Misión del coordinador residente y humanitario de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild en Buenaventura, un sector desfavorecido donde la pobreza y la violencia de las bandas criminales afecta a la población civil. Foto ONU/Federico Rios.
Miles de niños, niñas y adolescentes han sido reclutados por los grupos armados en Colombia, aunque es difícil dar una cifra precisa del fenómeno por su misma naturaleza clandestina.
Estas son estimaciones en base a testimonios de quienes escaparon de esas guerrillas, dijo el coordinador residente y humanitario de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild, en una entrevista con Radio ONU.
El alto funcionario enfatizó que esos niños tienen que ser tratados como víctimas y que el Estado debe protegerlos de la estigmatización, la discriminación y los sentimientos de represalia que pudieran surgir en un futuro proceso de reintegración a la sociedad.
Hablamos del tema en el contexto del reciente compromiso asumido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de detener el reclutamiento de menores de 18 años.
Duración: 4’05»
Producción: Rocío Franco
Fabrizio Hochschild, coordinador residente y humanitario de la ONU en Colombia: “Muchos de esos niños y adolescentes viven en pobreza, viven en extrema pobreza. Viven con muy poco acceso a servicios del Estado ni tienen acceso al colegio muchas veces. Entonces muchos de ellos van a la guerrilla o a otros grupos armados porque ven ahí un futuro, ven ahí seguridad, ven ahí algún tipo de ingreso”.
Misión del coordinador residente y humanitario de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild en Buenaventura, un sector desfavorecido donde la pobreza y la violencia de las bandas criminales afecta a la población civil. Foto ONU/Federico Rios.
Esos niños son vulnerables a numerosos abusos que incluyen violaciones sexuales, además del fuerte trauma psicológico que experimentan por las duras condiciones a las que son sometidos, dijo el representante:
“En el caso de los grupos criminales, muchos de estos niños están muy maltratados. Hay casos de violaciones contra las niñas y adolescentes se les entrena, se les enseña a hacer cosas horribles. En Buenaventura, una ciudad en la costa pacífica de Colombia nos contaron en mi última visita allá que las bandas criminales entrenan a los niños a descuartizar animales para que se endurezcan y no tengan miedo ni disgusto para hacer cosas atroces con enemigos, con seres humanos”.