Escribe Andrés Aragón en madrilanea, la revista de los alumnos del Máster de periodismo de ABC/UCM, sobre la exposición de Lewis Hine en la Fundación Mapfre: “Existió una vez una isla de esperanzas bañada en un mar de lágrimas. Durante más de medio siglo, los inmigrantes que quisieran entrar de forma legal en Estados Unidos debían pasar por la isla de Ellis. Miles de ilusiones aguardaban cada día la decisión de las autoridades. Allí llegaron muchos de los que ayudaron a construir el imperio y allí, al sur de Manhattan, nació la carrera de Lewis Hine, uno de los primeros fotógrafos –precursor de otros como Walker Evans– que utilizó su obra con fines sociales. Pobres, perseguidos, repudiados. Millones de ciudadanos de Europa del Este o Centroeuropa se hacinaban a las puertas de la tierra de las oportunidades. Como testigo, la cámara de Hine. Y lo que comenzó siendo un pequeño trabajo para la Ethical Culture School se convirtió en su forma de vida: poner cara a la sociedad sin rostro. Nadie más indefenso en esa sociedad que los niños trabajadores. Recién abrazada su nueva vocación, Lewis Hine comenzó a colaborar con el Comité Nacional de Trabajo Infantil para denunciar esta práctica. ‘Éstos no son esos niños que viajan por todo el país encima de un escenario o con un circo. Aquéllos tienen la protección de sociedades y leyes de trabajo infantil crueles para protegerles. Éstos son niños que podemos ver a lo largo de todo el Estado’. Debido a la naturaleza de su trabajo, a veces Hine no tenía permiso para entrar en las fábricas, ni mucho menos tomar fotos. Entraban en juego sus dotes de docente y actor. Un día cualquiera aparecía un inspector o un fotógrafo industrial vestido de traje. Con la excusa de tener un baremo con el que medir el tamaño de las máquinas, pedía que un niño se colocara al lado para servir de referencia”.
Cuándo: Hasta el 29 de abril
Dónde:
Fundación Mapfre, Madrid