Mijail Tal: Al decir de muchos, el jugador más imaginativo de cuantos han existido. El “Mago de Riga” fue sin duda uno de los mejores jugadores de ataque de la historia del ajedrez.
Reto 74: La magia del mago
Normalmente, las partidas jugadas en sesiones de simultáneas, ni se conservan anotadas, ni mucho menos pasan a la historia, dado que los rivales del maestro que realiza la sesión, suelen ser simples aficionados sin apenas nivel ajedrecístico, pero para todo hay excepciones y una de ellas es la que les muestro hoy. El simultaneador (con blancas) era nada más ni nada menos que Mijail Tal, también conocido como el “Mago de Riga”; sin ninguna duda, uno de los mejores jugadores de ataque de la historia del ajedrez. La combinación que realiza en la posición que les muestro hoy es de tal calibre, que lejos de perderse en el tiempo dado el entorno en que se gestó, figura prácticamente en toda la literatura ajedrecística.
Les concedo 15 minutos para que emulen la mente del mago y si la resolución del problema les parece difícil, piensen que Mijail la realizó en cuestión de segundos, sin que nadie le advirtiera de la existencia de algo especial y jugando varias partidas simultáneamente ¡Eso les dará una idea del calibre ajedrecístico de este mago del tablero!
Pista: Las negras acaban de capturar la torre blanca en “h1” y ya les adelanto que la jugada ganadora no es la “vulgar” y evidente 1.Txh1
Blancas juegan y ganan
Tiempo concedido: 15 minutos
La solución, en el próximo artículo.
Solución al Reto 73: Había “gato encerrado”
Blancas juegan y ganan
1.Cb6!!
¡¡ Sorpresa !!
Movimiento que parece absurdo, pues se entrega el caballo ¿por nada? y la situación parece la misma, sin embargo hay una sutil diferencia que da la victoria al blanco. Veamos:
1… Dxb6 (Si 1… Txb6 2.Dd4+ Cf6 3.Dxb6 conservando las 2 piezas de ventaja)
2.Dd4+ ¡Aquí está el truco! Ahora, la dama negra está a tiro de la torre blanca
Dxd4+ (Si 2… Txd4 3.Txb6 y la torre y el caballo, quedan amenazados)
3.Cxd4 Txd4
4.Axg4 y el blanco se queda con una pieza y un peón de ventaja
Luis Pérez Agustí