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Mientras tantoOliver Twist

Oliver Twist


Están de moda tanto Dickens como Messi. Buena señal. Para el fútbol y para la literatura. De vez en cuando un rayito del pasado alumbra el presente y así me pasó hace unos días en el que el diario As publicaba una entrevista con Terry Venables. Terry fue el preparador inglés de aquel Barcelona que perdió la final de la Copa de Europa en Sevilla contra el Steaua de Bucarest en 1986. Antes de finalizar el partido Schuster cogió un taxi y nunca más volvió. Duckadam detuvo todos los penalties que le tiraron los blaugranas. Un día negro en la historia del club. Pero Terry era distinto y sigue siendo distinto a pesar de casi nadie ya se acuerda él. En dicha entrevista he oído la mejor comparación de Messi hasta la fecha (y las hay por arrobas), sí, Oliver Twist, el díscolo personaje que Sir Charles, según Terry, le puede robar la cartera a cualquier viajero que aterrice por Victoria Station y compartir el botín con su camarilla de socios. Genial. Messi y Oliver Twist unidos por el barro, la astucia, la habilidad, el desamparo… A pesar de que al argentino no le fue bien nunca en territorio inglés (y quizás Oliver está detrás de tanto infortunio) ayer domingo volvió a demostrar que sigue siendo ese personaje del fútbol que puede abrir murallas y alumbrar fantasías. Con él en un terreno de juego los aficionados estamos seguros que nunca nos fallará la buena literatura. Salud a Lio, a Terry y, por supuesto a Oliver.  

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