La historia de Eurídice, cara a la mitología griega, siempre ha sido contada a través de la de su amante, Orfeo. Separados por la temprana muerte de la joven, el talentoso músico viajaba al inframundo para salvarla, pero la impaciencia propia de la juventud le impedirá volver a reunirse con ella. La propuesta de la dramaturga Sarah Paul sitúa en el centro del relato a Eurídice en una nueva versión del mito. Rescata una de las figuras más conocidas de la mitología griega y la dota de voz y libertad. Inspirándose en sus vivencias personales, Paul pone el foco no en la relación con Orfeo, sino en el dolor de Eurídice y el encuentro con su amado padre en el inframundo. El punto de partida de la obra es la boda de los dos enamorados, donde Eurídice seguirá a un hombre que dice tener cartas de su difunto padre, y es arrastrada al Hades. En Eurydice el amor que prima es el paterno-filial. La obra, una semi-comedia sobre el duelo y el olvido, reelabora y pule la Eurydice que firmó Les Waters en 2003. El mayor cambio tiene que ver con la experimentación: Eurídice atraviesa el surrealismo, el simbolismo y la poesía mientras intenta dar un sentido a su vida, dividida entre el amor a su padre y a Orfeo. El reparto está encabezado por la actriz y cantante Maya Hawke, conocida por su participación en Stranger Things, que debuta en las tablas
En esta Eurydice el agua es un elemento esencial que marca el transcurso de los acontecimientos. Es el agua la que llevará a Eurídice al inframundo, borrando sus recuerdos y forzando a su padre a enseñarle todo de nuevo. La vuelta al conocimiento en un mundo en el que está prohibido saber. El reencuentro con su padre y la construcción de un pequeño paraíso para los dos dentro de un mundo infernal. El deseo de Orfeo de llevarla de regreso a la superficie no será precisamente un motivo de alegría para ella. “Es mejor así”, dirá su padre.
Dónde: Signature Theatre, Nueva York, Estados Unidos
Cuándo: Hasta el 27 de junio