR. Pues se va a joder más, porque presiento que se va a llevar todos los Oscar para los que está nominada. Seguimos. Mejor guión adaptado. Si ganamos, esta vez me toca a mí. ¡Toma ya! Bien, llegó el momento de la cubana. Mi polla entre tus impresionantes tetas. Mmmmm… Qué grandes y duritas. Me encanta. Me voy a correr. Me voy a correeeeeeer… ¡¡¡Dioooossss!!! Bueno, hagamos balance. ERDR lleva 9 Oscar. Tú y yo, ocho orgasmos cada uno. Y quedan dos Oscar más. Dos polvos más. Mejor director. Gracias, Peter Jackson, por rodar esta trilogía. Bien, ¿qué tal si nos acariciamos y nos besamos tiernamente, y nos reservamos el polvazo final para la mejor película? ¿Sí? OK. Hay que dejar un margen para la ternura. Qué guapa Charlize Theron. Otro Oscar merecidísimo. Al Jaume le ha jodido. Es un rencoroso. Apuremos la última botella de champán y brindemos por el amor, la amistad, el sexo, la esperanza… Por todas las cosas buenas de la vida. Mejor actor. Espero que gane Sean Penn… ¡Toma ya! Otro acierto en la porra. Llegamos al clímax final. Mejor película. El gran momento de la noche. ¿Estás preparada? Apóyate en la mesa y pon el culo en pompa, cariño. Voy a apoyar el glande en tu esfínter y abrirte las nalgas con mis manos. Cuando Spielberg diga “El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey” te meteré la polla hasta lo huevos. Dilo, Stevie, dilo. ¡¡¡Sííííí!!! Te embisto como un león y no paro, no paro, no paro… AAAAAAAH!!!!! Nueve polvos, y 18 de 20 en la porra. Joder, qué cogorza tengo. El sexo y el champán me han derrotado. Cierro los ojos y me quedo dormido entre tus brazos…”.
Le di a «entregar mensaje». No volví a saber nunca más de Marisol, la elfa. Arriesgué y perdí. Eso sí, de vez en cuando me pajeo leyendo el correo que le envié y que comparto con vosotros, mis queridos lectores.
No hay palabras. ¡Qué tío!