
Aparentemente, el enroque del monarca negro no presenta debilidades, pues cumple con uno de los requisitos más importantes como es que los peones se hallen en sus casillas iniciales. Pero si para jugar un ajedrez correcto, fuera suficiente el respetar unos cuantos dogmas, no sería el rey de los juegos. Nuestro juego preferido es algo más complejo.
Examinando con más atención la disposición exacta de las piezas negras en el diagrama, se percibe en la guarida real cierta sensación de peligro, pues se ve una torre extrañamente ubicada en “h6”, que nadie podría explicar qué hace ahí. Tampoco se puede decir que la dama realice una buena labor desde su casilla de origen. Es cierto que el alfil en “b7” es una magnífica pieza atacante, hasta el punto de que si fuera el turno del bando negro, éste conseguiría ventaja decisiva jugando Tg6. Pero es el blanco el que mueve y de un vistazo, podemos apreciar que sus cuatro piezas tienen bajo el punto de mira al pésimamente defendido enroque enemigo. Así que ustedes, al igual que hizo Ahues en 1903, conduciendo el ejército blanco, tienen que dar con la secuencia ganadora que hizo abandonar rápidamente a su rival Leopold.
Pista: En esta ocasión hay que afinar un poco más de lo acostumbrado, por lo que les concedo 15 minutos y como pista puedo decirles que la primera jugada es bastante evidente, siendo la segunda la más difícil de la combinación.
Blancas juegan y ganan
Tiempo concedido: 15 minutos
Solución al Reto 150: Si no lo ves, no lo ves (XI)
Blancas juegan y ganan
1.Th4 (Ahora, la dama debe retirarse)
1… De5 (o 1… Dd5 que no cambia nada)
2.Th8+ (La sencilla jugada que no vio el blanco)
2… Rxh8
3.Dh4+ Rg8 (3…Dh5 es el recurso del pataleo)
4.Dh7+ Rf8
5.Dh8 jaque mate (Así de sencillo, pero el campeón de EEUU no lo vio)
Luis Pérez Agustí