
«Participar en el estreno absoluto de Enemigo del pueblo en Les Arts es un regalo»
El baritenor Moisés Marín es noticia porque va a participar en el estreno absoluto de Enemigo del pueblo. Ópera basada en la obra de teatro de Henrik Ibsen del mismo título con la que el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia (a partir de ahora Les Arts) va a celebrar sus veinte años de apertura. Y que, seguro que será el acontecimiento cultural de noviembre, porque Francisco Coll, reciente Premio Nacional de Música 2025, ha compuesto la partitura y la va a dirigir musicalmente. Y porque su director de escena es Àlex Rigola.
Antonio Hernández (AH) – ¿Cuál es su papel en Enemigo del pueblo?
Mosiés Marín (MM) – Soy el alcalde y hermano del doctor Stockman. Un personaje con una visión movida por el beneficio económico, frente a su hermano que le mueve la salud.
[Enemigo del pueblo plantea el conflicto entre la ciencia y la política. El Dr. Stockman descubre que las aguas del balneario que atrae turismo y dinero a la ciudad están contaminadas y pueden provocar enfermedades graves a sus usuarios. Su propuesta es cerrarlo y arreglarlo. Medidas que rechazan tanto los políticos como el pueblo, movido por aquellos, por el impacto económico negativo que tendrá en la región, perdida de puestos de trabajo incluidos]
AH – ¿Qué le han pedido tanto el director musical como el de escena?
MM – Àlex Rigola [el director de escena] ha reducido el elenco a solo cinco personajes. En su adaptación ha querido evitar esa idea de que existen buenos y malos. Así que me ha pedido que evite interpretar a un malo de película.
Mientras que Francisco Coll [el director musical] me ha pedido que use la versatilidad vocal y musical en la que yo me muevo como baritenor ya que en su partitura mi personaje está escrito teniendo en cuenta saltos de más de dos octavas.
Entre ambos quieren que exprese el conflicto del personaje entre el amor que siente por su hermano y el que tiene por el pueblo. Un rol muy dramático que no es ni completamente malo ni completamente bueno. Que tiene que desdibujar la frontera que existe entre ambos. Un reto enorme para quien lo tiene que interpretar.
AH – ¿Por qué es un reto?
MM – Porque como cantante debes tener una tesitura muy amplia. Es decir, debes poder usar y cambiar de registro de barítono a tenor. El primero tiene una voz media grave y el segundo más aguda. De hecho, casi al final de la obra, en un momento de locura de mi personaje, tengo que hacer un fa sobreagudo, algo bastante inusual para un tenor.

AH – Hemos hablado de lo que lo que le han pedido ellos, pero ¿qué cree que puede aportar usted?
MM – Por un lado, la vocalidad atípica que tengo, que me permite hacer este salto técnico que pide la partitura. Pasando de momentos líricos a otros en los que hay que dejar trotar a los caballos. Por otro, mi forma de interpretar. Siempre intento meterme en la piel del personaje.
Gracias a lo anterior puedo encarnar las exigencias de este papel tal y como ha sido escrito. Pasar de cero a cien. De un momento de ira a contenerme. Seguramente como hacen los políticos actualmente. Que se muestran en público calmados y que de puertas para dentro se enfurecen con su gabinete.
«La vocalidad tan amplia que tengo me permite el salto técnico que pide la partitura»
AH – ¿Qué significa para usted participar en el estreno absoluto de una ópera?
MM – Me siento realmente afortunado porque en la historia musical va a quedar mi nombre como el primero que cantó este papel. Y encima en una ópera de Francisco Coll, Premio Nacional de Música, que además es uno de los compositores que más se escuchan ahora mismo en todo el mundo.
AH – ¿Y qué significa para usted estrenarlo en Les Arts?
MM – Soy granadino, pero me nacieron los dientes artísticamente en el Centre de Perfeccionament de Les Arts. Durante los dos años que estuve estudiando aquí, tuve la fortuna de participar en todas las producciones que se hicieron en este teatro de ópera y creé vínculos personales con la ciudad. Y luego me han invitado a cantar en este teatro con regularidad.
Así que aquí me siento como en casa. Y, encima, en mi casa voy a participar en un estreno absoluto en el que me van a dirigir dos artistas reconocidos y apreciados. Es un regalo. Es como si le hubiera escrito la carta los Reyes Magos y me hubieran traído lo que había pedido.
AH – Hay un público de ópera que es reticente a la ópera contemporánea ¿qué les diría para que superasen esa reticencia y acudieran a ver Enemigo del pueblo?
MM – Desde el primer momento al equipo nos produjo un efecto guau. Así que creo que es una obra que les va a sorprender muchísimo, como nos ha sorprendido a nosotros.
Es un drama con una puesta en escena muy cinematográfica. Al estilo de Hitchcock. Incluso dura como una película, una hora y cuarenta minutos aproximadamente.
Desde luego, lo tiene todo. Su tema es muy actual y a la vez atemporal. El conflicto entre la moralidad y el pragmatismo. Y la música tiene momentos de una belleza extrema. Es una ópera que les va a dejar pegados a la butaca y que va a dar mucho que hablar. Sinceramente, pienso que se a convertir en un clásico, de repertorio.

AH – ¿Cómo ve su futuro profesional?
MM – Me están llegando muchas propuestas para cantar obras de Britten, Smetana, o Wagner. Tengo muy buen feedback de como suena mi voz en distintos idiomas, sobre todo en roles wagnerianos. Lo que espero me posicione en la escena internacional.
Pero si hablamos del futuro más inmediato, para el público español que quiera escucharme en nuestro país, estaré con Enemigo del pueblo en el Teatro Real de Madrid, con Lucrecia Borgia en el Teatro de la Maestranza de Sevilla y con Las bodas de Fígaro en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Y tengo muchas otras propuestas, como por ejemplo para cantar en Granada, algunas más avanzadas y otras en proyecto. No sé si voy a poder atenderlas a todas.
«Disfruto cantando un abanico muy amplio de personajes»
AH – Está en un momento muy dulce profesionalmente con mucha proyección nacional e internacional y muchos proyectos ¿qué cree que le ha llevado a este momento?
MM – Creo que mi versatilidad con los idiomas. Y la capacidad de aceptar papeles muy variados. Desde Pirro en Ermione a Pollione de Norma pasando por personajes wagnerianos. Incluso, en breve voy a debutar en checo. Disfruto aceptando esos retos y cantando un abanico tan amplio de personajes. Y creo que sin haber cantado todos esos personajes, o en Mitrídates, Rey de Ponto, no podría estar en Enemigo del Pueblo.





