Poemas

José Antonio Llera

 

ESCRIBIMOS

 

Escribimos, pero alguien nos robó la grasa azul de los ungüentos, el aroma de esos
           perseguidos que se nos cruzan en la avenida, clandestinos como el papiro manchado por los demonios.

Sea de ese modo nuestra suerte.

¿Llegamos tarde con la tinta o todo se ha convertido en espejismo, antílope que
           despereza su cuello y su ardor entre las adelfas?

El cursor nos separa la boca de la pila bautismal. Un loco aplasta su cigarrillo a deshora,
           en el umbral del alba.

Recojo las lágrimas de la campesina que no vende sus limones, las de aquella mujer que
           ve pudrirse su amor como las fresas golpeadas por el pedrisco.

Escribimos. Contra falsas liberaciones, tomo cada día mi metadona, mi fruta sin pelar.
           Aguanto de pie sobre el hormiguero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PROMESAS LABORALES

 

Nos han dicho que, si madrugamos —espuela y carne—, veremos una clase de belleza
           que sólo es perceptible para algunas aves rapaces.

Todos vamos temprano hacia el milagro.

En los casinos, hombres con stetson juegan a perder el alma que nunca tuvieron.
           Mefistófeles ya no quiere tratos; llora en las cabinas donde llama a cobro
           revertido a un número elegido al azar. Después se encierra en las grandes
           centrales hidroeléctricas.

Si aún os queda algo de valor —insisten— no tardéis. Junto mis dedos y los aprieto por
           si venciera el agua, pero están secos.

Los hermanos Lumière no llegaron para filmar a los últimos obreros de la siderurgia.

Aunque el domingo abran los comercios, todo lo que pertenece al aire está mellado.
           Los dependientes toman sus vacunas a escondidas.

Los ciclos del capital. Los ciclos de la quimioterapia.

 

ETERNAS PREGUNTAS

 

Su padre dedicó toda la vida al transporte por carretera.

Con el dinero de la emigración (una fábrica de plásticos en Núremberg) compró un
           Pegaso de color blanco en los años setenta.

Nunca se atrevió a preguntarle si alguna vez había transportado animales vivos.

 

(De Transporte de animales vivos, 2013)

 

 

 

 

José Antonio Llera (Badajoz, 1971)
es profesor de Literatura Española en la Universidad Autónoma de Madrid. Sus investigaciones se centran en el humorismo hispano y en la poesía contemporánea, con enfoques interdisciplinares y comparatistas: El humor verbal y visual de La Codorniz (2003), El humor en la obra de Julio Camba (2004), Los poemas de cementerio de Luis Cernuda (2006), Rostros de la locura: Cervantes, Goya, Wiseman (2012) y Lorca en Nueva York: una poética del grito (2013). Preparó la edición del epistolario inédito de Miguel Mihura y una antología de artículos de Wenceslao Fernández Flórez. Ha coeditado los volúmenes: 60 años de Adonais: una colección de poesía en España (1943-2003) y Luis Cernuda: perspectivas europeas y del exilio. Ha publicado cuatro libros de poesía: Preludio a la inmersión (1999), El monólogo de Homero (2007), El síndrome de Diógenes (2009) y Transporte de animales vivos (2013). Es autor del dietario Cuidados paliativos (2017), galardonado con el XXIII Premio Café Bretón & Bodegas Olarra, y próximamente aparecerá en la editorial Pre-Textos Vanguardismo y memoria: la poesía de Miguel Labordeta (XVII Premio Internacional Gerardo Diego de Investigación Literaria).