Gran Nube Amorfa

 

Alicia de DKV (compañía de seguros médicos que apoya desde múltiples iniciativas el arte contemporáneo), vino a la residencia del Matadero este verano. Vino al principio y al final, porque quería ver si algún proyecto podría encajar en el Hospital de Dénia. ¿Arte en un hospital? 
La Fundación Banco Santander, que había promovido la residencia, tenia ganas desde hace tiempo de hacer una colaboración con DKV. Y allí estaba yo y mi estructura de tubos, 
como el proyecto que más encajaba a todas las partes. 

El resultado de este cruce es un taller participativo de una semana de duración (del 6 al 11 de noviembre de 2014) 
con los pacientes de hemodiálidis y oncología del Hospital de Denia Marina Salud (público de gestión privada). 

Junto con los chicos de cuidArt (el programa de DKV de intervención artística en el Hospital), cambiamos el soplete por la pistola de calor y matizamos en qué consistía la "participación" y la metodología del taller. 

Aun así, el nudo de mi estómago el primer día era del tamaño de un globo de los grandes. 
¿Pero tu no habías trabajado antes en un hospital? 
NO. 

Al final el objetivo se cumplió y la Gran Nube Amorfa estuvo expuesta hasta el pasado mes de enero
(de izquierda a derecha: Alvaro de Fundación Banco Santander, Ana, Joaquín y Noelia de cuidArt).

AGRADECIMIENTOS: A mi padre que me educó en la libertad en el riesgo y en la pasión. Cada vez que me pagaba algo decía que era una inversión y ha seguido invirtiendo en mí después de muerto. Estos últimos años estoy empezando a recolectar y sé que soy una privilegiada por haber podido dedicar tantas horas a sembrar y cuidar lo que quiero ser. 

CRÓNICA:
No es lo mismo hemodiálisis que oncología. 
En hemodiálisis los pacientes asumen una rutina: para poder vivir, tienen que estar 3 días a la semana enchufados durante 3 horas a una máquina. Unos llevan 4 meses y otros 4 años. Es duro renunciar a la libertad de movimientos, pero saben si lo hacen, viven. Su rutina es esa y tener a alguien que te distraiga, que haga más amenas las horas, con la que puedes charlar... es agradable. 
En oncología más o menos tienen una sesión cada 15 días y cada sesión puede durar minutos o horas. Todo depende. Aquí todo depende. Puede ir bien o puede ir mal. Cada sesión es un cartucho que se quema. 
La gravedad se palpa, en juego está la vida. Y no hay más juegos con los que apetezca interactuar, quieren estar concentrados y tranquilos. No quieren a nadie que les saque a ninguna parte. 
Esta es una apreciación subjetiva y genérica (hay algunos en hemodíalisis que no quisieron participar y uno en oncología que sí quiso). Tampoco se si yo estaba pre-condicionada porque mi padre murió de cáncer y quizá no estaba lo suficientemente despejada y despegada para poder aportarles algo de felicidad. Lo cierto es que creo que mi padre hubiera sido uno de esos señores que a mi pregunta de ¿quiere usted que le cuente el proyecto? hubiera respondido NO.

En cualquier caso, a cada uno le sirve de una manera. Malo seguro que no es y bueno es para muchos. Por ejemplo este señor que "se metió dentro" literal. Su sonrisa me llenó de vida el sábado y el martes cuando me despedí de él y se emocionó... sentí que sólo eso ya hacía que todo mereciera la pena.

También una enfermera me sorprendió, decía que aquello era como una jaula de la que había que liberarse, escapar y huir.

 

Después animó a sus compañeras a que fueran mariposas y volaran con sus estructuras puestas a modo de trajes.

Y así muchas más anécdotas en el proceso: Un señor alemán se había dedicado toda la vida a fabricar PVC; otro señor que decía que le había dado muchas ideas y que al llegar a casa se iba a poner a hacer cosas; otro que ya doblaba restos de pvc y tenía la casa "llena de cacharros"...

... un chico en oncología que quería él hacer las fotos y se levantaba con la vía puesta a decirle a Noelia desde qué perspectivas sacarlas.

 

una señora que fue a la peluquería para salir guapa en las fotos...

 

Y así, durante 4 días fui generando pequeñas nubes. Uniendo las 30 piezas que llevé desde Madrid y que habían formado parte de la estructura del Matadero, con otras 30 piezas que fabriqué en las salas del hospital. 

El martes empezó el montaje de la gran nube fuera, en el el hall de un edificio precioso, de arquitectura de ángulos rectos:

Quedó algo amorfo como siempre, encadenado y en levitación.

A mi entusiasmo le dio por saltar y forzar a que otros saltaran... y debía de ser contagioso, porque tres espontáneas me preguntaron si podrían hacerse una foto dentro para colgarla en el facebook!!!!

Colocaron los paneles de fotografías y los vinilos explicativos. Es la segunda vez este año que veo mi nombre en un vinilo, y es mi primera exposición "individual" en un lugar público...

 

Me fui emocionada viendo a la gente pararse para hacer fotos:

Y ahora que doy por cerrada esta aventura, pienso que la siguiente tiene que poder aguantar peso... o quizá no.

 

Por María Mallo