Debido al gran éxito del resumen del año 2017 (del cual por cierto, aún falta una última entrega, las conclusiones), hemos decidido hacer un resumen mes a mes. Por tanto, a primeros de mes os podréis encontrar la crónica del mes anterior…
Venga, ahora en serio: no sabemos realmente si el resumen del año 2017 ha tenido éxito, pero sí que nos ha gustado hacerlo y por eso hemos decidido resumir mes a mes… Y aquí va el análisis del primer mes de 2018…
Programa de mano de El encuentro
Enero de 2018 ha empezado cargado de grandes montajes en salas pequeñas, mientras que en los grandes templos públicos se derrochaba el dinero a espuertas. Entre estos cucos montajes pequeños hemos visto, por ejemplo, la meteatral El encuentro, en El Umbral de Primavera, que habla precisamente del posible encuentro entre Montse Simón (directora, autora y actriz del montaje) y el poeta Marcos Ana; el resto de actores son Miguel Valentín y Carlos Ventura. Otro de los grandes montajes pequeños ha sido algo que deberíamos haber visto hace años, Los caminos de Federico, que ahora está en La Puerta Estrecha… Allí pasamos una agradable mañana de domingo con Flor Saraví, quien desgrana todos esos poemas y escenas de Lorca que nos han hecho tragarnos en el instituto y que aquí toman otra dimensión mucho más agradable y apetecible, desde el primer momento en que entramos en la sala y ella los recibe sentada en su mesa con los pies dentro de un cajón, como naciendo de la mesa, y con una enigmática y amable sonrisa. El tercer montaje pequeño que se sale de su minúscula sala es uno que hemos repetido, Kohlhaas (esta vez en los Teatros Luchana), un cuento narrado por un magnífico actor, Riccardo Rigamonti, que nos invita a acompañarle en su viaje por los caminos alemanes de hace siglos a caballo o a pie, pero sin levantarse de su silla.
Riccardo Rigamonti en Kohlhaas
En Nave 73 hemos visto Lo(r)ca, un interesante recorrido por las obras teatrales de este autor a quien hemos entrevistado hace poco por estar tan de moda, con los personajes femeninos de sus textos transmutados en masculinos (no como en Esto no es la casa de Bernarda Alba, que seguía en cartel en enero, y que los personajes de mujeres eran interpretados por hombres excepto uno…) e interpretados por Juan Caballero, Jorge Gonzalo, Javier Prieto y Raúl Pulido. En el Teatro Lara, con La historia del zoo, hemos asistido al encuentro del tranquilo Peter (Javier Ruiz de Alegría), quien apaciblemente lee un libro en el banco de un parque, y Jerry (Carlos Martínez-Abarca), que llega a alterar su paz dominical para contarle sus cuitas; ver este resultón montaje con un fenomenal par de actores, y dirigido por José Carlos Plaza, es como trasladarse a los años 60, en que William Layton, recién llegado a España, montaba por primera vez el texto.
En la buhardilla del Valle Inclán, es decir, en la sala Francisco Nieva, se ha estrenado un muy bien vestido texto de una autora española, Nieves Rodríguez, Rodríguez, La tumba de María Zambrano, mientras que en la sala grande del mismo teatro ha seguido dando guerra el gran espectáculo de masas que es La autora de las meninas. Por cierto, que nos ha dado por pensar en los temas de derechos de autor, y hemos llegado a la conclusión de que el que haya escrito esta última obra, con lo que ingrese por las 40 funciones que ha hecho en el Valle Inclán, sumado a lo que le cobre como autor por toda la gira de otras 50 representaciones desde septiembre a diciembre de 2017, puede pegarse unas buenas vacaciones de 15 años en el Caribe. Y hemos llegado también a la conclusión de que compensa ser autor español y que te estrenen en la sala grande del Valle Inclán, sobre todo con una famosa como la Machi de prota, que te asegure un lleno absoluto…
Sin salir del CDN, en el sótano del María Guerrero se ha estrenado otro texto menos afortunado de otra autora española, Blanca Baltés: Beatriz Galindo en Estocolmo. Realmente no llego a entender qué favor le está haciendo este montaje a la situación de la mujer; pero lo que sí se demuestra con él es que tenemos actrices dispuestas a enfrentarse a todo y salir victoriosas: Ana Cerdeiriña, Carmen Gutiérrez, Eva Higueras, Chupi Llorente y Gloria Vega. Y en la sala grande del María Guerrero se ha estrenado la nueva producción anual de Flotats, Voltaire/Rousseau. La disputa, con la que nos reímos bastante.
Pere Ponce como Rousseau y Josep Maria Flotats como Voltaire
Y si seguimos con los teatros públicos, llega el turno a la nueva producción del Teatro Español, a la que han llamado El ángel exterminador, porque dicen haberla basado en la película de Buñuel, aunque dure media hora más que la película, aunque aburra bastante más que la misma, y aunque no aporte nada al panorama teatral español, más bien al contrario… Si yo fuera un teatrero extranjero de paso por Madrid, y quisiera ver lo que se hace en los teatros públicos con dinero público y entrara a ver esta función (claro, eso si no tengo ningún amigo en Madrid que me diga que estoy loco y que no se me ocurra), tal vez saldría corriendo de España a los quince minutos de espectáculo. Queridos teatreros extranjeros, queremos pediros que no juzguéis nuestro teatro por este montaje. Pero, a pesar del montaje, creemos que la versión de Fernando Sansegundo es interesante (aunque desafortunadamente no se oye ni la mitad del texto). Está interpretada esta función por 20 buenos actores que no tienen culpa de nada, y que viven la mayor parte de ellos encerrados literalmente y hasta el 25 de febrero, en una gigante caja de cristal (o de un material similar) dentro del escenario, desde la que hablan sin que les escuchemos, pues el sonido rebota y los micrófonos no ayudan a que entendamos lo que hablan allí dentro. Queridos actores de El ángel exterminador, desde este gallinero os queremos decir que todo esto no es culpa vuestra, y queremos también daros nuestras mejores palabras de ánimo… ya queda menos. En cuanto a la directora de todo esto, Blanca Portillo, de quien dicen las malas lenguas que no se ha llevado bien con su equipo, y que no ha ido a muchos de los últimos ensayos ni a funciones, tenemos que decirle que tras ver la función nos quedamos durante varias semanas sin palabras para definirla. Y ya que hablamos de palabras, por otro lado, se trata de una función en la que estamos de acuerdo con algo de lo que dicen los personajes (de lo poco que se les entiende), pues pronuncian unos cuantos autozascas (como llama Vera Yobardé a este efecto teatral del que pronto nos escribirá). Así, explicado a vuelapluma, los autozascas suceden cuando el personaje pronuncia una frase que el espectador está pensando o con la que no puede estar más de acuerdo. Pongamos unos ejemplos para ilustrarlo… En El ángel exterminador los personajes dicen frases como:
– «Cuando uno piensa que ha visto de todo se da cuenta de que aún queda más por ver.»
– «Esto parece no acabarse nunca.»
– «Si me lo llegan a decir no me lo creo.»
– «Está empezando a dolerme mucho el culo de tanto estar aquí.»
– «¿Es que nadie va a hacer nada?»
– «¿Cuánto tiempo llevamos aquí? Parece que llevamos toda la vida.»
– «Ahora toca el final del concierto, y ojalá sea el final.»
– «Deseamos salir.»
Servilleta encontrada tras el estreno de El ángel exterminador
Hemos tenido también en enero unos cuantos reestrenos, como He nacido para verte sonreír, en el Teatro de la Abadía, con cambio de actor, pues Nacho Sánchez ha sido sustituido por Fernando Delgado-Hierro (luego veremos en qué anda Nacho este mes). También ha vuelto El perro del hortelano a hacer reír al Teatro de la Comedia; por cierto, dicen que en la próxima producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico van a cambiar a la protagonista… Ha vuelto Usted tiene ojos de mujer fatal… en la radio y la gran Solitudes, ambas al Fernán Gómez, que parece que se surte de reposiciones, y también Iphigenia en Vallecas y Todo el tiempo del mundo al Teatro Pavón Kamikaze, para agotar o casi agotar entradas… Y ha vuelto Nada que perder a la Cuarta Pared. En cuanto al teatro más comercial, se ha reestrenado otra obra de Jardiel Poncela, aunque recortada respecto a lo que se pudo ver en los Veranos del Galileo en julio y agosto: Cuatro corazones con freno y marcha atrás, ahora en el Teatro Maravillas. Usted tiene ojos… y Cuatro corazones…, junto con la exposición sobre su figura en el Instituto Cervantes, han conformado el homenaje que le ha hecho Madrid a Enrique Jardiel Poncela en este comienzo de año.
Servilleta encontrada en Madferia
También este mes hemos visitado la XIV edición de la Feria de Artes Escénicas Madferia que, como cada mes de enero de los últimos años, tiene lugar en el Matadero. Hemos visto algunos montajes interesantes, como la compañía valenciana Pérez&Disla con la divertida Cariño, en la que una pareja se pelea y se reconcilia verbal o físicamente… Los gallegos Ilmaquinario Teatro con el homenaje a un amigo desaparecido titulado Resaca… Los andaluces Teatro a la plancha con su comedia de velatorio La última boqueá… El asturiano Rodrigo Cuevas cantándonos su zarzuela bufa desde Asturias para el mundo titulada El mundo por montera… Daniel Abreu con la estupenda y sugerente La desnudez… La unión de dos compañías (Inconstantes Teatro y Factoría Teatro) con un Shakespeare asequible para pueblos pequeños, Medida por medida… La tercera crónica ibérica de Club Caníbal, en esta ocasión sobre el fundador de El Corte Inglés, titulada Algún día todo esto será tuyo… Además hubo muchas otras cosas, como encuentros, jornadas de reflexión, mesas redondas, y comidas hablando de teatro…
Otra servilleta encontrada en Madferia
Los Teatros del Canal en su nueva etapa con programación de Rigola y Álvarez-Simó han apostado por cambiar el tipo de público que acude, y lo están consiguiendo… Incluso están consiguiendo que vayamos los mismos cada fin de semana, o incluso un par de veces a la semana. Una de las muestras de este proceso de cambio es la coproducción entre Teatros del Canal, el Teatre Lliure y el Théâtre National de la Wallonie-Bruxelles, titulada La tristeza de los ogros, de y dirigida por el belga Fabrice Murgia, e interpretada por Andrea de San Juan, Nacho Sánchez y Olivia Delcán, en la que asistimos al momento en que los niños dejan de serlo. Y el público era claramente distinto al de la época Boadella en las 24 horas de Mount Olympus, de la que tanto se ha escrito ya… Creíamos que nos iríamos a dormir a casa un rato, pero no pudimos, porque tras ver una Fedra maravillosa hacia las 3 de la mañana, temimos perdernos algo sensacional si dormíamos, así que allí nos quedamos ojiabiertos… Hubo momentos muy bellos y algunos algo repetitivos, pero no olvidaremos la experiencia, como tampoco olvidaremos el trato que nos dispensó el personal de sala, oficinas, consigna, seguridad, etc., de Teatros del Canal, a los que también les tocó trabajar a horas intempestivas, y que en ningún momento tuvieron una mala cara, ni perdieron el humor, ni siquiera cuando a las 4 de la mañana les pedíamos la mochila a las personas de la consigna para coger un bocadillo… La cafetería, todo hay que decirlo, aunque abrió también por la noche, no modificó los precios, sino que siguieron siendo igual de intempestivos que por las tardes o por las mañanas. Otra cosa que nos gustaría decir es que los medios habían afirmado que se trataba de 24 horas de sexo explícito, orgías, y bacanales, y debemos confesar que teníais razón, queridos medios de comunicación, fue agotador tanto sexo explícito, 24 horas sin parar, qué locura, allá donde miraras en el escenario, si no encontrabas sexo explícito, pues encontrabas una orgía o, si no, una bacanal, realmente agotador, miraras donde miraras, qué visionarios sois, medios de comunicación, y qué bien nos mantenéis informados. Gracias.
Jan Fabre, un obseso del sexo explícito, hablando sin parar de sexo explícito
en la rueda de prensa en los Teatros del Canal, en la que también hubo sexo explícito
desde que empezó hasta que acabó, e incluso en el turno de preguntas
y el posterior café con ensaimadas.
Se ha estrenado también Hablar por hablar, en el Teatro Bellas Artes, una emotiva y divertida dirigida por Fernando Sánchez Cabezudo, y Una vida americana, de Lucía Carballal, dirigida por Víctor Sánchez Rodríguez en el Teatro Galileo, un viaje a Minnesota de una madre y sus dos hijas, para encontrara al padre que las abandonó.
En cuanto al teatro lírico, hemos visto Dead Man Walking, en el Teatro Real, una magnífica ópera reciente, muy reciente, del año 2000, y hemos visto cómo la mayoría del público se emocionaba y sacaba pañuelos de papel para las lágrimas… Aquí la crítica de Miguel Gabaldón, mi compañero de palco. Y también hemos asistido al griterío incesante y polémico en la extraña y poco entretenida puesta en escena de Maruxa por parte de Paco Azorín en el Teatro de la Zarzuela, en que se dice que hasta se oía «¡Queremos la cabeza de Daniel Bianco!». Y de danza, aparte de con Daniel Abreu en Madferia, hemos disfrutado mucho con la compañía de Sharon Fridman y su espectáculo All Ways en los Teatros del Canal.
Si hablamos de espectáculos provenientes del extranjero, dejando aparte Mount Olympus y su sexo explícito, en enero han vuelto los hermanos Forman, que ya estuvieron hace muchos años… En aquella ocasión fueron invitados por Mateo Feijoo al festival Escena Contemporánea con La Barraca, y ahora han venido de nuevo invitados por Feijoo a las Naves Matadero, con Deadtown, un divertido y artesanal montaje que nos acerca al lejano oeste y al cine mudo, a modo de realización de una película de cine mudo en directo…
Acto de presentación de Deadtown a cargo de uno de los gemelos Forman,
a la que siguió la presentación de la segunda parte de la magnífica programación
de Naves Matadero a cargo de Mateo Feijoo y Getsemaní de San Marcos.
Y en breve, febrero…
@nico_guau