‘José María Sert, le Titan à l’ouvre (1874-1945)’ se titula la exposición retrospectiva que el Petit Palais dedica al pintor catalán con el taller como hilo conductor, con 120 obras divididas en Vic, París-Barcelona, el taller, la primera clientela; Las cuatro estaciones, el decorado caja; Encargos de prestigio, temas y motivos, y El taller, papel de las maquetas y de la fotografía. Como recordaba el pasado miércoles Óscar Caballero en ‘La Vanguardia’, “a sus 25 años y uno antes de que el siglo XIX termine, Sert, hijo de una rica familia de Barcelona, se instala en París, aureolado por su talento… y fortuna. Sus amigos son músicos (Albéniz, Strawinsky, Falla), y pintores (Picasso, Dalí). O se abren camino en la moda (Coco Chanel) y el teatro (Cocteau, Diaghilev). También le abre sus puertas su encuentro con Misia Godebska, musa mundana, compañera desde 1908 de un Sert impuesto ya, gracias a su proyecto de decoración para la catedral de Vic, presentado en el salón de otoño de 1907”.