En la alcaldía de Madrid no deben de estar haciéndose mayores como Pablo. Pero claro, hacerse mayor como Pablo no es fácil. Pablo se hace mayor como La Máscara: puede darle la vuelta a la coleta tantas veces como quiera mientras baila, por ejemplo, merengue...
Un coletazo
En la alcaldía de Madrid no deben de estar haciéndose mayores como Pablo. Pero claro, hacerse mayor como Pablo no es fácil. Pablo se hace mayor como La Máscara: puede darle la vuelta a la coleta tantas veces como quiera mientras baila, por ejemplo, merengue. El otro día lo hizo frente a Ana Pastor, que parecía especialmente circunspecta. No debe de ser fácil mantener la compostura, incluso la severidad, ante un individuo que no para de hacer monerías. Aznar no pudo nunca cambiar de sitio su bigote de Charlot, ni Zapatero su sonrisa de parroquiano del bar de Tatooine. Felipe González tampoco pudo hacer malabarismos con sus canas en las sienes. Estaban ahí, siempre quietas como la barba de Rajoy. Todos estos hombres han tenido que esperar a que sus características personales se difuminaran con el tiempo, como la tierra cubierta de hojas en otoño. Pero Pablo no. Pablo canta, baila y mueve la coleta que a veces ya chirría (alguien va a tener que subirse al tejado a engrasarla) como una veleta. Uno que lo intenta, quiero decir bailar merengue o desmontarse por piezas como el señor Patata, es Snc, quien después de fracasar debe de haber decidido no hacerse entender. Yo le vi ayer por un momento en El Hormiguero y lo tuve que quitar, porque, como consecuencia del efecto del galimatías en que se introdujo, le empecé a hablar a mi mujer al revés como Mozart en Amadeus. Puede que Pdr haya perdido el juicio. En realidad yo creo que todos los candidatos lo han perdido a fuerza de querer ser tantos individuos (tanta Gente) en uno durante tanto tiempo. Tantas elecciones y tantas campañas tiene su precio. A ver si lo único que vamos a tener seguro en el Gobierno es a un enajenado, lo cual tampoco sería novedad. Hay que fijarse en los detalles, y éstos mayormente se encuentran en el municipalismo, que es el simulador de la alta política. Hoy en Madrid, el gobierno de Manuela Carmena ha comunicado que va a bajar los impuestos, concretamente el IBI, a sólo una parte de los madrileños. Las razones no importan porque ya han admitido que la decisión obedece a motivos políticos. Reconocimiento último que zanja cualquier cuestión. Ese es el punto final. O el del principio según se mire. La tradicional querencia del comunismo por la corrección totalitaria que Pablo dice haber dejado atrás de un coletazo.