Las arcas se abrían y cerraban repletas de incontables riquezas y confites, después de agostada la plenitud de los campos, que sólo dura unos días. Los rastreadores y el ganado mayor se detenían al amparo de un árbol legendario, cuya savia vigorosa corre tronco arriba en el páramo ardiente. Los polluelos jaleaban al toro bravo desde la prudente lejanía, en las adoradas charcas donde deshojaban lechugas frescas, olvidaban las lecciones y escupían el jarabe, ahora que la mano de Dios por fin se había perdido y la gallina Mariana no lograba velar por todos.
La sembradera, los juegos frutales y las quincenas de holganza embrollaban la máquina y la culpa de los ingenieros, que lloraban el tiempo malgastado en comentarios proferidos inútilmente, sin que los coros y danzas interrumpieran sus incansables festejos: Felizmente celebraban las bendiciones del sembrado con paseíllos acalorados entre los juncos de la orilla, que llegaban graves al frescor de la noche ya crecida, donde casi se albergaba el aleteo inmenso del pájaro cabra.
Hola sabia: Legendario este
Hola sabia: Legendario este árbol cuya savia corre solamente hacia arriba, ¿será Yggdrasil el fresno de la mitología nórdica?
Magnífico, perfecto este texto ¿puedes aunar la Biología con las Lenguas muertas? como diría Ignatius J. Reilly en La conjura de los necios: la teología y la geometría.
No sé si ya leyó el «presente
No sé si ya leyó el «presente griego» que le ha dedicado un compañero de tareas en el equipo de fronterad. Puede verlo en la bitácora de Ricardo Bada el domingo pasado.
«Un texto primoroso de la benjamina en su blog de Fronterad. En la primera lectura me irritó un poco la reiteración de pretéritos imperfectos (“abrían cerraban detenían jaleaban deshojaban olvidaban escupían lograba embrollaban lloraban celebraban llegaban albergaba”), pero luego, en dos o tres lecturas siguientes, me empezaron a sonar como un émbulo empujando al texto, como notas de Bach en una de sus variaciones Goldberg. Sofía conoce el secreto de la música.»
Su compañero tiene el cinismo de incluir el blog de usted en el enlace. Me tiene que creer bajo palabra, pero pocas veces he sentido una miel tan envenenada, ojalá me equivoque.
Buenas D. Laureano: no sé si
Buenas D. Laureano: no sé si ha leído usted el comentario del señor Bada en la entrada de 11 de Junio de este blog. ¿le gusta Platero y yo?
Por lo demás: «we see through a glass, darkly…»
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