
El pasado mes de febrero les hablaba acerca del “Ajedrez Postal” o “Ajedrez por Correspondencia”. Desde luego, es una modalidad menos conocida que el ajedrez “cara a cara”, pero que requiere el máximo esfuerzo y quizás más que el ajedrez convencional, pues dado que los contendientes disponen de tiempo de sobra para meditar cada movimiento, se hace necesario esforzarse al máximo en cada decisión. Se cometería un grave error decidir una jugada basada en un análisis superficial.
Aunque en el presente, con la ayuda de los programas de ajedrez, sea más difícil la creatividad al más puro estilo romántico, si nos remontamos a la época en que no se disponía de semejante tecnología, descubrimos verdaderas reliquias en el ajedrez postal. Los contendientes se pasaban días y días analizando cada posición y fruto de tanto esfuerzo, surgían auténticas maravillas sobre el tablero y, por supuesto, también esta modalidad del juego tiene su “Inmortal”.
No sería justa la diosa Caissa si reservara la inmortalidad exclusivamente a los más dotados. Afortunadamente, mide a todos por igual y permite que hasta el más modesto jugador tenga su día de gloria, tal y como le ocurrió al protagonista de nuestra historia.
Poco les dirá el nombre del sueco Karl Arvid Sundin, que aunque en ajedrez postal alcanzó la categoría de maestro, no pasó de ser un jugador amateur y apenas logró notoriedad. No obstante, sí que llegó a disputar en 1972 el campeonato mundial en esta modalidad, aunque solo alcanzó el décimo puesto entre 17 participantes. Pero los más eruditos o fanáticos de esta modalidad del ajedrez, probablemente le recordarán por una fantástica partida jugada en un torneo entre los años 1964-1965 contra el también sueco y al parecer y en el momento de escribir esto, aún con vida –puede tener 99 o 100 años–, Erik Andersson.
Ya centrándonos en la auténtica protagonista de esta historia que no es otra que la partida, les puedo adelantar que van a disfrutar reproduciéndola. En el planteamiento inicial se producen ciertas imprecisiones por ambos bandos que dejan algunas casillas débiles. También asistiremos a la “pieza que va y viene” y a alguna jugada “misteriosa” que nadie comprende. Lo bueno es que el conjunto de todo ello, y sin que nadie pudiera sospecharlo, estaba formando el escenario para que un inspiradísimo Sundin consiguiera su huequecito en la historia, pues los expertos denominaron a su partida como “La Inmortal del Ajedrez Postal” o del ajedrez por correspondencia –como Vds. prefieran–.
La posición final, en la que el blanco da jaque mate disponiendo únicamente de una torre y un caballo contra ¡dos damas! dos torres y dos caballos, es para enmarcar.
Tomen asiento.
Blancas: Karl Arvid Sundin (1914-1999)
Negras: Erik Andersson (1917-)
Fecha: 1964-65
1.e4 e6 2.d4 d5 [Defensa Francesa]
3.Cc3 Ab4 [Variante Winawer]
4.e5 Dd7 5.Ad2 b6 6.f4 [Uno más de los varios movimientos ensayados en esta conocidísima posición]
6…Ce7 7.Dg4 [Sin embargo, esto es una novedad y jamás ha vuelto a jugarse. La explicación es que, normalmente, la casilla «g4» se deja libre para que un peón blanco expulse a un caballo enemigo que podría acomodarse en «f5»]
7…g6 [¡Haciendo buena la jugada de su rival! Cualquier aficionado sabe que se debe evitar este tipo de jugadas, pues ahora quedan muy debilitadas las casillas negras «f6» y «h6». Simplemente, 7… Cf5 era mucho mejor] (Ver diagrama)
El avance del peón a “g6” deja dos casillas débiles
8.Ab5 c6 9.Ad3 Aa6 [Ahora sí, con buen criterio. Acertada idea la de deshacerse de este alfil que está obstruido por sus propios peones]
10.Axa6 Cxa6 11.De2 [Reconociendo su errónea decisión, el blanco busca otra ubicación para la dama y, de paso, ataca el caballo]
11…Db7 12.Cf3 Tb8 [Extraño movimiento que no creo que haya alguien capaz de explicarlo (salvo quizás el autor). Diversos comentaristas han propuesto 12… Axc3 o 12… 0–0–0]
13.Rf2 [El ajedrez postal tiene su propia «personalidad». El blanco opina que este emplazamiento es el más adecuado para su rey]
13…Axc3 14.bxc3 [No siempre es malo doblar un peón. El ajedrez no es tan sencillo. Este peón refuerza el centro y, de paso, se abre la columna «b» a la torre]
14…c5 15.Db5+ Cc6 16.Tab1 0–0 [¡Temeraria decisión! ¿Por qué? Porque el enroque está muy debilitado en sus casillas negras, y el rey apenas tiene la ayuda de sus súbditos. ¡Enrocarse ahora es como despertar a un león dormido! El no-enroque del blanco es mucho más acertado que el enroque del negro. Ya que el centro está semicerrado, era más prudente ubicar al rey en «e7» o «d7» o, al menos, no enrocarlo tan pronto. ¡Hay que saber encontrar las excepciones para dominar este admirable y complejo juego!]
17.g4 [¡¡Respondiendo inmediatamente a la provocación!! Vean ustedes que, efectivamente, esta casilla era para un peón]
17…Ca5 [Si esta jugada es buena o necesaria algo tiene que ir mal en la posición del negro. Observen los dos caballos que parecen estar «castigados cara a la pared» en un lateral del tablero. Por desgracia, la jugada más lógica 17… Cc7 dificultaría a su propia dama el camino hacia una posible defensa del monarca]
18.f5 [¡La infantería al asalto de la fortaleza real! ¿Pero no hubiera sido mejor llevar la dama hacia al escenario principal?]
18…Cc4 [¡Exacto! ¡En el momento oportuno! Una jugada multipropósito que trata de dar sentido al rol asignado a los caballos. Por un lado se amenaza un «doble» a la dama y la torre (19… Ca3), por otro, ataca el alfil y, finalmente, obstruye el acceso de la dama rival hacia el flanco de rey, dejándola con poco movimiento y en situación algo incómoda] (Ver diagrama)
El caballo en “c4” amenaza 19… Ca3
19.f6
Tiende una trampa en la que no cae el rival
[También una jugada multipropósito aunque de muy difícil decisión: por un lado, se crea una perdurable y latente amenaza de mate en la casilla «g7», pero a costa de renunciar de momento a abrir la posición. Por otro lado, tiende una astuta trampa, pues si ahora 19… Ca3 con doble a la dama y la torre, sigue 20.De2 Cxb1 21.De3 Cxd2 22.Dh6 con mate imparable. ¡Esto se anima!]
19…Cc7 [¡Bien hecho! Andersson ve la trampa descrita y no cae en ella. A cambio hostiga a la dama aprovechando que no puede trasladarse al flanco de rey]
20.Db3 Dc6 [Mientras la dama rival se encuentra medio asfixiada, Andersson proporciona espacio a la suya, pero teniendo en cuenta la debilidad de las casillas negras, quizás era el momento oportuno de eliminar el alfil enemigo con 20… Cxd2]
21.Ah6 [¡Eso es! Ahora no se aprecia peligro inmediato, pero el detalle es que el alfil impide la huida del rey y lo peor de todo para el negro es que no hay forma de echarlo de ahí]
21…Tfc8 [Andersson intenta la única opción que le queda: una reacción en el flanco de dama. ¡Vean que ha dispuesto cuatro piezas y un peón en la columna «c»!]
(Ver diagrama)
Alfil muy molesto y overbooking en la columna “c”
22.h4
[¿Se puede? Otro infante se apunta a la fiesta. ¿Quizás huelen ya la merienda?]
22…a5 [¡Cuidado!, hasta en las posiciones más tranquilas o ventajosas, hay que estar con mil ojos! La amenaza es ni más ni menos que 23… a4 ¡atrapando la dama! ¿Qué jugará el blanco? ¿Qué jugaría usted? ] (Ver diagrama)
La dama blanca puede pasarlo mal. Los cuadros rojos son del enemigo
23.h5
[¡¡Ni caso!! Si Andersson quiere la dama, ¡pues que le aproveche! El infante blanco quiere merendar y su reina no le va a dejar con las ganas, pero ¿alguien sabe qué pasa aquí?]
23…a4 [¡La barbacoa está servida! Dama pal’ bote ¿O no?]
24.hxg6 [¡Vaya, vaya, vaya! Si el negro se merienda la dama, el blanco hará lo propio ¡pero con el rey! Veamos:]
24…fxg6 [Única. Si 24… hxg6 28.Ag7 y mate]
[Si 24…axb3 25.gxh7+ Rxh7 26.Ag7+ Rg6 27.Th6# Jaque mate; si 24…Ce8 25.Ag7 Cxg7 26.Txh7 Ce8 27.Tbh1 y el mate es inevitable; y si 24…hxg6 25.Ag7 seguido de 26.Th8 jaque mate]
[Pero lo cierto es que la amenaza de mate ha desaparecido y la dama blanca sigue atrapada. Entonces ¿ahora qué?]
25.Cg5 [¡No importa! Lo tengo todo previsto y la fiesta continuará sin mi fiel reina, afirma Sundin haciendo alarde de una portentosa capacidad de cálculo] (Ver diagrama)
Un caballo se une a la fiesta. ¡Las debilitadas casillas negras!
25…axb3 (el error)
Cayendo en la trampa con glotonería mortal
[Tal es la profundidad de la variante calculada por el blanco, que Andersson no acierta a verla y, además, la tentación de capturar la pieza más poderosa es muy fuerte. Según los módulos, 25… De8 era la mejor]
26.f7+ [Ya sin dama, pero el humilde peoncito conseguirá su ansiada y merecida merienda]
26…Rh8 27.Cxh7 [La verdad es que resulta tragicómico ver a las cinco piezas del bando negro en la columna «c», mientras su rey lucha contra peón, caballo, alfil y torre enemigas]
27…bxc2 [Al menos, este peón está merendando bien. Ya ha comido una dama, un peón y hora amenaza una torre y parecería que ha llegado el momento de retirarla, pero ya no hay quien pare a un inspiradísimo Sundin]
28.Cf6 [Con total precisión ¡directo al mate!]
28…cxb1D [El peón glotón elimina una torre y ataca la otra. Morir matando (o merendando)]
29.f8D+ [¡Tres damas en el tablero! La merienda era mágica y el peón se reencarna en su fallecida jefa. El negro abandona, pues si 29… Txf8, sigue 30.Ag7 (jaque doble) 30… Rxg7 31.Th7 jaque mate]
Posición final:
Espectacular jaque mate, aunque con buen criterio,
el bando negro abandonó dos jugadas antes
Luis Pérez Agustí