Música de hoy

0
292

 

Me
veo el viernes pasado a comer en Bruselas con un amigo al que no veo
hace unos meses y lo primero que hace, antes incluso de saludar, es
esgrimirme una entrevista
con Gerard Mortier en Scherzo donde el belga opina sobre muchas
cosas largo, tendido y en profundidad gracias a dos entrevistadores
que hacen su oficio de verdad y con conocimiento de causa, o sea al
revés que la inmensa mayoría de sus colegas en los medios
españoles, que hablan de oído y por aproximación.

 

Mortier
se defiende bien cuando los entrevistadores lo acusan de programar
poca ópera española en el Real: ¿por qué habría de hacerlo yo si
no lo han hecho hasta hora los propios españoles ni se la ha
programado tampoco en los circuitos internacionales relevantes?:

 

Ha
hablado de la ópera conectada con España, con tema español, pero
de ópera de compositores no españoles. Aquí, como usted sabrá,
hay un enorme patrimonio de ópera española.

Italiana.

No
una ópera como fenómeno artístico al modo de la ópera italiana,
alemana, francesa o rusa, pero…

No
existe una tradición de ópera española. La zarzuela es la
verdadera tradición y me encanta.

Pero
en España se ha escrito muchísima ópera, hay muchos compositores
españoles que han escrito óperas estimables y muchas partituras
dignas de revisión.

Eso
es falso. Del mismo modo que hay muchas óperas francesas que no
valen nada.

Una
cierta recuperación ayudaría a darle una personalidad española al
teatro.

¿Y
por qué no se han hecho esas óperas en los últimos diez años si
son tan importantes?

Se
han recuperado algunas. Carnicer, Arrieta, en versión de concierto…
Tampoco es una razón de peso que no se hayan hecho en estos años. Y
hacerlas contribuiría a reforzar su idea de dar un
carácter
hispánico al Real.

Si
una ópera de las que me hablan se hubiera dado fuera de España me
interesaría. Pero alguna razón habrá para que sólo se hayan hecho
aquí. En París no hemos hecho Auber o Boieldieu o
Les
mousquetaires au couvent
.
Y el único Massenet que he hecho es
Werther.
Si me dan una buena ópera, estupendo. Pero no va a venir alguien
porque sea español. Por ejemplo: Martín y Soler está bien para una
vez. Siempre se dice que es el contemporáneo de Mozart pero nunca al
revés.

Pero
esa comparación es injusta. En fin, que en España se valoraría que
usted tuviera algún interés en redescubrir alguna ópera —y las
hay buenas— del patrimonio español de finales del XVIII a
principios del XX.

Repito:
en los años en los que lleva funcionando el nuevo Teatro Real no se
ha presentado ninguna de esas óperas fantásticas…

La
universidad está trabajando en recuperar partituras de óperas
españolas, sobre todo del XIX, que ofrece a los teatros en ediciones
críticas, hechas por gente de prestigio, compositores, etc. Hay una
tendencia a creer que hay muy buena música española desconocida. Y
a usted le van a plantear que estrene alguna de estas obras…

Vamos
a ver. Si voy a programar la partitura de Mercadante es porque la
conozco, porque la he escuchado. Es un compositor italiano, de
acuerdo. Siempre me dicen que hay mucho desconocido muy bueno.
Necesito escucharlo antes. No entiendo que se me pregunte por qué no
programo música que nadie conoce.

Cristóbal
Colón
de
Carnicer no ha de ser peor que la obra de Mercadante de que nos
hablaba, ni
Elena
y Constantino

de Arrieta es peor que el joven Donizetti.

No
me interesan. Pasa lo mismo con Manuel García. Una obra en versión
de concierto y ya es suficiente. Miren, no se puede hacer todo.
Siempre Verdi, siempre un
Lohengrin,
siempre un Mozart… Mi trabajo de selección es muy difícil. ¿Por
qué no
Pescadores
de perlas
, por qué
no lo uno, por qué no lo otro? Haremos
Hugonotes
en versión de concierto, haremos
Los
troyanos
en
versión de concierto… Si hay buenas cosas de españoles me lo
envían y lo estudiamos… Es un poco raro, insisto, pensar en que
sea una pena que esas partituras se hayan perdido. Seguro que hay
razones para ello. La buena música no se pierde siempre. No hay
sinfonías de Beethoven olvidadas. Se conservan treinta y siete
tragedias griegas y seguro que están las mejores, por mucho que
hayamos perdido muchas. Una gran partitura olvidada es una excepción,
no la regla. (…)

¿No
le da miedo de que le acusen de que no le interesa recuperar la
música española?

¿Es
una crítica?

No
es una crítica sino una simple pregunta. Usted quiere aportar al
teatro su personalidad, lo que es muy legítimo.

Si
viene la universidad con una partitura grandiosa estaré muy contento
de hacerla en el teatro. Repito, no hay ninguna gran partitura
olvidada.

 

Algo
antes, sin embargo, asegura que ha comisionado a Mauricio Sotelo una
nueva ópera sobre El público de Garcia Lorca:

 

También
trabajo con compositores españoles y sobre escritores españoles.
Haremos con Osvaldo Golijov (…) una obra sobre García Lorca. Y
Yerma
de Villa-Lobos en versión de concierto. Hace unos días hemos
decidido hacer con Mauricio Sotelo una nueva ópera sobre
El
público
de García
Lorca. Estoy leyendo ahora el libro de Martínez Nadal y
El
público
me parece
la obra más misteriosa y más difícil de Lorca, una obra que pide
música. En
El
público
, además,
trabajaremos con el cantaor Arcángel, el guitarrista Cañizares y el
bailaor Israel Galván.

Así
que yo me volvía de Bruselas pensando en qué maravilla puede ser
eso, mi compositor y mi artista escénico españoles preferidos,
Sotelo y Galván, con esa voz maravillosa de Arcángel además,
cantando y bailando a Lorca y sabiendo, esas cosas de la vida, que
apenas un día más tarde, ya de nuevo en Madrid, tal vez como
adelanto o premonición, me los había de encontrar a casi todos en
el Auditorio Nacional.

 

Desde
que volví a España hace dos años no he perdido ocasión de asistir
a la obras de Mauricio Sotelo, ya sean estrenos, en el Reina, en el
Auditorio, ya una reposición estupenda como esta en el XV
aniversario de
musicadhoy
el sábado pasado en el Auditorio  con la Orquesta Nacional
y Arcángel y la soprano Milagros Poblador cantando
Arde
el alba
,
su composición sobre textos, esta vez, de otro de mis poetas
admirados, José Ángel Valente.

 

Tiene
razón Mortier: al público español le interesa poco nuestra música
contemporánea. Es poca la gente que va a los conciertos de
musicadhoy y a las operas de operadhoy y por eso es
mucho mayor aún el mérito quijotesco de Xavier Güell que lleva
quince años organizándolas y trayéndonos a Madrid cosas
maravillosas. Yo recuerdo algunas memorables, los conciertos de
Morton Feldman, Stimmung de Stockhausen, una maravillosa y
conmovedora opera de Scelsi, Luci mie traditrici, una tarde en
el Teatro de la Zarzuela…

 

Y
por eso, aunque iba a escribir sobre Mortier y a medio camino me di
cuenta de que iba a acabar hablando de Mauricio Sotelo, es sin
embargo a Xavier Güell y a sus maravillosas musicadhoy y
operadhoy a quienes quiero dar las gracias y rendir homenaje y
de lo que quiero contarles a ustedes, la mayoría de los cuales
seguro que ni sabe que eso existe ni se ha enterado de que en Madrid
durante todo el año hay buenos conciertos de música
contemporánea donde casi todos los que vamos nos conocemos ya de
vista.

José Antonio de Ory es escritor, entre otros oficios que lo han llevado a vivir de un lado a otro del mundo: Colombia (en tres ocasiones), la India y Nueva York. Ahora en Madrid, continúa escribiendo cuando le da el tiempo sobre cultura y otras cosas de la vida en este blog, donde se permite contar, y opinar, cómo ve las cosas. Es autor de Ángeles Clandestinos. Una memoria oral del poeta Raúl Gómez Jattin (Ed. Norma, Bogotá, 2004).