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Diario de una guerraRegresamos a los años de la guerra mundial, síntomas de regresión a...

Regresamos a los años de la guerra mundial, síntomas de regresión a un estado de civilización más bajo

Ilustración: Damián Flores

Diario de una guerra en Europa. Ucrania 2022-2025, 4

(6 de abril, miércoles, 42º día de guerra)  

En el frente Norte, que está a punto de desaparecer operativamente, se ha completado la retirada rusa del entorno de Kiev al tiempo que se intensifica en el de Sumi. No se sabe si los rusos intentarán mantener algunas posiciones en la zona o si la retirada será definitiva. En cualquier caso, estas unidades no estarán operativas hasta dentro de un tiempo, lo cual es una contrariedad para el dispositivo ruso.

En el frente del Este hay combates en el sector de Járkov, siempre sometido a bombardeos, y en el Donbás, donde los rusos intentan tomar Sloviansk, una ciudad clave para embolsar a las fuerzas ucranianas en la región, que promete ser otro de los frentes activos de esta guerra. Puede ser otro Mariúpol. Los ataques se lanzan desde Izium, al norte, pero también desde el sur.

Tras lo sucedido en Kiev, todo apunta a que en los próximos días los combates se trasladarán al Donbás y a Mariúpol, Esta ciudad, sitiada y sometida a bombardeos, se ha convertido en la Alepo de Europa, como ha dicho Josep Borrell, un político de vieja escuela y con criterios, cuyas declaraciones tienen el eco épico que ha perdido la política.

En Odesa hay una calma tensa que ha vaciado las calles. Mientras, se mira lo que sucede en Zaporiyia y sobre todo en Mikolayiv, etapa previa para el ataque a la ciudad, salvo que este provenga del mar. En la ciudad costera nadie descarta los bombardeos. No es extraño que desde Odesa se otee el horizonte con mirada temerosa, buscando el perfil oscuro y geométrico de los navíos rusos, que más de uno pensábamos no tardarían en llegar.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en la más pura línea de sus antecesores soviéticos Litvinov, Molotov, Vichinsky o Gromyko, muestra en sus discursos anti occidentales la cara más feroz. Lanza amenaza tras amenaza, y no siempre veladas, por las sanciones económicas contra Rusia, entreveradas con alusiones a una guerra nuclear. Es la diplomacia del zapatazo que practicaba Kruschev.

Mientras, China sigue haciendo hace equilibrios entre Moscú y Occidente. Ni habla de guerra, ni condena la invasión ni las matanzas llevadas a cabo por Rusia. Imagino que estará a la espera de lo que sucede, pero Occidente debería de tomar nota de este attentisme que resulta obsceno a fuer de oportunista, sin dejar de ser habilidoso.

El embajador ruso en Madrid ha intervenido en la radio para negar la masacre de Bucha y ha hecho el ridículo. Es la langue de bois estalinista a la que se refería George Steiner. Nadie descarta que en las ciudades recuperadas o en la propia Mariúpol haya tenido lugar alguna otra matanza. Los rusos parece que están ocultando cuerpos en esta última. Las noticias y las fotos, verdaderamente tremendas, de Bucha se están imponiendo a otros análisis.

La República Checa, a instancias de la OTAN, envía tanques y blindados a Ucrania mientras Estados Unidos ha mandado un modelo de dron de un solo uso, es decir, a medio camino entre el misil y el propio dron, que es especialmente efectivo. La reacción de Rusia no se hará esperar.

Probablemente, los próximos días veremos la caída de Mariúpol, rodeada en un territorio ocupado por Rusia y exhausta tras más de un mes de asedio, así como un recrudecimiento en las operaciones encaminadas a la toma y control del Donbás.

El secretario general de la OTAN afirma que la intención de Rusia es la ocupación de Ucrania en su totalidad. Un objetivo que permite pensar que la guerra se puede alargar durante meses e incluso años.

(7 de abril, jueves, 43º día de guerra)

Hungría reelige al ultraderechista y populista Viktor Orbán como presidente, quien se alinea con Putin, al tiempo que rechaza aplicar las sanciones económicas a Moscú. Francamente, no se me alcanza qué le deben los húngaros a Rusia para mantener esa fidelidad que les sitúa en el anti europeísmo. Parece que se han olvidado de lo sucedido en 1945 y 1956. Putin ha recompensado a Budapest con gas barato y la Unión Europea le ha aparecido un flanco débil en este lugar tan delicado.

Se confirma la retirada rusa de Sumi, de manera que al norte de Járkov ya no hay fuerzas de Moscú. Según informaciones estadounidenses, estos contingentes reforzarán el frente ruso en el Donbás, donde se intensifican los combates para tomar Sloviansk. Por su parte, continúan los bombardeos sobre Járkov.

En Mariúpol los ataques rusos se han intensificado para intentar tomar la ciudad tras casi seis semanas de asedio, cuyo final parece que se acerca. No hay periodistas en la urbe, así que no se tienen noticias acerca de lo que sucede.

Hay advertencias acerca del riesgo del uso de armas químicas por parte de Rusia. También hay filmaciones de prisioneros rusos, desarmados y en el suelo, ejecutados por los ucranianos. En todos los sitios acecha el horror. Hay que señalar que en los medios de comunicación no se le ha dado el mismo trato que a las atrocidades rusas y, obvio es decirlo, las ejecuciones sumarias de prisioneros son crímenes de guerra en todas partes. En todo caso, son los métodos de la guerra civil europea del siglo XX que sigue en esta centuria.

Hoy, por fin, hay una atmósfera de primavera. Luz, sol y un ambiente que confirma que avanza abril.

(8 de abril, viernes, 44º día de guerra)

Escasas novedades en relación con las noticias de ayer. Se confirma la desaparición de los frentes Norte y Kiev y el recrudecimiento de la actividad en el frente del Este. Aquí Járkov sigue siendo bombardeado mientras los combates se incrementan, aunque discretamente, alrededor de Izium, en manos rusas, y en dirección a Sloviansk, objetivo esencial del ejército invasor. La finalidad evidente de Moscú es la conquista total de las regiones de Lugansk y Donetsk, para lo cual es necesario controlar el eje que une Izium y Sloviansk, embolsando a las fuerzas ucranianas. Para llevar a cabo estas operaciones, Moscú necesita reunir tropas que no se sabe si serán las retiradas de los alrededores de Kiev o bien otras unidades de refresco. El ISW se muestra muy escéptico ante la posibilidad de que los rusos puedan disponer de fuerzas con capacidad de combate en poco tiempo.

En el sur, los combates siguen en Mariúpol, donde, según un portavoz ucraniano, sus fuerzas controlan y resisten en el puerto. A pesar de estas declaraciones optimistas, la situación de Mariúpol es desesperada.

Si no fuera por las atrocidades cometidas por los rusos sobre la población civil, como el misil que ha caído en la estación de Kramatorsk, causando casi un centenar de civiles muertos, las noticias de la guerra se irían alejando de las primeras páginas pues las acciones militares han disminuido. La responsabilidad del ataque en Kramatorsk se la adjudican mutuamente Kiev y Moscú. El misil en cualquier caso es ucraniano, pero eso, claro, no quiere decir que sean ucranianos los que lo lanzaron. Todos recordamos lo sucedido con el avión de Malaysia Airlines, derribado en el Donetsk en 2014 por las milicias prorrusas al mando de Igor Girkin, algo que se negó acusando a Kiev.

Si la guerra se estabiliza y se alarga, que parece la opción más probable, no descarto que este diario deje de serlo y se convierta en una relación de acontecimientos, cuando los haya, con otra periodicidad.

Día de atmosfera agitada, como corresponde a un Viernes de Dolores en el que Madrid se vacía.

(9 de abril, sábado, 45º día de guerra)

Continúa el asedio de Mariúpol con escasas novedades, aunque ya se duda de la posibilidad de que los defensores ucranianos prolonguen la resistencia. En el Donbás y en la zona de Járkov no ha habido ningún progreso ruso. Por el contrario, en el frente Sur los ucranianos parece que han aliviado la presión sobre Mikolayiv al avanzar hacia Jersón. Algo que libera de momento a Odesa de la amenaza de un ataque terrestre. La posibilidad de una operación anfibia en dirección a la ciudad cada vez se considera más probable, así como el comienzo de los bombardeos. La estrategia destructora rusa sobre personas y bienes me sorprende, pues revela la escasa consideración que tienen de Ucrania y de los ucranianos a los que querían liberar. La idea de los hermanos eslavos es difícil de mantener tras lo ocurrido.

Según Le Monde, ya se puede adjudicar la responsabilidad de las atrocidades cometidas en Bucha por las tropas rusas. Los autores serían los miembros de una unidad chechena, el 141º Regimiento especial motorizado, al mando del siniestro Ramzán Kadirov, presidente de Chechenia, y sobre todo la 64º Brigada de fusileros motorizados del teniente coronel Azatbek Omurbekov, formada por soldados mongoles. Todo tiene unos ecos tremendos. Un regusto a 1945 que se creía irrepetible. En Europa parece que no aprendemos.

Según ABC, el Kremlin ha nombrado a un nuevo responsable de las fuerzas rusas en Ucrania, el general Alexander Dvornikov, que ha sido anteriormente el jefe del contingente enviado por Moscú a Siria en 2015 en apoyo del presidente Al Assad. Este nombramiento quizás tenga que ver con el rumor, del que se ha hecho eco Emmanuel Macron, de que el 9 de mayo, día del desfile de la Gran Guerra Patria en Rusia, que conmemora la victoria sobre Alemania, es el día en el que Vladimir Putin pretende anunciar su victoria en Ucrania, aunque quedan pocas semanas para alcanzar esos mínimos objetivos que permitan proclamarla: toma de Mariúpol, establecimiento de un corredor entre Crimea y el Donbás y control de esta región. Este es el programa esencial. Intentar conseguir algún objetivo más como ocupar Odesa, Járkov o incluso volver a intentar tomar Kiev, supondría que el esfuerzo militar tendría que incrementarse enormemente. Veremos qué sucede en las próximas semanas.

Hay una situación extraña, de guerra mediante terceros, entre la OTAN y Rusia. Como reconocen todos los analistas, Europa y Estados Unidos han estado enviando material de guerra y asesorando a Ucrania en asuntos delicados de información y comunicaciones desde 2014 en que se produce la ocupación de Crimea. A partir de la invasión rusa se ha incrementado la entrega de material estratégico como los antitanque Javelin y NLAW o el antiaéreo Stinger. En esta fase, la ayuda cibernética y de información ha sido esencial entre otros ejemplos, para que los ucranianos alcancen las columnas de vehículos, y a los puestos de los mandos y descabezar a las fuerzas de Moscú.

Dada la marcha de la guerra, que se prevé sea una mezcla de golpes de mano y operaciones en campo abierto, cabe pensar que ha llegado el momento del empleo de material pesado, de la artillería y los tanques. Para guardar las formas y por la efectividad que permite el conocimiento que tienen los ucranianos del material ruso, se están enviando tanques T-72 por medio de la República Checa y parece que también de Polonia. También se van a entregar a los ucranianos drones norteamericanos Switchblades y misiles antitanques británicos Starstreak para hacer frente a la ofensiva rusa. Aunque todavía más esencial es la colaboración cibernética e informativa, que es la que ha contenido la invasión desatada por Moscú.

El respaldo por parte de Occidente a Ucrania y la entrega de armas de manera creciente muestra un panorama de polarización indiscutible. Por un lado, está Rusia, con un discreto apoyo de una China que teme comprometerse, y por otro se encuentra la OTAN, es decir, Estados Unidos, Canadá y la mayor parte de Europa. Una polarización digna de otra época, como el tipo de guerra que está teniendo lugar. De las negociaciones de paz ya ni se habla.

Día gris, aunque ya templado. Decididamente, no remontamos. Esto es largo. El cielo, de nubes y grises y blancas, da a la atmósfera unos tonos elegantes.

(10 de abril, domingo, 46º día de guerra)

Decididamente, Rusia sigue siendo un enigma. Un país en el que la su población habla de Europa como un lugar diferente y lejano. Más o menos aislados, pues hoy día el control de la información es imposible, los rusos cierran filas tras un gobierno que concibe las sanciones como victorias, algo nada sorprendente, y que culpa a Ucrania de montar un espectáculo en Bucha, como ha dicho Sergei Lavrov. No hay atisbos siquiera de quiebra de la sociedad rusa, ni siquiera las manifestaciones de los primeros días han continuado. Las noticias que llegan no muestran ninguna fisura en el apoyo al Kremlin. Los argumentos de la propaganda se comparten en toda Rusia y se señala a Occidente como responsable de lo sucedido. Ni siquiera las bajas sufridas (la OTAN habla de diecisiete mil), han conmovido a los rusos lo suficiente para mostrar su rechazo a la guerra. Y es que quizás no existe ese rechazo y si una inercia de sumisión a una autoridad siempre omnipresente y brutal.

Acostumbrados al yugo y envenenados por un patriotismo mesiánico, que tiene ribetes imperiales en la idea de la Santa Rusia, los rusos encontraron sentido colectivo en resistir la supuesta amenaza que viene de Occidente, el “extranjero lejano”. Una opción que se debilitó a lo largo del siglo XIX, cediendo ante un occidentalismo vinculado con el liberalismo como señala S. V. Utechin en su clásico Historia del pensamiento político ruso (Madrid, 1968). Ese temor a las ideas que traía el viento que llegaba de Europa rebrotó con enorme fuerza bajo el manto del socialismo en un solo país proclamado por Stalin, que convirtió al internacionalismo bolchevique en un nacionalismo de la URSS que quería defenderse de Occidente. Es un anti europeísmo que, como señala Antonio Elorza, va de Danilevski a Solzhenitsyn, y que ahora ha hecho suyo Alexander Dugin, el teórico iluminado que alimenta los sueños de Vladimir Putin. Y es que el presidente ruso es tan heredero de Stalin que incluso ha adoptado idéntica actitud anti occidental, tan asiática como ensimismada en lo eslavo, frente la europeidad de Lenin, quien no dejó nunca de mirar a Occidente, sobre todo al mundo germano. Una opción la de Putin que tiene algo del turanismo turcomano, que proclama la unión de los pueblos altaicos, de las estepas a Hungría y Finlandia. Uno de esos sueños imperiales que comparten nostálgicos de un pasado dorado y exótico como Turquía y Rusia, al fin y al cabo dos dictaduras.

No es de extrañar que en Moscú se contemple con temor una Ucrania independiente, vuelta hacia Occidente a pesar de ser el origen de Rusia. Su desarrollo económico e integración en Europa, su opción por las libertades y el parlamentarismo, serían un modelo insoportable, una amenaza para la autocracia rusa, así como la confirmación de la hegemonía de ese Occidente lejano. Rusia no está dispuesta a permitir ningún desafío de las antiguas repúblicas soviéticas que hoy constituyen el llamado “extranjero próximo”. Se puede concluir que, hoy, Europa y Rusia se han distanciado de nuevo. Como en los días de la Guerra Fría.

Se ha producido una oleada de bombardeos sobre Járkov y Dnipró, donde ha sido inutilizado el aeropuerto y destruidos depósitos de combustible y material. En Sloviansk, los combates se han recrudecido debido a nuevos ataques rusos. Se han observado convoyes rusos en dirección al Donbás procedentes del norte mientras que en Rusia se han llamado a reservistas de 2012. Todo preludia una ofensiva de Moscú en el Este en los próximos días.

Hay imágenes de tropas rusas ya en Mariúpol, aunque oficialmente la ciudad aun resiste.

Hoy, Domingo de Ramos, de recuerdos infantiles de palmas y estrenos, de aniversario indeseado, se ha publicado en Diario de Sevilla la tribuna ‘De Katyn a Bucha, pasando por Irpín’. Hoy, con el descubrimiento de una fosa en Buzova, cerca de Kiev, con decenas de asesinados por los rusos, se confirman los peores temores y su indeseada actualidad.

Desde el gobierno de los Estados Unidos se señala el nombramiento del general Alexander Dvornikov como un mal presagio para la moderación del conflicto. Su actuación como responsable de las fuerzas rusas en Siria se caracterizó por la aplicación de la táctica de tierra quemada y por el desprecio hacia la población civil. Cabe suponer que le han nombrado para lo mismo. Más allá de esto, lo importante es que se confirma un mando único frente a los cuatro comandantes anteriores, incapaces de coordinarse.

Me pregunto cómo habría llevado un particular, es decir un simple espectador, no un protagonista de primera fila o un testigo directo de los acontecimientos, un diario, día tras día, de los casi seis años de la Segunda Guerra Mundial. Sería un texto de una extensión notable y de un lógico protagonismo de la guerra, el elemento obsesivo que lo impulsa, sin olvidar los afanes y avatares personales, tan determinados por lo que sucedía. Recuerdo algunos diarios de un interés literario e histórico que este no tiene, como los de Mihail Sebastian, Viktor Klemperer o Missie Vassiltchikov, quienes se vieron afectados de cerca por lo sucedido, o los de Pierre Drieu La Rochelle, más distanciado de la guerra, y André Gide, quien describe desde Túnez la mayor parte de un conflicto del que acabó siendo testigo. En fin, si esta guerra de Ucrania se alarga y se estabiliza, habrá que hacer anotaciones espaciadas y según vayan sucediendo los acontecimientos, pues mi implicación en el conflicto dista de ser parecida a la de los citados, afortunadamente.

Hoy, si, y a pesar de todo, hay evidencias de la primavera.

(11 de abril, lunes, 47º día de guerra)

Las señales de una ofensiva rusa en el Donbás se incrementan. Hay movimientos de tropas e intensificación de los combates en Sloviansk e Izium sin duda con el objeto de enlazar los dos extremos y embolsar a las fuerzas ucranianas. En Járkov se espera también un ataque ruso encaminado a rodear la ciudad, para posteriormente intentar su conquista. Mariúpol sigue resistiendo, rodeada y con el asedio ruso cada vez más estrecho. Y Odesa vive en una calma tensa ante un ataque que se espera desde hace semanas pero que no acaba por llegar sorprendentemente, pues significaría abrir un nuevo frente para el que los ucranianos no creo puedan distraer fuerzas. Quizás los rusos no dispongan de efectivos para llevar a cabo esas operaciones, lo que no deja de sorprender.

La opinión generalizada es que en las próximas semanas se recrudecerán los combates debido a la ofensiva rusa en el Donbás. La firme resistencia de las tropas ucranianas está causando pérdidas a las unidades atacantes que serán difíciles de reponer en poco tiempo, algo que condicionará la invasión.

Suecia y Finlandia prevén integrarse en la OTAN este verano. Una decisión que supone un nuevo fracaso de la política rusa, que con esa Operación Militar Especial ha revitalizado y ampliado una organización que parecía haber perdido la razón de ser. La reacción rusa por medio de Sergei Lavrov es la esperada. Amenazante y alejada de la realidad. Es decir, de otra época. Este hombre se cree Molotov.

Elecciones en Francia. Primera vuelta: Macron y Le Pen. La 5ª República está muerta: los gaullistas han alcanzado un cinco por ciento, los socialistas no han llegado al dos y el 51% de los franceses ha votado a la extrema derecha o a la extrema izquierda. Si fuera elegida Marine Le Pen, Putin habría logrado una victoria pues la Unión Europea y la OTAN, de la que quiere sacar a Francia, se verían resentidas.

Un reaparecido Silvio Berlusconi afea la conducta en público a su amigo Vladimir Putin por invadir Ucrania. Otro ejercicio de distanciamiento.

Hay que reconocer que las sanciones económicas a Rusia no están teniendo los efectos deseados. Las exportaciones rusas de gas y petróleo a Occidente se mantienen de manera que la financiación de la guerra sigue. Además, India y China siguen teniendo trato con Rusia, y Alemania no tiene intenciones de renunciar al gas ruso. La guerra ha entrado en una fase en la que las operaciones se han ralentizado y los objetivos tardarán menos en alcanzarse, así que no es imposible que, en un plazo medio y tras alcanzar las fuerzas rusas una serie de objetivos que permitan considerarlos una victoria, se reanuden las negociaciones y se llegue a un acuerdo.

En El País, Wolfgang Münchau publica un artículo un tanto cínico en el que, sin inventarse nada, se le olvida el hecho objetivo de que Rusia es la invasora y Ucrania la invadida y de que lo sucedido concede superioridad moral al agredido.

(12 de abril, martes, 48º día de guerra)

Parece que es inminente una ofensiva de grandes proporciones en el Donbás, Su objetivo además de Sloviansk, parece que puede ser Járkov, ciudad bombardeada de manera incesante desde el comienzo de la guerra, incluso por la artillería. En Mariúpol, que está viviendo sus últimos momentos de autoridad ucraniana, Kiev afirma que se han empleado armas químicas.

De nuevo se diría que estamos volviendo al pasado. Hay noticias de deportaciones de ucranianos en el Donbás y Mariúpol a Siberia y el Cáucaso, así como de violaciones de mujeres ucranianas por los soldados rusos. Parece que regresamos a los años de la guerra mundial. Son síntomas de regresión a un estado de civilización más bajo.

Las declaraciones de Putin esta mañana en Bielorrusia muestran a un líder autosuficiente, entregado a la construcción de una realidad alternativa. Según sus palabras, se ha visto obligado a intervenir en Ucrania para evitar un genocidio en el Donbás por parte de los ucranianos, que habría inspirado Occidente. Afirma que la Operación Militar Especial se está desarrollando bien “y con nobleza”. A pesar del dislate de estas declaraciones, las informaciones revelan un apoyo masivo a Putin por parte de los rusos. Todo apunta a que esta guerra está lejos de finalizar.

Hay un riesgo de ruptura del consenso europeo frente a Rusia por las sanciones y la dependencia gas. Alemania, Hungría y Austria se muestran reticentes a aplicar las sanciones y se niegan a suspender la compra de petróleo y gas ruso. Poco a poco se levantan voces en contra de Ucrania y de los Estados Unidos. La incapacidad de renunciar a la mínima expresión de bienestar por parte de Europa lleva a aceptar un nuevo Múnich y a sacrificar a Ucrania. Y esto Moscú lo sabe.

Esta guerra ha cambiado el mapa político de Europa vigente desde 1945 y retocado en 1991. Tras décadas de neutralidad y miedo a Rusia, Finlandia y Suecia han abandonado su neutralidad y han pedido el ingreso en la OTAN con un respaldo social masivo. La finlandización, esa situación de soberanía limitada, de neutralidad forzada, va a pasar a la historia para desdicha de Moscú.

Todo cansa: la prensa ha reducido el espacio dedicado a la guerra. De todas formas, asombra que haya durado tanto su presencia, pues los asuntos internacionales no suelen despertar mucho interés en España.

Día propio de Semana Santa: solitario, nublado, entre tibio y fresco. Más otoñal que primaveral, y algo melancólico.

(13 de abril, miércoles, 49º día de guerra)

Se intensifican los combates en Donetsk y Lugansk a causa de la ofensiva rusa. En Járkov los bombardeos son cada vez más intensos y se teme un ataque directo sobre la ciudad.

En Mariúpol, resisten fuerzas del Regimiento Azov y de la Brigada de Marina, pero parece que por poco tiempo. Su caída liberará fuerzas rusas y asegurará la retaguardia. En el sur, Mikolayiv, estás cada vez más bombardeada y hay movimientos de tropas en torno a Jersón.

A pesar de los combates y bombardeos, las fuerzas rusas al día de hoy no han lanzado la ofensiva principal que se espera desde hace días.

En Kiev, cuando trataba de huir, ha sido detenido Viktor Medvedchuk, un destacado político prorruso, familiar de Putin, a quien se señalaba como presidente del gobierno de una Ucrania títere, en caso de haber caído Kiev.

La unidad europea es cada vez más precaria. Marine Le Pen propone, si llega a la presidencia, una alianza con Rusia y sacar a Francia de la OTAN. En estos momentos supondría ahondar en la ruptura de la unidad de Europa frente a Rusia que ha comenzado con Hungría.

Madrid, desierto y extraño, sobre todo por la tarde. Tiene un aire misterioso y elegante gracias a la luz abrileña, todavía algo matizada. Es un ambiente proclive a la melancolía y a la reflexión.

(14 de abril, jueves, 50º día de guerra)

Según fuentes de Moscú, el crucero lanzamisiles Mosvká, buque insignia de la Flota del Mar Negro, ha quedado inutilizado por una explosión a causa de un incendio, que ha obligado a evacuar a sus más de quinientos tripulantes. Por su parte, los ucranianos señalan que han sido sus misiles los que han alcanzado al buque y que la evacuación no se ha podido llevar a cabo. Este buque, una joya de la marina rusa, ya había sido empleado en Siria para apoyar a la aviación. Ahora, era una de las plataformas de lanzamiento de misiles contra objetivos de toda Ucrania. Ya se puede adelantar que ha sido una importante victoria ucraniana, que además aleja la posibilidad de un desembarco ruso en Odesa.

El Ministerio de Defensa ruso confirma el hundimiento del Mosvká. Mantiene las tesis de un incendio mientras Kiev afirma que dos misiles Neptune ucranianos han alcanzado al navío. El hecho es que el hundimiento del buque insignia de la Flota del Mar Negro se ha confirmado, una pérdida notable para Rusia. Hay que recordar que el 24 de marzo los ucranianos hundieron un transporte de tropas, el Sarátov, en el puerto de Berdiansk.

El mapa de Europa va a cambiar tras esta guerra. La opción de Suecia y Finlandia de ingresar en la OTAN altera la zona del Báltico. La reacción de Rusia: anunciar un nuevo despliegue de sus fuerzas.

Parece que Dnipró va a ser el próximo objetivo de los ataques rusos una vez tomen Mariúpol. De momento, los bombardeos de la ciudad, como los de Járkov, se han incrementado

Los refugiados ucranianos se acercan a los cinco millones.

(15 de abril, viernes, 51º día de guerra)

Rusia insiste en sus ataques en Mariúpol al tiempo que bombardea Járkov. Parece que en el área de Jersón y Mikolayiv se están intensificando los combates, mientras que, en Odesa, donde se celebra como una gran victoria en hundimiento del Moskvá al ser el navío desde el que se lanzaban los misiles que bombardeaban la ciudad, la situación está más calmada. Las fuerzas rusas han perdido un elemento importante, uno de los tres cruceros lanzamisiles que tenía Rusia, y una base de lanzamiento de misiles de crucero sobre Ucrania. Ahora, con el hundimiento del Moskvá y el Sarátov, la flota rusa se ha replegado y parece alejarse la siempre posible amenaza de un desembarco ruso en Odesa. Los analistas militares se sorprenden, en caso de confirmarse la versión ucraniana, de como un misil ha podido alcanzar y hundir a un navío equipado con armas y dispositivos defensivos. Esta guerra está llena de novedades.

El último hundimiento de un navío de guerra que recuerdo fue en 1982, en la Guerras de las Malvinas, cuando los aviones argentinos hundieron el destructor Sheffield y un submarino nuclear británico el acorazado Belgrano, curiosamente de menor tonelaje que el Moskvá.

Kiev ha sido de nuevo bombardeado, así como otros objetivos, lo que ya es habitual. Y Dnipró, según los expertos, se convertirá en objetivo después de la caída de Lugansk y Donetsk.

La CIA informa que no se debe descartar el empleo de armas nucleares por parte de Rusia si no hay avances y logros de objetivos pues la posición de Putin sería inestable.

Siguen las evidencias de las masacres en Bucha, donde se están abriendo fosas y exhumando cadáveres. Las escenas cada vez son más parecidas a las de Katyn.

Día luminoso, espléndido. De luz y atmósfera refinada, sin dejar de ser brillante. Anuncia mayo, el mejor de los meses de infancia. Es Viernes Santo y Madrid está solo, como un adolescente enamorado.

(16 de abril, sábado, 52º día de guerra)

El hundimiento del Moskvá ha causado conmoción en Rusia. Ha sido un acontecimiento que muestra que lo sucedido ha sido mucho más que la pérdida de un barco. El Moskvá era un símbolo de la fuerza de Rusia. Las represalias de Moscú han sido el bombardeo de Kiev y de Lvov. Por su parte, Járkov continúa siendo objetivo de la artillería rusa. Todo apunta a que Dnipró va a ser uno de los objetivos de la ofensiva rusa, que está prevista se desarrolle en forma de pinza desde el Este y desde el sur, una vez que caiga Mariúpol, que aun resiste.

Los ucranianos reclaman a Occidente más armamento ante la nueva etapa de la guerra que tendrá lugar en campo abierto. Piden sistemas antiaéreos y aviación. Se acerca el 9 de mayo, el día previsto por Moscú para proclamar la victoria sobre Ucrania, aunque dista de haberse alcanzado. Es por esto por lo que se redoblan los rumores de un posible empleo de armas químicas o nucleares tácticas por Rusia. En caso de llevarse a cabo, que no lo creo, no solo señalaría cuan alto es el grado de desesperación del Kremlin y sus problemas, sino también un agravamiento en el conflicto y en la situación internacional de Rusia.

(17 de abril, domingo, 53º día de guerra)

Sorprende la falta de información acerca de lo que sucede en Rusia, de qué piensan los rusos acerca de la guerra. Las escasas noticas que llegan apuntan al sentimiento anti occidental, al respaldo al Kremlin en su ataque a Ucrania y en la idea de que la lucha es en realidad contra Estados Unidos, que quiere someter a Rusia y está detrás de Ucrania. Unos planteamientos agitados por instituciones como la Iglesia ortodoxa, con el patriarca de Moscú a la cabeza, y personalidades de exacerbado nacionalismo y oscuras actividades como el oligarca cercano a Putin, Konstantín Maloféyev, de un intenso anti occidentalismo y perfiles y discurso tan siniestros que se diría ha salido de una película de la Guerra Fría. Oírle hablar produce miedo, como lo produce su jefe. Las sanciones de Occidente fortalecen la sensación de que la rusofobia es una realidad, un panorama que aleja la paz del conflicto ucraniano.

En Ucrania apenas hay novedades. En Mariúpol, la resistencia de las fuerzas ucranianas se limita a la defensa de la acería Azovstal, cercada por los rusos. Mientras, Járkov sigue siendo sistemáticamente bombardeada intensamente con misiles.

La estrategia rusa en estos momentos es evidente que tiene como objetivo ampliar los dominios del Donetsk y Lugansk, tomar Mariúpol y asegurar Jersón. Los movimientos de tropas apuntan a la concentración de fuerzas en la zona que serían empleadas en la próxima ofensiva. En suma, nada nuevo. Parece que las tropas ucranianas desplegadas en el Donbás son unidades escogidas entre las mejores del ejército, así que cabe suponer que los rusos se van a encontrar con tropas muy diferentes de las fuerzas territoriales de voluntarios con escasa formación militar, una especie de milicias, de Volkssturm ucraniano que se ha mostrado motivado y eficaz. Además, se han reforzado con tropas de otros frentes, por lo que el avance ruso puede ser más lento de lo previsto.

Rusia afirma que ha derribado un avión ucraniano con material de guerra extranjero, a modo de denuncia de lo que es una evidencia. El abastecimiento de armas y equipos sofisticados antiaéreos a los ucranianos determinará el futuro de la guerra, aunque su empleo eficaz exige formación y experiencia.

El gobierno de Zelenski rechaza cualquier cesión de territorio del Donbás y avisa que los contactos con Moscú pueden desaparecer. Pero ¿es que no lo estaban? Nada hemos sabido ni nada ha trascendido.

 A Madrid, se diría que ha llegado el verano. Sin exageración ninguna.

(18 de abril, lunes, 54º día de guerra)

Parece que la esperada ofensiva rusa se ha desencadenado en Donetsk y Lugansk.

Incremento de bombardeos con misiles sobre Ucrania. Varios misiles caen en Lvov y Járkov.

Mariúpol vive sus últimos momentos en manos de Ucrania, con las dos unidades cercadas en la acería Azovstal, el Batallón Azov y la Brigada de Marina, resistiendo ya sin apenas medios.

Ya hay fotos del Moskvá, escorado y humeante, antes de hundirse en el Mar Negro. Son imágenes que parecen salidas de otra época.

Putin afirma que las sanciones han afectado más a Occidente que a Rusia. Por su parte, el Banco Central ha afirmado que la economía rusa se hundirá en el próximo trimestre. Como siempre, dos declaraciones contrapuestas.

Ucrania ha entregado el cuestionario para su ingreso en la Unión Europea. Veremos qué supone esto. Turquía debe mirar lo que sucede con asombro, teniendo en cuenta su caso.

(19 de abril, martes, 55º día de guerra)

Se confirma la ofensiva rusa en el Donbás. Es un movimiento de pinza a partir del norte, de Izium, y desde el sur, con el objeto de encerrar a las tropas ucranianas desplegadas en la región. Se emplean un gran número de efectivos, entre ellos las unidades procedentes del frente norte, ahora suprimido, sin apenas darles descanso, y de las milicias prorrusas dirigidas por Alexandr Jodakovski, cuya capacidad operativa no sé si será la más adecuada.

Mariúpol sigue viviendo sus últimos momentos en manos de Ucrania.

(20 de abril, miércoles, 56º día de guerra)

Oferta de negociación de Moscú. Reitera las mismas condiciones presentadas en otras ocasiones: neutralidad de Ucrania, cesión de Crimea y reconocimiento de la independencia de las repúblicas del Donbás, es decir, su cesión a Rusia.

Alemania anuncia que a finales de año dejará de comprar petróleo ruso y que luego hará lo propio con el gas. En los próximos meses la energía va a ser un problema en Europa. Parece que Rusia espera que la crisis económica que se anuncia, debilite a Occidente y rompa la unidad frente a Moscú, alejándole de Ucrania.

En Madrid, del verano al invierno sin etapas intermedias. Enorme nevada en la Sierra y en toda Castilla. Es una primavera, en todos los aspectos, extraña.

(21 de abril, jueves, 57º día de guerra)

Ahora el centro de los combates y la zona de avance ruso se localizan en el triángulo del Donbás formado por Izium, en el Norte, Severodonetsk, en el Este, y Márinka, al Sur. El objetivo último del ataque ruso sería la ciudad de Kramatorsk, un núcleo estratégico a medio camino entre Izium y Marinka, cuya ocupación significaría la de todo el Donbás. De momento los ucranianos resisten en el Este, sobre todo en Severodonetsk, por lo que la penetración rusa está detenida en esta ciudad.

Rusia acaba de anunciar por medio del casi desaparecido ministro de Defensa que ha tomado Mariúpol, aunque la acería continúa en manos ucranianas, a la que han dejado aislada en espera de su rendición.

(22 de abril, viernes, 58º día de guerra)

La noticia del día es probablemente la declaración de un alto mando ruso según la cual el objetivo de Rusia es controlar el litoral del Mar Negro y enlazar el Donbás y Crimea con Transnistria, es decir, el enclave prorruso de Moldavia. Un objetivo que ya se había contemplado al comienzo de las operaciones y que, de ser cierto, alargará la guerra y la complicará. Por lo pronto, Odesa volverá a ser objetivo de las fuerzas rusas a corto plazo. Quizás las noticias que llegan acerca de movimientos en la zona de Jersón y Zaporiyia sean el comienzo de las nuevas operaciones, una vez Mariúpol, donde han combatido los mercenarios y los chechenos, está prácticamente en manos rusas.

Odesa, la ciudad creada por Catalina la Grande; la ciudad triste a la que se refiere Ilya Ehrenburg, cuyo puerto vio destruido, donde Sergei M. Eisenstein no tardaría en rodar El acorazado Potemkin; la de de Isaak Bábel, de Antón Chejov, alojado en el hotel Londonskaya, la ciudad de las mil naciones y religiones, de vida intensa en solo dos siglos y que aun sobrevive. Ahora, de nuevo se ve amenazada por la guerra. Esperemos no tener que entonar con sentimiento la preciosa y nostálgica canción yiddish Adiós Odesa.

Rusia ha recuperado una estatua de Lenin en la ciudad de Henichesk, cerca de Crimea, y la ha recolocado en una plaza. La confusión ideológica en Rusia señala cual será el futuro.

Según las informaciones ucranianas acerca del hundimiento del Moskvá, de los casi seiscientos tripulantes solo habrían sobrevivido cincuenta y ocho. Rusia guarda silencio.

Diluvio sobre Madrid y temperaturas despeñadas. Invierno en abril. Como hace años.

(23 de abril, sábado, 59º día de guerra)

Continúa la batalla del Donbás, por lo que los bombardeos sobre Járkov y Dnipró se intensifican. Según la inteligencia británica, especialmente bien informada, los ataques rusos no están obteniendo muchos éxitos debido a la resistencia ucraniana. Hay que reconocer que la capacidad del ejército ucraniano para la defensa, una estrategia que siempre concede ventaja sobre el atacante, ha sido notable y demostrada desde comienzos de la guerra.

Diría que, a punto de cumplirse dos meses de la guerra, estamos en un momento de inflexión. Kiev advierte del riesgo de extensión del conflicto a Polonia y a los países bálticos y reclama una ayuda que poco a poco va llegando, especialmente carros y artillería. En Rusia, según los periódicos, el apoyo a Vladimir Putin entre la población ha subido, superando el ochenta por ciento desde que comenzó la guerra. Es evidente que el pueblo ruso comparte los criterios de sus gobernantes, algo que Occidente debe de tener muy en cuenta. No se está tratando con un gobernante impopular, ni aislado, al que se le podía derrocar con facilidad, como se decía en los primeros momentos, de la guerra. Todo lo contrario.

Hoy se han registrado bombardeos sobre Odesa. Todo indica que sigue siendo objetivo de los planes rusos.

Da la impresión que, de momento, Rusia no va a cejar en sus propósitos que, en lo referido al sur, van más allá del Dniéper. Estaría bien saber cuáles son los verdaderos planes y si se han ido adaptando según las circunstancias, o si persisten las pretensiones iníciales.

Mañana, elecciones en Francia. Desde Moscú se miran con inquietud los resultados. Un triunfo de Marine Le Pen lo sería del Kremlin, pues la Unión Europea y la OTAN se verían afectadas por los nuevos criterios.

(24 de abril, domingo, 60º día de guerra)

Putin, con aspecto extraño, hinchado y expresión ausente, asiste a los actos de la Pascua ortodoxa, sancionando el apoyo mutuo que se dispensan el Kremlin y el patriarca de Moscú.

Hoy, Rusia ha perdido una batalla importante lejos de Ucrania, que ha ganado Europa: el presidente Emmanuel Macron ha sido reelegido presidente de Francia, derrotando a Marine Le Pen. De todas formas, no se puede olvidar el gran crecimiento del electorado lepenista, ni la división de Francia, que es también la de Europa. Por otra parte, la abstención ha sido grande. Todo muestra la inestabilidad en que se encuentra una Europa con una guerra, una crisis económica, la epidemia y una presión demográfica en sus fronteras.

(25 de abril, lunes, 61º día de guerra)

El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) ha declarado hoy que el ejército ruso es incapaz de lanzar una ofensiva en el Este de Ucrania, que permita alcanzar con éxito los objetivos previstos en el Donbás. Parece que no cuenta con unidades de refresco, ni ha concentrado en la zona fuerzas suficientes para un movimiento semejante.

 Ciertamente, los ataques rusos en el frente del Este, desde que Moscú proclamó que se iba a centrar en esa zona, apenas han tenido éxito, más allá de algún avance local. La resistencia ucraniana, eficaz y firme, unida a las carencias logísticas, de coordinación y de motivación de los rusos, explica el fracaso de los invasores. Parece que las limitaciones del ejército ruso son mayores de lo que imaginábamos, pues han tenido que recurrir a camiones civiles y a unidades de guarnición en lugares de Siberia. La moral de los soldados también es baja, y es revelador que en los duros combates de Mariúpol contra el ultraderechista Batallón Azov, se haya empleado a las unidades de voluntarios chechenos de Kadirov y a los mercenarios de la organización paramilitar rusa Wagner.

La llegada a Kiev de los secretarios de Estado y Defensa de Estados Unidos, coincidiendo con la vuelta de la embajada, ha servido para asegurar el apoyo americano y el compromiso del suministro de armas pesadas. Estos envíos contribuirán a fortalecer a las fuerzas ucranianas y a dificultar las operaciones rusas. Pero también a prolongar la guerra.

Cada vez es más complicada la actitud de Alemania ante Ucrania, pues no solo no ha enviado ninguna ayuda de importancia, sino que tampoco se ha situado frente a Rusia con claridad. No es de extrañar que Zelenski haya rechazado la visita del canciller socialista alemán Olaf Scholz a Kiev. Imagino que la explicación está en la dependencia alemana del gas y del petróleo ruso.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, insiste en la televisión rusa que el riesgo de un conflicto mundial es real. Afirma que la situación es más grave que la crisis de los misiles de Cuba en 1962. Era otra época, no sé si para bien o para mal.

Publica El País una entrevista con la historiadora canadiense Margaret MacMillan, especialista en la Gran Guerra, que es interesante. Centra en Vladimir Putin el foco de lo que sucede, algo quizás un tanto excesivo.

Sol de primavera. Se oye algún vencejo solitario que canta esquivando el aire frío, que todavía permanece.

(26 de abril, martes, 62º día de guerra)

La novedad del día es el ataque con lanzagranadas que ha sufrido el Ministerio del Interior y la destrucción de una antena en Tiraspol, la capital de Transnistria. Todo el mundo se pregunta qué significan estas acciones, si no serán el preludio de otras o un oportuno casus belli.

Mientras, los bombardeos de centros de comunicaciones y vías férreas del centro y del Oeste de Ucrania se intensifican, Odesa ha sido de nuevo bombardeada. Está claro que la actividad se está trasladando al Oeste.

En el Donbás, los rusos están intentado cerrar la bolsa que se formaría si tuvieran éxito los ataques desde el sur de Izium y al norte de Severodonetsk. Incluso, se contempla que los rusos avancen hacia Kramatorsk, situada más al Oeste.

La situación parece que se está activando pues a los numerosos bombardeos rusos por todo el país se añade las tareas de fortificación ucraniana en Zaporiyia, donde se esperan ataques rusos desde el Este y el Sur. Así mismo, en el sur, los ucranianos han lanzado un contraataque al sur de Mikolayiv, en dirección a Jersón. Por su parte, en Mariúpol asombrosamente sigue resistiendo la acería Azovstal, de manera que el Kremlin ni siquiera puede proclamar la conquista de la ciudad y ofrecer una victoria. Todo apunta a que los próximos días pueden ser agitados.

Como en Ucrania, donde el sol luce en Zitomir, en Madrid el tiempo sigue revuelto.

(27 de abril, miércoles, 63º día de guerra)

Se intensifica la actividad en el Donbás y en el área de Zaporiyia, donde se espera un inminente ataque ruso. Dnipró también sufre ataques al igual que Járkov, que sigue siendo atacada y bombardeada.

Más al suroeste, en Jersón y Mikolayiv, los ataques ucranianos han detenido a las tropas rusas que pretenden tomar Odesa. En esta ciudad los ataques contra las vías de comunicación la han aislado del resto de Ucrania

Sin embargo, lo más destacado es la situación en Transnistria, donde las explosiones y ataques de ayer han creado una situación de alarma que preludia su probable implicación en la guerra. La presidenta de Moldavia alerta acerca de la situación en la región vecina, separada de hecho, y Occidente se lanza en su apoyo. Por otra parte, los ucranianos apuntan a provocaciones rusas que permitan justificar una intervención de Moscú, que en estos momentos dudo que tengan capacidad para llevar a cabo.

Sin embargo, la noticia del día es el corte del suministro de gas por parte de Rusia a Polonia y Bulgaria por no pagar en rublos, algo que tampoco hacen otros países. Es un aviso de lo que se avecina y un medio para dividir a Europa.

Con la idea de Europa que hay en Rusia y el comportamiento de sus tropas en territorio ucraniano, con las atrocidades y violaciones que están saliendo a la luz, parece que hemos vuelto a 1945. Según el testaferro de Putin, más que ex presidente, Dimitri Medvedev, ha escrito en una de sus redes sociales que “¡Rusia se extenderá desde Vladivostok hasta Lisboa!”. Como se ve, un pueblo que ama la paz, que busca el entendimiento con las naciones y cuya forma de ver las relaciones internacionales coincide con la de Europa. ¡Y pensar que todavía hay quien se extraña de que no se considere a Rusia parte de Europa y se la mire con recelo!

(28 de abril, jueves, 64º día de guerra)

Hay cerca de cinco millones y medio de refugiados ucranianos en Europa, que han acogido sobre todo los países fronterizos. Se calcula que llegarán a los ocho millones.

Putin amenaza con llevar a cabo acciones radicales, así, sin más, y contestar a las sanciones de Occidente. Es evidente que la situación no va bien para los rusos, todavía enfangados en Mariúpol, que sigue resistiendo, y que las sanciones han dañado la economía rusa.

Sin embargo, las noticias que llegan del Donbás apuntan a una táctica rusa más eficaz al combinar columnas que se apoyan mutuamente, al contrario del método empleado en el frente de Kiev, de despliegue independiente y masivo.

Según la inteligencia británica, las fuerzas rusas han empleado el setenta y cinco por ciento de los misiles de crucero de que disponían, al tiempo que señalan que el armamento ruso es anticuado. Por el contrario, los ucranianos están recibiendo equipos y armas pesadas modernas de Occidente, hasta de Australia, que sin embargo necesitan asesoramiento para su empleo. En junio, según las mismas fuentes, estarían operativas las nuevas armas cedidas, lo que puede dar un giro a la guerra.

El asunto de la compra del gas y petróleo ruso por Europa, con los que Moscú financia la guerra, está en el centro del debate desde el comienzo del conflicto. La dependencia energética europea y en concreto de Alemania, está permitiendo que Rusia disponga de recursos para financiar las operaciones.

Primavera de estaciones encontradas. Nubes agitadas y lluvias intermitentes. La inminencia del cambio de tiempo se intuye en los momentos de tranquilidad. Están siendo meses de intensas sacudidas, de acontecimientos desconocidos desde hace tiempo. Ciertamente, en lo poco que llevamos de año han pasado muchas cosas y muy importantes. Las que constituyen un jalón. Un antes y un después. Y el sábado, otra. Están siendo meses de emociones, de novedades y de sentimientos comprimidos que conmueven.

La epidemia de covid parece que ya es un recuerdo, aunque de vez cuando hay noticias inquietantes. De Ucrania no llegan datos acerca de los contagios ni se ve a la población con mascarillas. Está claro que la cercanía de la muerte desvía las preocupaciones por las enfermedades ante el mayor de los riesgos, el hombre.

(29 de abril, viernes, 65º día de guerra)

Se intensifican los combates en el Donbás y los bombardeos rusos sobre estaciones, vías férreas y refinerías, es decir, puntos estratégicos. Acciones que hablan de una ofensiva inmediata, de una guerra larga y de una consideración de Ucrania como país a devastar. También el hecho de que el presidente Biden consiga que el Congreso aumente las ayudas a Ucrania tanto en armamento como en fondos, augura un conflicto largo.

Más de dos meses después de la invasión, Ucrania resiste e incluso ataca con drones objetivos en territorio ruso. Nada se ha cumplido de lo que todos esperábamos en esos primeros días de supuesta guerra relámpago, que llevaría a los rusos a ocupar Kiev en unas horas y que derrocaría a Volodomir Zelenski, sustituyéndole por un gobierno títere, quizás encabezado por el prorruso Víktor Yanukóvich, instalado en Rostov desde que huyó de Ucrania en 2014 tras la revolución del Euromaidan.

Así de literariamente describe Lluís Bassets hoy en un artículo publicado en El País la situación en Kiev durante los primeros días de la guerra. “Mientras la columna infernal de Putin bajaba desde Bielorrusia hacia Kiev, en la capital cerraban las embajadas y muchos periodistas se iban a Lviv. Como si Ucrania fuera ya un Estado fallido, con milicias populares descontroladas por las calles, las cárceles abiertas y las armas llegadas del extranjero en el mercado negro, a punto de caer en un santiamén en manos de Putin”. Nada se ha cumplido de lo anunciado, ni siquiera se ha previsto la firme resistencia ucraniana que ha detenido a las tropas rusas, lo que permite pensar que cualquier cosa puede suceder en esta guerra.

Alemania se resigna a que Rusia interrumpa el suministro de gas, y Finlandia se muestra deseosa de entrar en la OTAN cuanto antes. Apenas hay debate interno al respecto. Todo es acuerdo sin duda por su condición fronteriza de Rusia.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, visita Kiev. Durante la tarde dos explosiones han tenido lugar en la ciudad. Por su importancia, es probable que sean misiles rusos, lo que da una idea de la actitud de Moscú hacia instituciones como la ONU.

Agitado el panorama político con el asunto del espionaje a los independentistas catalanes, que según parece tanto apoyo recibieron de Rusia, siempre dispuesta a debilitar a Europa, y también de una Lituania algo despistada y sin criterios, sin duda a causa de sus padecimientos durante el pasado siglo.

(30 de abril, sábado, 66º día de guerra)

Rusia ha redoblado esta noche los bombardeos sobre Kiev, mientras en Járkov el frente de guerra está a diez kilómetros. La ciudad está en ruinas por tercera vez en un siglo.

En el Donbás los rusos se lanzan sobre Sloviansk y Kramatorsk, de hecho, la capital del Donetsk. Parece que el avance de las tropas de Moscú es más eficaz que en el norte, sin ofrecer los problemas de coordinación y abastecimiento anteriores. Además, parece que están empleando la aviación con más intensidad. Es una zona donde se encuentran desplegadas las mejores unidades ucranianas, lo que da idea de su importancia estratégica.

En el sur, Mariúpol, convertida en una réplica de la Varsovia de 1945, sigue resistiendo los ataques rusos. La desesperación del Batallón Azov tiene que ser grande. Resulta inconcebible que Vladimir Putin haya impulsado ese tipo de guerra en un lugar que considera que es el origen de Rusia y parte de la misma. Unos argumentos que fueron empleados para la invasión. Dice mucho de los métodos, pero aún más de los fines. Teniendo en cuenta lo indiscriminado de los ataques rusos, en caso de perder esta guerra a Ucrania solo le espera el sometimiento feroz a Moscú.

Los rusos han empleado por vez primera submarinos para lanzar misiles desde el Mar Negro y han desplegado el nuevo tanque T-90 M, con un cañón de 125 mm, el más moderno del que dispone ejército ruso. Veremos qué impacto tiene en la marcha de la guerra.

Madrid, primaveral. Veo a mirlos saltar por los jardines y recorrer el alféizar de la azotea.

 

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