Óscar Domínguez, uno de los artistas más relevantes del panorama español del siglo XX, también elevaba su surrealismo a la técnica: El triple trazo. Una originalidad que consistía en dibujar con tinta china dejando espacio en blanco a los bordes, de manera que el objeto quedaba enmarcado. Cuatro años de su trabajo quedan reflejados en una muestra repleta de líneas seguras, color y seguridad, rasgos que no existían en su etapa previa. La iconografía en la exposición es la que le define, desde mujeres y pájaros hasta toros, un elemento heredado de Picasso. Unos toros que ya no son elemento de lucha y confrontación, sino que simplemente están. Destacan también los personajes híbridos y la profundidad en obras como Revólver, en las que el triple trazo permite a las líneas ir más allá del primer plano. La faceta más original del artista canario ya se puede visitar en la Galería Guillermo de Osma, una faceta que invita a descansar, liberarse, y fluir.
Dónde: Galería Guillermo de Osma, Madrid
Cuándo: Hasta el 19 de febrero