Conocido por su capacidad para alterar situaciones, el artista canadiense Jeremy Shaw, nacido en 1977, presenta una instalación visual en tres pantallas a partir del público que acudió a un concierto en Vancuver. Shaw utiliza elementos procedentes del arte conceptual, el documentalismo, los vídeos musicales y la investigación científica para acercarse a asuntos como el uso de las drogas y las visiones mentales, el mundo de la violencia juvenil y los viajes en el tiempo. “Best minds” se fija en los aspectos más afilados de un movimiento punk surgido a comienzos de los ochenta y que rechaza la
parafernalia nihilista con sus corolarios de adicción a las drogas, el consumo de alcohol y la promiscuidad sexual. En MoMA PS1. New York.