
Ya hemos hablado en alguna otra ocasión del gran maestro danés Bent Larsen, pues debido a su audaz e imaginativo estilo de juego, dejó todo un arsenal de fantásticas partidas, siendo apodado por la prensa de su país “El Príncipe de Dinamarca”
La que les he seleccionado para esta ocasión, es un auténtico ejemplo de cómo organizar un metódico ataque contra el enroque contrario, para a continuación rematar la contienda de forma especialmente brillante. La partida se disputó en el fortísimo torneo Memorial Capablanca, el cual fue ganado por el genial danés sin perder ni una partida. Un resultado fantástico si tenemos en cuenta que dejó tras él nada menos que a tres representantes de la por entonces prácticamente invencible Unión Soviética. El mismo Larsen escribió “El torneo de La Habana fue fortísimo, con doce grandes maestros de un total de veinte competidores. Hacía muchísimo calor y sudé mucho”. Su rival no era precisamente un aficionado, Svetozar Gligoric, nacido en Belgrado, ciudad de la antigua Yugoslavia. Se mantuvo entre los mejores jugadores del mundo durante las décadas de los 50 y 60.
Centrándonos en la partida, hay que resaltar que el autor la considera una de las mejores de su carrera y no le falta razón; raro es el libro de recopilaciones de partidas donde no aparece esta joya de los años 60. Baste decir que Garry Kasparov la incluyó en el 4º tomo de su inmensa serie “Mis geniales predecesores”, del que entresacamos este comentario “… Ésta breve pero interesante batalla, la perdió Gigloric sólo a causa del jaque suicida 21.Cf6, aunque sus defectos -lejos de ser evidentes- fueron brillantemente explotados por su adversario”
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Es extremadamente instructiva la forma en que a cada jugada, Larsen va incrementando la presión y creando debilidades en el enroque enemigo, hasta que finalmente, Gligoric comete un único error, teniendo que abandonar la lucha en apenas 27 movimientos.
Pónganse cómodos y disfruten la partida de la que el propio Larsen comentó:
“Considero que la disputada contra Gligoric presenta uno de mis ataques más bonitos”
Blancas: Svetozar Gigloric (1923-2012)
Negras: Bent Larsen (1935-2010)
Evento: Memorial Capablanca
Lugar y fecha: La Habana, Cuba, 1967
1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cc3 Ab4 [Defensa Nimzoindia]
4.e3 [Variante Rubinstein] (Ver diagrama)
Defensa Nimzoindia, Variante Rubinstein
4…b6 5.Ad3 Ab7 6.Cf3 Ce4 7.0–0 [Gligoric entrega un peón, pues Larsen puede capturar 2 veces en «c3», pero estamos viendo ajedrez del más alto nivel y esta posición está muy analizada. Se considera que el blanco tiene suficiente compensación por el peón entregado, por lo que Larsen se decide por otra línea]
7…f5 8.Axe4 [Muy pocas veces se ha hecho esta jugada, pues la cuña que va a poner Larsen en «e4», suele ser incómoda para el blanco]
8…fxe4 9.Cd2 Axc3 10.bxc3 0–0 [Jugada recomendada por el propio Larsen a su equipo danés, como preparación para la Olimpíada de La Habana del año anterior ¡hasta el momento, todo estaba estudiado!]
11.Dg4 [Gligoric ataca 2 veces el peón de «e4», pero le espera una pequeña sorpresa]
11…Tf5 [Si ahora 12.Cxe4 h5 y se pierde el caballo. Curiosamente, parece que Gligoric ya había estudiado esta posición 2 años antes, pero… lo había olvidado! Sí, son los mejores del mundo, pero son humanos. «Las negras, de forma elegante, ponen fin a la actividad de la dama blanca» (Kasparov)]
12.d5 [El principal problema del blanco es cómo activar su alfil: Donde está se estrella contra su peón «e3»; poniéndolo en «b2», son dos peones los que le cierran el paso (el de «c3» más el de «d4») y situándolo en «a3», simplemente, dispara al vacío. Gligoric intenta darle libertad movilizando sus peones]
12…Tg5 13.Df4 exd5 14.cxd5 Axd5 15.c4 Ac6 16.Cxe4 Tg6 17.Ab2 [Objetivo cumplido. El alfil domina la diagonal de casillas negras. «Yo habría jugado antes 17.Cg3» (Kasparov)]
17…Ca6 [Ahora, Larsen incorpora rápidamente el caballo al juego]
18.f3 [Gligoric se siente incómodo por la acción conjunta del alfil y la torre rivales sobre la casilla «g2». Con este avance de peón, lo neutraliza en parte, pero a costa de debilitar el enroque]
18…Cb4 [Se amenaza 19… Cd3 atacando el alfil y la dama]
19.Ac3 Cd3 [El caballo ya está incordiando]
20.Df5 Dh4 [¡Más madera! La amenaza es 21…Tf8 acosando a la dama que asombrosamente, no dispone de casillas de escape (si se retira a «h3», simplemente el negro la captura con Dxh3, pues el peón de «g2» está clavado. Larsen se sentía realmente feliz con esta jugada, pues según declaró, significaba que había previsto ya su movimiento 25] (Ver diagrama)
Larsen acumula efectivos contra el rey blanco. Gligoric se pone nervioso
21.Cf6+ [Ante tal acoso, es fácil perder los nervios, cosa que le ocurre a Gligoric. Aunque la jugada no es ni mucho menos perdedora, el problema es que abre la columna «g» a su peligroso rival. Todos los análisis coinciden en que 21.Tad1, mantenía la posición igualada]
21…gxf6 22.Dxd3 Th6 [¡Larsen está realmente inspirado! Con este sencillo movimiento, provoca una nueva debilidad en el enroque contrario]
23.h3 Rf7 [¡Sublime! Larsen no concede respiro a Gligoric y va a incorporar por la columna «g» el último efectivo]
24.Tf2 [Gligoric hace una jugada natural, defendiendo dos veces el peón de «g2», pero en realidad es un error. 24.Ae1 todavía resistía]
24…Tg8 [Con la terrible amenaza 25… Dxh3 (el peón de «g2» está clavado)]
25.Rf1 [«Si las blancas consiguen poner a cubierto su rey, habrán igualado» (Larsen). Y es en esta jugada de huida, en la que Gligoric basó sus esperanzas, pero todos sus cálculos partían de una base errónea, ya que en ningún momento consideró la asombrosa e inesperada respuesta que el genial Larsen tenía preparada]
(Ver diagrama)
Una posición imaginada con 5 jugadas de antelación
25…Txg2
¡¡ Un misil derriba la fortaleza blanca !!
«La razón por la que estoy orgulloso de este sacrificio es que lo preví bastante antes» (Larsen)
26.Txg2 [No hay nada que hacer. Si 26.Dd2 Txf2+ 27.Dxf2 Dxc4+ 28.Rg2 Dxc3]
26…Dxh3 27.e4 Tg6 [Y el blanco abandona] 0–1
Posición final
(Si 28.Dd2 Dh1+ 29.Re2 Txg2+)
“Esta partida tomó tal cariz desde 11… Tf5, que
Gligoric se ha sentido siempre acorralado” (Larsen)
“Una espléndida e instructiva partida” (Kasparov)
Luis Pérez Agustí